Barranquilla y la crisis financiera bajo la era Char- Por: Reynaldo Torres

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En el más reciente informe del Departamento Nacional de Planeación, Barranquilla es la única capital, de las veinte ciudades principales del país, con las finanzas públicas deterioradas y en un alto nivel de endeudamiento.

¿Cómo pudo ser Alex Char, el mejor alcalde del país y a su vez, dejar las finanzas públicas en estado de deterioro? Hay que ver la realidad, más allá de la propaganda. El más reciente informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP) revela una realidad conocida, a voz populi, que aún no ha encendido las alarmas ni el debate en Barranquilla.

Desde el inicio de las administraciones Char, estas han tenido, sin excepción, un dominio absoluto de los concejos distritales: carentes de control político, de evaluación financiera a profundidad de los proyectos, en complicidad y consumidos por la burocracia y las prebendas han dado rienda suelta al crecimiento descomunal de la deuda: basados en la aprobación a pupitrazo e irresponsablemente de vigencias futuras ordinarias y extraordinarias; por encima de la capacidad de endeudamiento. Una burbuja que sigue creciendo alrededor de la ciudad y que en cualquier momento explotará.

Una administración tras otra ha mantenido el desequilibrio financiero en voz baja, tapando el estado real que queda luego de cada administración que finaliza; incluso, acomodando informes desde los mismos órganos de control que presentan incongruencias unos con otros.

Déficit fiscal

El déficit fiscal de la ciudad es de 18,8 %, un poco alto, según informe del Ministerio de Hacienda y de acuerdo con las Leyes 358 de 1997 y 819 de 2003. Su capacidad de pago se ubica encima del límite legal (80 %), al aumentar su indicador de sostenibilidad al 89 % y presentar déficit primario (que es la relación del saldo de la deuda con los ingresos corrientes de la ciudad). Además, presenta un nivel de recaudo de 52 % con respecto al presupuesto definitivo.

Durante estos cuatro años de la administración de Jaime Pumarejo, el Plan de Desarrollo Soy Barranquilla (2020-2023) será financiado con un nuevo endeudamiento por 2,2 billones de pesos, y el servicio de la deuda, durante este periodo será cubierto por la emisión de bonos por 650 mil millones, tal y como aparece en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (2021-2030). En pocas palabras, la deuda se pagará con una nueva deuda. La ciudad tal cual, como la señora que le presta a dos pagadiarios para pagarle al otro pagadiario.

Esta emisión de bonos fue autorizada por la Resolución num. 1917 de la Dirección de Apoyo Fiscal de MinHacienda, pasando por encima de la normatividad legal, como la exigida en los artículos 79 y 80 de la Ley 617 de 2000, que especifica la prohibición de otorgar apoyos financieros a ciudades que no cumplan con las disposiciones de la ley y el Ministerio de Hacienda tiene la obligación de ejercer control fiscal a las entidades territoriales, por lo que la decisión expuesta tuvo evidentes motivaciones de orden político y no legales; un hecho grave que debería ser investigado.

Índice de Desempeño Fiscal (IDF) del DNP

En el más reciente informe del Departamento Nacional de Planeación, con una nueva metodología, Barranquilla es la única capital, de las veinte ciudades principales del país, con las finanzas públicas deterioradas y en un alto nivel de endeudamiento. El índice evalúa indicadores como la dependencia de las transferencias; endeudamiento a corto plazo; sostenibilidad de la deuda; relevancia de la formación bruta de capital fijo; ahorro corriente; y el resultado fiscal, incorporando índices de gestión que antes no se tenían en cuenta.

En los rangos de desempeño fiscal se consideran; sostenible, igual o mayor a 80; solvente, entre 70 y 79; vulnerable, entre 60 y 70; riesgo, entre 40 y 60; deterioro, menor de 40 puntos. Barranquilla cuenta con un índice equivalente al 36,5; es decir, la capital del Atlántico está en el rango de deterioro. Ciudades como Medellín cuentan con un índice de 64,6; Bogotá, 73,7; Cali, 69,2; Cartagena, 65,8, y Montería, 56.

La pregunta es ¿cómo con estos resultados publicados por el mismo DNP, el Ministerio de Hacienda otorga el aval para la emisión de bonos? ¿Por qué Fitch Ratings califica los bonos con categoría AAA, teniendo en cuenta los siguientes argumentos en su informe oficial: ‘’dependencia moderada en las transferencias nacionales y la dinámica positiva en los ingresos fiscales, el control sobre su estructura de gastos, el cual redunda en márgenes operativos adecuados’’?

Se habla de una dependencia moderada de las transferencias nacionales, cuando en su informe, el DNP las califica de altas, se hace referencia a la dinámica positiva de los ingresos fiscales, cuando el déficit fiscal es calificado por el Ministerio de Hacienda como alto, se refieren a márgenes operativos adecuados con el endeudamiento, cuando su capacidad de pago se ubica por encima del límite legal, lo que genera muchas dudas.

También, es válido preguntarnos ¿por qué con este hallazgo, el DNP no se pronunció ante la resolución de la Dirección de Apoyo Fiscal del Ministerio de Hacienda para la emisión de los bonos? Tampoco lo hizo ningún concejal de la ciudad ni los entes de control territoriales que están subyugados al clan político. No se puede olvidar que el recién elegido en propiedad a Carlos Quintero, es primo del presidente del Congreso e hijo del congresista charista ‘Chichi’ Quintero.

Durante la administración Pumarejo, básicamente, el servicio de la deuda pagará más intereses que amortizaciones de capital, como lo indica el mismo Marco Fiscal de Mediano Plazo (2021–2030) y a partir del año 2024 e inicio de la próxima administración. El servicio de la deuda supera el medio billón de pesos, alcanzando en 2027 a representar 0,71 billones de pesos de obligación a cancelar en ese año fiscal.

Esto no es más que postergar el estallido de una crisis financiera para las administraciones futuras, haciendo cada vez más difícil tapar los huecos en las finanzas; incluso, recurriendo al poder político sobre lo legal para saltarse las leyes y normas. Todo por aparentar prosperidad en medio de la crisis. Barranquilla, hoy es semejante al concepto de pobreza oculta: ese ciudadano que vive en un estrato alto; en una gran casa, pero en realidad debe todo y pasa hambre.

Al observar los estados de resultados más recientes, de septiembre (2019-2020), causa curiosidad en la partida del gasto social y en un año marcado por la pandemia: una disminución del 21,7 % en el rubro de salud y un aumento del casi 187 % en el rubro de recreación y deporte. ¡Los barranquilleros necesitamos muchas explicaciones! Esta ciudad no puede olvidar que estuvo 16 años bajo la Ley 550 (de quiebra), luego de iniciar la restructuración de pasivos en el año 2002, por alrededor de 1,5 billones de pesos.

Ciudadanía, medios de comunicación, la academia, el concejo y los entes de control deben iniciar un debate profundo antes de que sea demasiado tarde. F: laorejaroja.

 

 


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