Lo que comenzó a sonar como un rumor en redes sociales es hoy una realidad que asombra y que no tiene explicación y mucho menos justificación.
Lo que se sabe es que todo sucedió en silencio y en tiempo récord en el Concejo de Barranquilla, donde se aprobó mediante un polémico acuerdo, la destinación de más de un billón de pesos para sembrar árboles, en una ciudad asolada por la siniestra sombra del hambre y la falta de empleo, entre otros problemas, sin mencionar los estragos ocasionados por la pandemia del Covid-19.
El resultado de esa asombrosa velocidad del Concejo, entre las sombras del silencio, fue el acuerdo 005 de 2021, cuyo texto completo podrán leer al final de esta nota; acuerdo mediante el cual siguieron empeñando a la ciudad con la pignoración disimulada de recursos, bajo la figura de las «vigencias futuras» que se han vuelto habituales en la ciudad.
En esta oportunidad tales vigencias, comprometidas desde ahora, corresponden a los recursos que se generen en los próximos 20 años, incluyendo lo que resta del 2021 en el que se supone no había sido presupuestado ese gasto, inversión o como lo quieran llamar (¿Cómo les parece?); dineros que saldrán de rubros tales como el 90% del impuesto a la telefonía, las regalías que la Triple A le paga al Distrito y los Ingresos Corrientes de Libre Destinación (ICDLD), cuyo asombroso destino será la siembra de un número indeterminado de árboles en indeterminados lugares de la ciudad.
Hoy la mayoría de los barranquilleros se sigue preguntando si hubo extralimitación o abuso por parte de los Concejales y del Alcalde, teniendo en cuenta que las autorizaciones para compromisos con cargo a vigencias futuras «no pueden exceder el periodo de gobierno, salvo que se trate de gastos previamente declarados de importancia estratégica», en cuyo caso surge la pregunta de si la arborización, en una proporción territorial y un número de árboles no establecidos, es estratégica o al menos más estratégica que atender otras necesidades de la ciudad.
Alguien diría que los «diligentes» concejales no tuvieron tiempo para analizar lo que estaban haciendo, teniendo en cuenta que en cuestión de 7 días un proyecto que comprometía más de un billón de pesos pasó por el Concejo, siendo aprobado en 1er debate el 27 de mayo, en 2º debate el 31 de mayo, quedando en manos del Alcalde para su sanción, quien ni corto ni perezoso le dio vía libre dos días después, el 2 de junio de 2021.
Pero la carrera acelerada de la siembra entre las sombras no paró allí, porque 15 días después, el 17 de junio de 2021, el Consejo Directivo del Instituto Distrital de Infraestructura autorizó al Gerente de ese organismo Alberto Salah Abello, para firmar el contrato denominado «Convenio interadministrativo entre el Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla y la Sociedad Siembra Más S.A.S para la siembra de árboles durante 20 años».
El valor total del contrato es de 1 billón 61.677 millones 708.663 pesos, recursos provenientes del 90% del impuesto a la telefonía, Regalías de la empresa Triple A al Distrito de Barranquilla y los Ingresos Corrientes de Libre Destinación.
Control subordinado
Para acrecentar el asombro, el mencionado proyecto incluye un artículo en el que autoriza al contratista para que tenga su propio interventor de bolsillo, lo que le deja las manos libres a para sembrar o sombrear a su antojo los avances de la pretendida arborización.
Lo anterior no es otra cosa que vigilar el cumplimiento del contrato con un empleado de la firma contratista, Siembra Mas S.A.S., que será pagado por Siembra Mas S.A.S., con los dineros provenientes del billón de pesos aprobado por el Concejo y comprometido por el Alcalde Jaime Pumarejo.
Como se puede observar no hay garantías ni controles para el cumplimiento de dicho contrato y solo se observan inmensas sombras en la actuación del Concejo que seguramente ha batido una marca al aprobar en tiempo récord el Asombroso Acuerdo del Siglo, bajo la sombra del silencio.
En el siguiente enlace consulte el texto completo del Acuerdo y observe como se pagará más de un billón de pesos hasta el año 2040.