¿Si Sergio Fajardo y Gustavo Petro hubiesen pasado a la segunda vuelta presidencial del 17 de junio, estuviera relajado. Cualquiera de los dos que ganara, traería esperanza, mejor educación y seguramente habría voluntad política para construir unos acuerdos de paz que ya están dando frutos, pues, en estas elecciones no hubo una sola noticia trágica relacionada con la guerrilla. Pero la realidad política es otra. Iván Duque con el 39,14 % lideró los resultados de la jornada del 27 de mayo provocando una encrucijada inevitable: Gana la mafia o la antimafia.
La gente de buena solvencia moral se verá abocada a asumir una decisión en esta coyuntura electoral. Explicarles que es el momento para iniciar un proceso de cambio pacífico hacia una Colombia que siempre ha sido engañada en los últimos gobiernos. Sin radicalismo, sin ofender a los que siguen a Duque, porque la mayoría de ellos han sido engañados por una propaganda política distorsionadora, tal como lo dijimos en ¿DUQUE, “EL NIÑO MIMADO” DE LA MAFIA? (dele clic):
“No me sorprendería que el pueblo colombiano votara masivamente por Duque. Lo haría por dos razones: El miedo y la manipulación criminal de los que detentan el poder. Pero también hay una razón: Un alto porcentaje de la sociedad colombiana está dominada por la cultura traqueta, la cultura de los antivalores, el enriquecimiento ilícito, la maroma, el truquito, la trampa, la mentira. Y por desgracia, los que defienden a la familia, son los mismos que odian a los que son diferentes, al marica, a la prostituta, a la discapacitada o al que tiene un color diferente. Toleran la corrupción, el crimen y el engaño. Toleran las masacres y los homicidios selectivos y masivos, como cuando en la Alemania de los años 30 comenzaron primero con los judíos, después con los líderes sindicales y, por último, contra aquellos que se oponían a la dictadura odiosa de Hitler”.
Cabe aclarar que soy un periodista de investigación, libre, comprometido con los derechos humanos, la defensa de lo público, la libre empresa y políticamente me enfoco en el futuro de nuestra martirizada nación. Por esta razón, en estos 20 días que restan, la mayoría de los escritos que publicaré, será para escudriñar la coyuntura electoral y me dedicaré de barrio en barrio a promover la necesidad de que el pueblo decida el próximo 17 de junio hacia la esperanza, la paz y la prosperidad con Petro presidente.
Será una pausa activa en el periodismo. El país me necesita, mi ciudad me necesita, mis nietas me necesitan, mi familia me necesita. Le pido a mis lectores que me excusen por esta pausa activa. El amor a la gente y a la patria son las causas que llevo dentro y me motivan a luchar por el triunfo del futuro y la derrota del pasado. Serán 20 días de trabajo intenso. No estaré ausente, puesto que publicaré todos los días sobre la coyuntura electoral, y espero que ustedes interactúen conmigo. Mis lectores —como periodista— pido licencia, y les expreso mis agradecimientos.
Considero que el país exige orientadores de la opinión pública comprometidos con el futuro de Colombia. Contrario a lo que dicen los dueños monopólicos de los medios de comunicación, el país necesita de gente buena que promueva verdaderos cambios para romper los falsos dilemas creados por la propaganda uribista para manipular a los incautos con pendejadas como “castrochavismo“, “Colombia otra Venezuela, “Expropiación“, y tantas otras propaladas por los señores de la campaña del candidato Iván Duque. ¡No crean en esas pendejadas! Los tramposos se valen de la distorsión de la realidad para ganar adeptos y confundir a la opinión pública mediante el miedo.
Gustavo Petro debe ahora mismo reunirse con Sergio Fajardo, Compromiso Colombia, Polo Democrático y Alianza Verde. Igualmente con las directivas del partido de la U, el partido Liberal, y los conservadores independientes para propiciar un gobierno de coalición con tres o cinco temas concretos: Paz, Educación y Salud, desarrollo del agro y cambio climático. Se trata de precisar los temas y hacer una pedagogía general para explicarlos con plastilina.
Acuerdo en lo fundamental
Petro puede sobrepasar los 9 millones de votos en la segunda vuelta con una alianza flexible, generosa y sin ambigüedades. Los 4,5 millones de votos de Fajardo y más de la mitad de los votos de Cambio Radical (1.4 millones) y del partido Liberal (400 mil) se vendrán para donde Petro con un pacto —como se dijo— más flexible y sin reparación.
La campaña debe ser más organizada y reunir los recursos necesarios para cumplir con su misión. Una vez consolidada esta alianza, debe estructurar su gabinete y darlo a conocer con anticipación. En el discurso de esta noche, Gustavo Petro habló del acuerdo en lo fundamental, mientras el auditorio clamaba ¡unidad! ¡unidad! ¡unidad!
Al cierre de su discurso, que no fue transmitido por los medios de comunicación tradicionales, el candidato presidencial Gustavo Petro dijo:
“Necesitamos un tránsito hacia la sociedad de justicia social; amerita una época que Colombia tiene derecho a vivir. Somos la generación de la paz, de la democracia. Nos corresponde entregarle este territorio a los niños para que jamás ellos y ellas vayan a vivir lo que nosotros vivimos, la violencia”.
El 17 de junio los trabajadores, la clase media y muchos empresarios le apuntarán al cambio. La mafia quiere seguir dominando. Los criminales que usurparon las instituciones democráticas, quieren regresar en la Casa de Nariño. ¿Los Noguera, Job, Arias, y todos los personajes que rodearon a Uribe están esperando que Duque gane para regresar por lo que no alcanzaron a llevarse. Es hora de quitarnos la venda para resolver el dilema mafia Vs antimafia a favor de Colombia.