Alias “Juanito Goebertus” (anteriormente conocido como Alejandro Gaviria Uribe) Por: Felipa A. Priast

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¡Qué debut el del Woodrow Wilson colombiano!

Primera declaración como candidato presidencial de este Lao Tsé de patio y me acordé de “Luisao”, un delantero brasileño que llegó al Junior a principios de los 80s como la gran contratación del año, proveniente del Bangú, un club de segunda categoría de Brazil.

En su debut Luisao metió dos pepas, y todo el mundo en Barranquilla creyó que había llegado un nuevo Pelé a La Arenosa, incluido un buen amigo mío, quien casi se hace matar por defenderlo en una discusión sobre el tema que sostuvimos. En esa época los brasileños eran dioses en Barranquilla, y con decir que tú eras brasileño ya tenías a tres cuartas partes de la afición en el bolsillo gracias a las filigranas de Zico, Falcao (el original), Junior y Sócrates.

En el segundo partido Luisao metió un gol.

Ya para el tercero no volvió a marcar, y a los 6 meses estaba de vuelta en el Bangú, de donde nunca debió salir para ir a Barranquilla.

Ese man y un tal Kuzemka deben ser las peores contrataciones del Junior en toda su historia.

Pero, ya yéndonos más a la política, el debut de Alejandro Gaviria URIBE lo que más me recuerda es el debut de Juanita Goebertus.

Cuando esa gordita salió elegida representante, los medios no hacían sino hablar de ella. Ya me tenían aburrido porque oía su feo apellido sonar por todos lados. Hasta que fue a un programa de María Jimena Duzán y dijo que “Uribe se podía criticar por esto o lo otro, pero que sus avances en seguridad fueron inobjetables”.

Ese fue el principio, y el fin de Juanita Goebertus, quien perdió toda posibilidad política de ser alguien después de ese comentario. Su carrera en la política colombiana acabó tan rápido como la carrera de Luisao en el Junior.

Hoy por hoy, la Goebertus, junto a Fajardo, es considerada por la gran mayoría de colombianos como el símbolo del Uribismo disfrazado de verde.

La intención y el pecado de “Juanito Goebertus” es el mismo de Juanita: robarle votos al Uribismo. Señalizar de entrada una ambigüedad política que le deje claro a los uribistas que pueden votar por él, que él no es muy distante del genocida.

Verán, robarle votos a Petro es jodido, y los verdes lo saben. Por lo tanto, su única posibilidad es robar en la derecha dentro de un Uribismo moribundo.

Los verdes, y por extensión el mal llamado “centro”, es casi que por definición un partido de ladrones. Su única posibilidad consiste en robarle votos a ambos extremos.

Entonces, se presentan como moderados, con Tao conciliatorio y tal para robarle a la izquierda, pero de tanto en tanto le hacen el cortejo también a Uribe.

Pero esa táctica no funciona, y ya Fajardo lo demostró. El centro, o mejor debería decir, el establecimiento colombiano, quienes son los que están detrás de esta maniobra, están convencidos que con cambiar de caballo la vaina va a funcionar. Le quitaron la silla de montar a Fajardo, y se la pusieron a Juanito, ¡y listo!, ya con eso la vaina queda resuelta, sin darse cuenta que el problema es la estrategia.

Con Fajardo y la Goebertus quemados, ¿por qué es que esa estrategia va a funcionar ahora con Juanito?

Ya deben haber arrepentidos entre los que lo apoyaron el viernes pasado por aquí. ¿Cómo va a decir ese cretino que Carrasquilla es el mejor economista de teoría monetaria del país?

¡Juanito, padre, gran güevón! ¡Carrasquilla desató la revolución más trascendental en la historia de Colombia! ¿En dónde cojones ha estado usted en los últimos 6 meses, maestro? ¿Qué clase de tarado político sale a decir eso?

¿Y ese es el pomposo rector de los Andes?

Perdóname por preguntar esto pero, ¿por qué es que esa universidad cobra a $25 millones el semestre? ¿Son sus alumnos igual de tarados que el rector?

¿Qué quieren que les diga a los seguidores de Juanito?

¡Suerte, locos! La van a necesitar, porque yo pronostico que, este Juanito Goebertus, será un “after thought” en menos de 6 meses.

Robar no funciona. Que alguien le informe al mal llamado “centro” esa vaina.

Juan Manuel, Cesar: tacaron burro con este man…


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