La caravana del 7 de agosto de 2020, demostró la poquita gente que esta con Uribe ¿dónde están los asalariados normales, los que tienen ventas informales para sobrevivir, los que se paran en los semáforos, los que se suben a los buses a cantar o contar chistes, los de los S.A.I? esos en estos momentos no caben.
Solo los buscan cuando estos que van en sus camionetas o en sus lujosos vehículos, los buscan como lo hizo el “Neñe” Hernández y le da sus 50 mil pesos para que voten por el que diga el capturado, en ese momento es que se acuerdan, tiene muchos seguidores, claro que los tiene y no se pueden negar, pero, ¿mentira eso de que son millones?
Y los que tiene, son quienes se benefician de sus programas o planes de una manera u otra, es decir quienes como los de las caravanas les importa poco exponerse y exponer a sus familiares al Coronavirus porque saben que le conviene mantener vigente a uno de los políticos más influyentes negativamente que ha tenido este país.
Hoy los uribistas han rememorado que antes no se podían viajar por las carreteras y sobre eso debo con honestidad declararme impedido porque jamás he tenido problemas para viajar dentro de mi país, por ello no puedo decir nada en favor o en contra.
Pero, lo que si no debemos olvidar es que alrededor de Uribe ha estado el gobierno más corrupto de la historia colombiana congresistas, ministros, funcionarios, militares y policías que han estado a sus órdenes, presos por narcotráfico y para militarismo.
Como olvidarnos que desde sus inicios en la política cuando empezó ha estado enredado con el narcotráfico y no solo el, sino también su familia, como olvidar que el helicóptero de su padre fue encontrado en Tranquilandia el complejo cocalero más grande jamás visto.
Como olvidar su salida de la alcaldía de Medellín cuando Belisario Betancourt le solicitó su renuncia por las licencias para construir pistas de aterrizaje a Pablo Escobar en su época de la aeronáutica civil le entrego al capo.
Como olvidar su paso por el Congreso de Colombia donde registró ponencia positiva para la ley 100 de 1993, quien dicho sea de paso ha sido de lo peor en materia legislativa relativo a la «seguridad» social que no tienen nada de seguridad y menos social.
Como olvidar su estadía en la Gobernación de Antioquia en los años 95 y 97, donde impulso las convivir que posteriormente se convirtieron en la tenebrosas Autodefensas Unidas de Colombia, un grupo paramilitar que se encargó de supuestamente combatir a la guerrilla incurriendo en los mismos delitos de los delincuentes que combatían.
Como olvidar cuando llego a la Presidencia de Colombia en el año 2002 justamente con el apoyo de las AUC según testimonio de los comandantes paramilitares “Jorge 40” y “Salvatore Mancuso”.
Jamás podremos olvidar que este periodo empieza la época más nefasta de la política colombiana, más del 40% de los congresistas tenían relaciones con paramilitares y fueron apoyados por estos en lo que se llamó “El Pacto de Ralito» tan fue así que algunos aún se encuentran pagando condena porque participaron activamente en masacres, como la de Macayepo y el Salado en el departamento de Bolívar.
No podremos olvidar que por ellas el estado colombiano ha sido declarado responsable por la C.I.D.H, ¿cómo olvidar que muchísimos de esos congresistas apoyaron a Uribe, están inhabilitados y presos?
Como olvidar que sus primeros 4 años fueron nefastos para los trabajadores colombianos, para la educación, subió el IVA del 8% al 16%, como olvidar que durante sus primeros 4 años hubo más de 2.5 millones de desplazados en Colombia por la violencia guerrillera y paramilitar, siendo el mayor desplazamiento de un grupo humano en todo el mundo, superando a Rwanda, creo que esto es a lo que aluden los Uribista cuando dicen que volvieron a viajar por las carreteras de Colombia, en eso no se equivocaron.
Como olvidar la muerte del alcalde del municipio de El Roble, Sucre y menos como olvidar que Uribe premio a su asesino con una embajada en Chile, como olvidar que durante su mandato el extinto DAS fue utilizado como central de inteligencia del paramilitarismo.
Como olvidar las chuzadas a las altas cortes a sus contradictores, a todo aquel que no estaba de acuerdo con sus «políticas» a nadie se le puede olvidar las 10 mil ejecuciones extrajudiciales.
Las que nunca van a olvidar lo que el gobierno de Uribe hizo fueron las madres de Soacha a estas me gustaría que algún uribista le soltara la placa manía de «recuerdo cuando volvimos a pasear por las carreteras» estas señoras jamás lo olvidaran porque en su mandato fueron asesinados sus hijos.
Como olvidar la “Yidis política”, “Yidis Medina” y Teodolindo Avendaño. Yidis Medina jamás podrá olvidar la frase de Uribe «haga patria hija apóyenos» al interior de un baño en el Congreso de Colombia.
Como olvidar a Sabas Pretelt y a Diego Palacios presos por comprar la reelección con notarias y puestos, como olvidar que su alto consejero para la paz es un prófugo de la justicia por una falsa desmovilización de paramilitares del bloque la Gaitana en el Tolima.
Como olvidar el segundo periodo de Uribe 2007 – 2010 donde manejó inconstitucionalmente el Banco de la República toda vez que su junta directiva repitió estando eso proscrito en su reglamento interno, como olvidar que repitió todo lo que hizo en su primer y nefasto gobierno.
Como olvidar que al término del mandato del presidente Uribe, más de 2.5 millones de colombianos en edad productiva quedaron desempleados (más del 12%), situación que afecta principalmente a los jóvenes sin experiencia, a las mujeres y a la población con bajos niveles de educación.
Como olvidar que el empleo informal se disparó a una tasa récord (58%). Y por si fuera poco como olvidar que dejo 20 millones de pobres y 8 millones de indigentes, y el índice de desigualdad lo tenemos en 0.59.
Como olvidar que eso ubica a Colombia como el segundo país más inequitativo de América Latina, como olvidar que el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez estranguló la clase media que es la base de la democracia colombiana, lo cual estimula la pobreza todo gracias a su modelo económico que propende por la desigualdad, por eso en estas caravanas no son los pobres lo que lo apoyan, sino aquellos que dependen económicamente de forma directa o indirecta de las «políticas» económicas que él y sus funcionarios promueven.
Por todo lo anterior creo que son los que se hacen llamar “Uribistas” que deben hacer memoria.