Ya son 201 exguerrilleras y exguerrilleros que han sido asesinados tras la firma del Acuerdo de Paz. El más reciente asesinato fue perpetrado en Puerto Asís este 16 de junio, de acuerdo como lo dio a conocer la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz. En palabras de Ariel Ávila: En Colombia parece haber una maldita tradición de asesinar a la gente que deja la guerra.
Fuentes en terreno confirmaron a Pares el crimen del firmante de paz en este departamento del Bajo Putumayo. Ángel Alberto Calderón era el nombre del exguerrillero asesinado esta tarde, que era conocido como “El Gato” por sus compañeros en reincorporación. El hecho fue perpetrado con arma de fuego en el cabildo de Santa Rosa de Puerto Asís. De acuerdo con la información a la que tuvo acceso Pares, Ángel tenía una pareja y un hijo.
Puerto Asís, epicentro de la violencia
En los últimos tres meses se han registrado dos homicidios de excombatientes que adelantaban su proceso de reincorporación en el ETCR Héiler Mosquera. Cabe señalar que este ETCR está ubicado en zona rural del municipio de Puerto Asís —al otro lado de la desembocadura del Río Guámez y la cuenca del Río Putumayo—; en la Vereda La Carmelita. En pleno corredor que conduce al Ecuador, conocido como Puerto Vega-Teteyé.
En el ETCR está la Cooperativa Multiactiva del Pueblo Putumayense (CMPP), la Asociación Liliana Peña y ASOMID dentro del ETCR. La otra Cooperativa -COMUCCON, está ubicada en el municipio de Puerto Guzmán.
El otro integrante del ETCR Héiler Mosquera que fue asesinado era Juan Carlos Castillo o Luis, como era conocido por sus compañeros allá en La Carmelita. El cuerpo de Juan Carlos fue encontrado cerca del resguardo Kwisna Cxhab, en inmediaciones a la vereda de Alto Lorenzo. El hecho se confirmó este lunes 30 de marzo, pero el asesinato ocurrió el 28 de marzo.
De acuerdo como lo ha podido establecer Pares, los cerca de 121 firmantes de paz que habitan el ETCR Héiler Mosquera y, que se encuentran trabajando en iniciativas productivas; están buscando terreno para trasladar el ETCR de lugar pues le falta de garantías de seguridad son insostenibles. Por ejemplo, ambos exguerrilleros que fueron asesinados hacían parte de la Cooperativa del Pueblo Putumayense (CMPP).
En el departamento putumayense hace presencia el Clan del Golfo, La Constru, La Mafia Sinaloa y las disidencias del frente 48, 49, 31 y 1. Para Pares es importante resaltar que la comunidad en proceso de reincorporación le ha manifestado temen por la estigmatización a la que han sido expuestos por discursos del Gobierno Nacional o de la institucionalidad sobre su vinculación a las disidencias o a economías ilegales.
Un asesinato por día
El otro asesinato más reciente se conoció este 15 de junio, en la subregión del Catatumbo, cuando hombres armados acabaran con la vida de Mario Téllez Restrepo, quien, además de firmante de paz era padre de tres hijos.
Según lo dieron a conocer las personas que están adelantando el proceso de reincorporación en esta subregión, hombres armados arribaron hasta una parcela en la que se encontraba trabajando Mario en el municipio de Tibú, Norte de Santander.
Durante la pandemia, según cifras del Consejo Nacional de Reincorporación del componente FARC, han sido asesinadas 11 personas desde la expedición del decreto de emergencia sanitaria por parte del Gobierno Nacional por cuenta del Covid-19 (22 de marzo). Asimismo, en lo que va corrido de 2020, han sido asesinados 29 firmantes de paz en Colombia.
Hijos de firmantes, también víctimas de la violencia
Los familiares de las personas en proceso de reincoporación también son víctimas de la violencia selectiva. En la última semana fueron asesinados dos hijos de exguerrilleras. Bairon Eliécer Gómez Restrepo fue asesinado el 12 de junio en el ETCR Mariana Paéz que está ubicado en en el municipio de mesetas, Meta. Camilo Sucerquia Durango fue asesinado el 6 de junio en cercanías al ETCR Santa Lucía en el municipio de Itunago, Antioquia.
El partido FARC presentará ante la Jurisdicción Especial para la Paz y ante Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la lista de los 200 firmantes asesinados tras la firma del Acuerdo en el Teatro Colón, el 24 de noviembre de 2016. También presentará cerca de 50 tentativas de homicidio de las que han sido víctimas la población en proceso de reincorporación.
Una maldita tradición de sangre
Para Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, existen tres elementos frente al tema de asesinatos a excombatientes en en el pías. El primero, es que Colombia continúa repitiendo una historia sobre los asesinatos a quienes hacen la paz. Incluso desde la época del Charro Negro, cuando Manuel Marulanda se alcanzó a desmovilizar y, con esos asesinatos Marulanda se rearma.”
Lo segundo, para Ávila, es que las medidas del Gobierno Nacional no han funcionado. Es decir, por ejemplo, que el Plan de Acción Oportuna que lanzó el gobierno Duque no han sido más que anuncios y discursos que no se han materializado en resultados preventivos”. Lo tercero que señala Ávila es que el fenómeno de esta violencia selectiva va más allá, “es un tema muy complejo, que tiene muchas aristas y no deben existir salidas facilistas.”
Finalmente, señala el analista político, que detrás de los asesinatos existen muchos factores, porque, por ejemplo, las disidencias están matando excombatientes porque estos se niegan a reincidir, también pueden haber crímenes de odio porque fueron de las FARC y son de izquierda, también porque hayan organizaciones neoparamilitares que los asesinan, temas de venganza. Esto no es un fenómeno unidireccional.