Hay expectativa en las islas por la presentación histórica de Elizabeth Taylor como co-agente, que se suma a la anterior de septiembre de 2021 en cabeza de Kent Francis. También hay expectativa internacional en relación a los argumentos de Nicaragua para justificar su derecho a una plataforma continental debajo de nuestras aguas al Este del Archipiélago, y los de Colombia rechazando esa solicitud.
Porque se estudia algo del derecho marítimo internacional que no está bien definido pero que está adquiriendo mucha relevancia en el contexto de la mayor explotación de recursos marinos y el interés de muchos países de acceder a más áreas marítimas. Este caso podría definir criterios y parámetros legales para ese acceso y por eso hay muchas expectativas de lo que decidan los jueces.
Aunque podemos perder algo más (no aguas, sólo suelo marino) no es tanto comparado a lo que perdimos en 2012. Y la complejidad e implicaciones de este caso es tal de que las presentaciones en las audiencias mostrarán los mejores argumentos de los dos países y en todo el mundo habrá cancillerías pendientes de lo que se diga y luego de lo que se decida.
En particular porque se espera que el caso esclarezca criterios de fijación de plataforma continental más allá de las 200 millas de aguas que le corresponden a un país desde sus playas, por cuanto hoy no existen mecanismos precisos, pero la práctica bilateral y multilateral hasta ahora ha sido abstenerse de insistir en plataforma debajo de las aguas de otro país.
Este caso pone a prueba la validez y continuidad de esa práctica que podría cambiar y tener un criterio legal definido y precioso (que ahora no hay) en caso de que Nicaragua salga exitosa. Como está hoy la situación no favorece al país centroamericano. Tampoco el hecho de que en el pasado la misma Corte dijo que no es posible quitarle plataforma debajo de las aguas de un país para dársela a otro país. Por eso si en últimas los jueces le dan la razón a Nicaragua podría causar un terremoto legal con implicaciones mucho más allá de nuestras islas.
La falta de parámetros legales ha llevado a la Corte a insistir que Colombia y Nicaragua centren sus argumentos en si se puede otorgar plataforma continental a un país debajo del mar de otro, si lo permite el derecho internacional consuetudinario y si el artículo 76 de la Convención del Mar, que nunca antes se ha utilizado para algo similar, se puede considerar como dentro de ese derecho para los efectos de la delimitación.
La Corte ya ha dicho que la definición de plataforma continental en ese artículo hace parte del derecho consuetudinario, pero no ha esclarecido si una plataforma extendida como la que pide Nicaragua debajo de nuestras aguas hace parte de sus alcances y, en consecuencia, del mencionado derecho consuetudinario.
En el tire y afloje legal se esperan argumentos en relación a tres temas fundamentales, dos de relevancia internacional y uno de importancia para las islas.
Enfoque internacional
1) Se define si un país tiene derecho al suelo marino mientras otro a las aguas que quedan arriba y, en consecuencia, si existe un orden jerárquico entre plataforma continental y zona económica exclusiva.
2) Se define también si los límites de la plataforma continental se deben fijar basados en la línea media equidistante y no en el principio de la prolongación natural del territorio marítimo, es decir, si la distancia y las condiciones diplomáticas, socioeconómicas, culturales y políticas priman sobre las condiciones geográficas para determinarlas más allá de las 200 millas. La mayoría de países han abandonado el principio de la prolongación natural y se han enfocado en fijar los límites de su plataforma continental basada en la distancia geográfica. Este caso podría cambiar todo esto.
3) Se define el peso de la proyección de derechos territoriales desde nuestras islas, derivados tanto de aspectos geográficos como de socioculturales y socioculturales. En este contexto, se espera que Colombia centre sus argumentos en factores no geográficos y prácticas nacionales y bilaterales diplomáticas en relación al reclamo y fijación de plataforma continental. Y es donde el aporte desde las islas es importantísimo. Esto se debió haber hecho antes del fallo de 2012.
Enfoque isleño
Es importante observar en la presentación de Colombia el peso de estas cuestiones étnicas, ambientales, históricas y de subsistencia. Se espera un mayor énfasis con el nombramiento de la co-agente étnica raizal experta en el tema ambiental. En dichos argumentos de Colombia cabría también el asunto de la distribución equitativa habida cuenta de que en 2012 nos quitaron mucho y ahora es justo que no nos toquen más.
En una presentación que hizo Cancillería a los congresistas se dejó entrever que Colombia presentará la teoría de que los derechos del pueblo raizal del archipiélago están por encima de los aspectos puramente jurídicos y geográficos en relación a la delimitación.
Colombia puso sobre la mesa esos argumentos en el último caso de ‘desacato’ y no funcionó, en parte porque no los había mencionado antes y no pudo demostrar el peso de los mismos en el contexto de la distribución de espacios marítimos. Sin embargo, en este aspecto la Corte dejó claro y explícito que las gestiones bilaterales son las vías recomendadas para subsanar cualquier diferendo.
Colombia vuelve entonces a La Haya con una estrategia dirigida tanto a los jueces y el diferendo como hacia las islas. Por eso es importante aprovechar lo que queda del diferendo y la atención nacional centrada en las islas para extraer del gobierno nacional concesiones para atender preocupaciones locales, como también para estimular un acercamiento diplomático a Nicaragua.
Y una última cuestión para tener en cuenta esta semana en La Haya: debemos comenzar a mirar más allá de los argumentos legales y la disputa. Porque el litigio ya termina su ciclo legal y entra a una fase diplomática porque Colombia no entregará nada. Solo la diplomacia podrá entonces resolver el diferendo de 40 años que La Haya no ha solucionado, pero ha profundizado.
Debemos entonces concentrarnos más en las islas que en lo legal, porque aún con un fallo desfavorable, se podrían generar oportunidades de acercamiento con Nicaragua. Esto se facilita porque los retos de una plataforma por debajo de nuestras aguas, en caso de que perdamos, no es un asunto de leyes sino de acuerdos bilaterales.
Lo cual ofrece oportunidades de acercamiento diplomático con Nicaragua por la necesidad de consentimiento mutuo para todo, algo que se podrá lograr con fórmulas innovadoras de cooperación, lo cual es algo común hoy día, en particular en asuntos marítimos y sus áreas relevantes como comercio, recursos naturales, navegación y protección ambiental.