Una tensa situación se vive en la zona rural del municipio de Río de Oro, Cesar, desde la madrugada del miércoles, por enfrentamientos entre grupos armados al margen de la ley en el corregimiento de Montecito, vereda Los Pantanos, donde se registra la muerte de al menos tres personas.
La información fue confirmada por el alcalde de Río de Oro, Arnoldo Osorio Rincón, quien manifestó que la comunidad está viviendo una zozobra por la incursión de los grupos subversivos. ‘Por información de la comunidad se sabe que en horas de la madrugada hubo enfrentamientos entre grupos al margen de la ley, los cuales duraron hasta horas de la mañana y se conoce que hay tres cadáveres de la zona. Se terminaron los enfrentamientos, pero aún hay zozobra en la comunidad y están preocupados, ya que este es un territorio sano y próspero como es Montecitos’, dijo el mandatario.
Aseguró que es lamentable que este tipo de situaciones se vengan presentando en ese territorio, donde la violencia ya era historia y cuyos habitantes buscan vivir en paz y armonía. Por testimonio de algunos campesinos de la zona, se conoció que una mujer, adulta mayor, está desaparecida, quien presuntamente buscó refugiarse entre la maleza y hasta el momento se desconoce su paradero.
Recientemente, la Defensoría del Pueblo ha indicado que los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc podrían provocar crisis humanitarias en otras regiones del país, recordando que desde el 16 de marzo se han registrado desplazamientos forzados de firmantes de paz en la región del Catatumbo. Se ha alertado que esta situación estaría escalando hacia el sur del Cesar.
Aseguran que el decreto de Conmoción Interior, expedido el 25 de enero y que menciona a los municipios de Río de Oro y González, pero esto no es suficiente, ya que es solo el ingreso al Catatumbo, mientras que los corregimientos de Sabanas de León, Manaure, Balcón del Cesar y San José de Oriente siguen en vilo ante la llegada de grupos armados.
Entre tanto, en el municipio de Río de Oro reina la incertidumbre y el miedo entre la comunidad, por el temor al recrudecimiento de la violencia que solo genera desplazamientos y dolor.
