Por: Nicola Stornelli García
El comienzo del año sorprendió a Colombia con un anuncio rimbombante del flamante Registrador Nacional del Estado Civil, Alexander Vega Rocha: cédula digital y voto electrónico. Logró ocupar la agenda mediática por lo menos tres días de la segunda semana de enero que todavía no estaba muy movida y quedó en la retina y en el imaginario que este año sí va a haber un adelanto tecnológico en esos temas en el país.
Lamento decirle al señor registrador que está totalmente equivocado y muy mal informado. Además, le pido, muy especialmente, a la Procuraduría General de la Nación y al MinTIC, un seguimiento y una vigilancia especial a los movimientos que se den en ese frente en dicha entidad. Honestamente, espero que no pase nada, por las razones que voy a esgrimir.
Cuando oí al registrador me pregunté si me había perdido de algo y lo digo porque vivo atento a las novedades de las políticas públicas en TIC y Telecomunicaciones y su anuncio tenía relación directa con un tema que conozco bien: la carpeta digital ciudadana. Pensé que la habían adjudicado y que ya estaba implementada o en vías de implementación.
Pero a los pocos días, el 31 de enero, el Presidente Duque sancionó la ley 2015 de 2020 por la cual se habilita la historia clínica electrónica interoperable, la cual será reglamentada en los próximos 12 meses.
En esta etapa, el Archivo General de la Nación debe liderar el proceso de gestión documental para el tratamiento de expedientes y documentos electrónicos para garantizar su preservación a largo plazo. Ahí fue cuando me di cuenta de que el Registrador Vega fue asaltado en su buena fe por algún funcionario de rango medio que, seguramente, quiso ganar indulgencias con su nuevo jefe y, además, enviarles un mensaje a unos proveedores de la Registraduría, diciendo estoy moviendo el tema. Obviamente, ese es un negocio de mucha, mucha plata.
El tema no es nuevo, pero si es muy interesante. Pero vamos por partes. ¿Si no hay carpeta digital ciudadana y no hay historia clínica electrónica para qué una cedula digital? He ahí la gran pifiada del Registrador. No se empapó de los antecedentes y salió a dar una noticia que es un globo ya desinflado y muy difícil de recuperar; no podemos dejar en manos de alguien como él ese tema, así sea del resorte de la entidad que gerencia.
La Carpeta Digital Ciudadana es un proyecto que viene liderando el MinTIC desde hace unos tres o cuatro años atrás. Infortunadamente, tuvo un freno o retroceso con la llegada del gobierno Duque porque alegaron que debía darse primero una reglamentación de la interoperabilidad y un primer paso es la historia clínica electrónica.
Y digo lo del freno o retroceso por las demoras para el proyecto, pero estoy de acuerdo con la importancia de reglamentar primero lo de la interoperabilidad. ¿Por qué? Porque la Carpeta Digital Ciudadana debe ser un repositorio de nuestra vida pública, la cedula, el pasaporte, el registro civil, el registro de matrimonio, la historia clínica, la licencia de conducción y toda la información asociada a nuestro accionar con y frente al Estado.
En últimas, la cedula digital podría ser un instrumento para cargar toda la información de la Carpeta Digital Ciudadana.
Y he ahí el primer interrogante ¿Es prudente eso, en un país como el nuestro? Cargar la información contenida en la carpeta digital en un chip de nuestra cedula, como lo propuso el Registrador no es un mecanismo confiable y seguro en Colombia.
Por todo lo anterior me atreví a titular como hice. Hay temas en que los altos funcionarios del Estado deben asesorarse muy bien antes de salir a dar declaraciones públicas de la cuales deben retractarse o echar para atrás. Afortunadamente aquí aún no hay ningún daño.
El otro tema es el voto electrónico. Decir que el voto electrónico garantiza la transparencia del proceso es no conocer el mundo de la tecnología. Hoy en día son pocos los países que confían en el sistema. En la actualidad, India, Brasil y Venezuela son los únicos que utilizan el voto electrónico en la totalidad de su territorio.
Otros países como Francia, Argentina, Perú, México, Canadá o Estados Unidos utilizan este sistema solamente en algunas zonas del país.
La única manera de verdadera transparencia sería que cada ciudadano tuviera una cédula digital y un token para blindarlas con blockchain y la pregunta que sobreviene es ¿están todos nuestros ciudadanos preparados para eso?
Quiero dejar constancia que soy amigo, fanático, de la tecnología, pero cada cosa a su tiempo y con todo el rigor y la transparencia posible para que no se convierta la tecnología en una trampa para sus usuarios.
Coletilla: En mi columna de enero, hice una referencia desobligante acerca de mi buen amigo, Felipe Buitrago, actual viceministro de Economía Naranja Y Creatividad, en medio de la polémica por la salida de Uber.
La verdad no quise ofenderlo y no contextualice la frase. Sonó como si el viceministro fuera enemigo de la Economía Naranja o la Digital que no son lo mismo, pero a veces se cruzan. Y, obviamente, no es así. Les presento mis disculpas al amigo y al funcionario. T/Portafolio