Carlos Caicedo, el nuevo dolor de cabeza del uribismo Por: José Luis Simanca

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«Que un líder provinciano sea destacado sobre aquellos acostumbrados a no estar por debajo de nadie, seguramente debe doler en lo profundo al centralismo»

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Pocos mandatarios regionales como Caicedo, tienen tanta atención del Centro Democrático; el partido que maneja presidencia, Senado y la maquinaria más grande a nivel judicial y político. Es muy extraño que un grupo político tan influyente y poderoso gaste tanto tiempo en atacar al gobernante de un departamento con poca importancia para el centralismo, que además es uno de los más pobres del país.

¿Cuál es entonces el interés del Uribismo con entorpecer el trabajo de Caicedo en el Magdalena? ¿Por qué gastar energías en un líder de provincia? Tanto para que el mismo Álvaro Uribe realice ataques directos contra este.

La respuesta merece análisis de trayectoria política de Caicedo, recordemos que viene de hacer un excelente trabajo como rector de la Universidad del Magdalena, que sacó una votación histórica a la alcaldía de Santa Marta y que salió de ella como uno de los mejores alcaldes del país, tanto que le ha dado para promover dos alcaldes más de su mismo movimiento político.

Se midió en una contienda presidencial recogiendo más firmas que cualquier candidato alternativo y sacando más votos en una consulta, que candidatos del establecimiento como Ordóñez.

Contra todo pronóstico arrasó en las elecciones a Gobernación del Magdalena en la que derrotó a uno de los clanes más poderosos de la región Caribe, los Cotes.

Y ahora en cuatro meses de estar al frente del departamento no suelta los primeros lugares en las encuestas de percepción que lo ponen como uno de los mejores gobernadores del país. Definitivamente se ha vuelto una piedra en el zapato para los políticos que aspiran a hacerse a un reconocimiento nacional, sobre todo en la situación en la que se encuentra el país y en el panorama que se avecina con las próximas elecciones.

Caicedo no solo derrotó a los Cotes, derrotó al Uribismo y a todos los partidos tradicionales que se jugaron todas sus cartas en el Magdalena con el sobrino de la ex gobernadora, con quién seguramente habían adelantado pactos para repartirse carteras, hospitales, corporaciones y territorios, como el tan anhelado Parque Tayrona, al cual Uribe viene asechando hace varios años.

Que un líder provinciano sea destacado a nivel nacional sobre aquellos políticos tradicionales acostumbrados a no tener competencia, ni a estar por debajo de nadie, seguramente debe doler en lo profundo al centralismo, que ven a departamentos como el Magdalena, como una caja menor a la que saquean año tras año y que solo visitan en elecciones para ver cuántos votos compran.

Lo que hizo Carlos Caicedo en el Magdalena no tiene precedentes, cambió la forma de hacer política, puso a la gente a opinar, a reclamar derechos, a no dejarse meter el dedo en la boca y por si fuera poco, puso a los gamonales y clanes políticos a recorrer los pueblos para ganarse el cariño de la gente, porque se dieron cuenta que ya no los podían comprar con dádivas, sino con ideas.

Quizá eso sea lo que tanto teme el Uribismo, que a nivel nacional, la gente de las regiones, los pobres, que son la mayoría, se den cuenta que un servidor público puede hacer las cosas bien y defender los derechos de la ciudadanía, a lo mejor eso sea lo que tiene a senadores, ministros, expresidentes, líderes de extrema de derecha y fanáticos del Uribismo ahullando en redes sociales cada vez que Caicedo el provinciano, sale con algo que los hace quedar mal. El Uribismo tiene miedo de que Caicedo se les crezca y no lo puedan atajar.

 


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