Bernardo Ramírez: EL ESTRATEGA- Por: Miguel Macea Martínez

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Uno de los personajes de la pasada campaña electoral en Magangué, fue sin duda alguna, el abogado y periodista mompo-magangueleño, Bernardo Ramírez del Valle, nuestro amigo. Lo fue, porque la campaña del hoy candidato electo a la alcaldía, Carlos Cabrales, lo convirtió en uno de los objetivos de sus ataques políticos, por la sencilla razón de ser el estratega de la campaña de Yalo.

A Bernardo lo tildaron de todo: de estúpido, de ladrón, de vendido y hasta de terrorista, al ser acusado falsamente por uno de los medios de comunicación lambezuelas de Magangué, de instigar protestas ciudadanas para quemar la Alcaldía y la Registraduría.

Lo paradójico del caso, es que quienes descalificaron a Bernardo por ser estratega de Yalo, no lo bajaban de capaz, inteligente, honesto y verraco hace cuatro años, cuando fue el estratega de la campaña del actual alcalde Pedro Alí.

Vale recordar, que gran parte del éxito de la campaña de Pedro Alí, quien venía de dos derrotas consecutivas anteriores, se le debe a Bernardo, que se inventó el Reinado Comunal Novembrino, como táctica para atraer el movimiento comunal a su proyecto político. Igualmente reconocer, que la llamada “revolución del pavimento”, nació del programa de autogestión comunitaria para el desarrollo, incluido en su programa de gobierno, que fue hechura de Bernardo Ramírez.

De esa campaña de Pedro, me acuerdo de la novedosa y efectiva estrategia “craneada” por Bernardo, de “renderizar” sus propuestas de gobierno y presentarlas en videobean en todas las reuniones que hacía el candidato en los barrios. Por supuesto, no pudo salir de otra cabeza distinta a la de Bernardo la idea de los hidroparques, del puente compuerta del Chorro, de la reedición del malecón de la albarrada, del Plan Zapatico (que derivó luego en la revolución del pavimento), de la construcción del SENA, y de otras ideas maravillosas propuestas incluidas en el plan de desarrollo municipal que adoptó Pedro, muchas de las cuales se quedaron en el papel por falta de gestión, pero en las que hay que seguir insistiendo.

El caso de nuestro amigo Bernardo Ramírez, me recuerda a del estratega JJ Rendón cuando fue asesor de las dos campañas presidenciales de Álvaro Uribe Vélez. ¡Le dijeron de todo!

Cierta vez le pregunté a Bernardo, el por qué, después de haber sido alcalde de Magangué, de ocupar varias secretarías de despacho en Bolívar (administrativa, planeación y educación), de haber sido gerente del seguro social, secretario general del ICBF a nivel nacional), no tenía más que una casa (que pagó al Grupo Aval durante 25 años) y un carro adquirido a crédito al Banco de Colombia, pudiendo haberse enriquecido del erario público, como lo han hecho no pocos dirigentes de Magangué, Bolívar y el país. Me respondió que había un freno en su ADN moral que se lo impedía: las enseñanzas y el ejemplo moral y ético de su padre.

La causa de la inhabilidad de Bernardo para desempeñar cargos públicos, por muchos es conocida: la persecución que las casas politiqueras de Bolívar le montaron al entonces gobernador Luis Daniel Vargas (cuando Bernardo era su secretario de educación) para sacarlo del poder luego de cometer el error de anunciar su aspiración a Senado. Los acusaron de intentar manipular una licitación para adquirir textos escolares, siendo que ella fue declarada desierta porque ninguna de las dos firmas que se presentaron cumplía los requisitos de los pliegos. Esto sucedió en el primer gobierno de Uribe, cuando la Procuraduría estaba en manos de los parapolíticos.

Finalmente, concluyo este escrito diciendo, que no vale estrategia político-electoral alguna, por más limpia que sea, frente al dinero corruptor de la compraventa de votos. Dinero con el que se compra a autoridades electorales, jurados de votación, policías corruptos, medios de comunicación lambezuelas y, por supuesto, a electores seducidos por dos verdes Carlos Lleras.

Permitanme recordarles que a Bernardo Ramiréz del Valle, sus contradictores solo lo superan en maldad.


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