¿A QUÉ JUEGAN LOS ALÍ? Por: Miguel Macea Martínez

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El pasado fin de semana que estuve en Magangué, metido en los barrios de esta insegura, desorganizada y estancada ciudad riana, sentado en los destruidos y sucios mini parques de su centro histórico, pude hacerme una idea clara del “estado de arte” de la política de este municipio. Una política que poco a poco se zambulle en el sórdido mundo de las campañas proselitistas a la alcaldía y el concejo municipal.

Sin duda alguna, la cosa gira alrededor del sucesor del “Sultán” Alí, que en honor a la verdad ha tenido aciertos y desaciertos en su gestión y cuenta con alrededor del 60% de la opinión favorable de los magangueleños.

Este sultanato libanés-magangueleño, ha postulado como sucesor del Sultán Alí al exconcejal Carlos Cabrales, ahijado político de Carlos Manuel Alí, el primo empresario del alcalde, de quien me dijeron maneja a nivel local el negocio de la salud a través de una IPS de su propiedad, los restaurantes escolares del Programa de Alimentación Escolar –PAE, la gasolina que consume la alcaldía y la Polinal a través de la estación Terpel y ahora el Tránsito Municipal a través de una sociedad que hizo con el empresario Alfonso Hilzaca, sin mencionar los contratos de obras que durante estos casi cuatro años ha sido beneficiario a través de empresas constructoras de su grupo empresarial, como el de los pavimentos no comunitarios (Pastrana y ahora los del barrio Montecarlos), el del estadio de softbol “Mono Bacci”, el mejoramiento del Estadio Diego de Carvajal, el del Patinódromo (apunto de siniestrar) y el del Coliseo de Alto Rendimiento que hace apenas cuatro años fue inaugurado por Dumek Turbay con un costo de 4 mil millones de pesos y la alcaldía le está invirtiendo 9 mil millones más de recursos de regalías del municipio.

Me enteré que la sociedad que tienen los Alí con el gobernador Turbay (Duli, el secretario de infraestructura departamental, es magangueleño de su cuerda política), ha acrecentado el poder de este sultanato, hasta el punto de pretender hacerse al botín de la gobernación a través de la postularon de otro primo del alcalde y hermano de Carlos Manuel, Fejed Alí, sin que, al parecer, les haya sonado la flauta ante la pelea que tienen los primos Turbay (Lidio y Dumek) por desacuerdos financieros en el manejo de utilidades de contratos.

Pues bien. No le queda otra al sultanato, que hacer elegir por cualquier medio a Cabrales y atornillarse al poder del Palacio de Montecani, como le dicen ahora a la nueva y vistosa sede de la alcaldía. Sin embargo, para lograr ese propósito, deben enfrentar al alfil de la Casa Arana, Yalil Arana Payares, una tradicional familia que fue derrotada por el Sultán Alí en las pasadas elecciones, y a otros dos aspirantes que registran bien en las encuestas: el expresidente del concejo, Eduin Franco Pérez, y al debutante empresario, Alonso Butrón Martínez, quien es el único candidato que viene recogiendo firmas para inscribirse como candidato independiente.

Por fuera de esos cuatro candidatos con mayores posibilidades, están otros aspirantes alternativos que tienen merecimientos para llegar al Solio de Don Diego de Carvajal pero con limitaciones logísticas y económicas.

Finalmente me dijeron en los mentideros políticos, que el excandidato a la alcaldía de la casa Alfonso López, Giovanni Meza, quien apoya al candidato a la gobernación, Hernando Padaui Álvarez, está que se tira al ruedo. Al parecer, todo depende de que “la señora” o el “señor ex alcalde” le de su consentimiento ($$$$), aunque también se sabe que ya el Sultán le pegó adelante para obtenerlo para su pupilo Carlos Cabrales.

En fin, en Magangué la cosa está para alquilar balcón. Ando buscando uno en la calle de “El Salto”, que algunos llaman del “Asalto” porque costó la escandalosa cifra de casi 3 mil millones de pesos. Esperemos a ver qué pasa de aquí al 27 de julio cuando se cierren las inscripciones.


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