Competitividad contra pobreza- Por: Eduardo Verano De La Rosa

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El mundo del conocimiento está en permanente evolución. En especial los sistemas de innovación de futuros procesos económicos.

Un informe de Dell afirma que el 85% de las profesiones disponibles en el planeta en 2.030 aun no existen. Los principales desafíos son: impulsar una economía basada en innovación, Latinoamérica está muy rezagada, y que Colombia entre en la senda de productividad con innovación.

Se discute si es responsabilidad del Estado o del Mercado. Ambos son fundamentales, y deben colaborarse. Especialmente en el frente de la “economía popular”, la economía del pueblo, la más atrasada. Hay que cambiar el chip mental y el Estado debe tener políticas públicas para la economía popular.

Documentos de Asobancaria concluyen que esa mitad de la economía y de la población, la gente más pobre, más humilde no es foco de atención estatal y tampoco acceden al crédito, le temen al Estado y a la banca. Solo avanzarán si hay responsabilidad del sector público y privado para desarrollar la economía popular. El gran reto, es que sean competitivos. Los microempresarios no están legalizados, no existen oficialmente, ni siquiera tienen historial de créditos. Nadie habla con los más pobres porque no están sujetos a la ley, no reciben apoyos reales para consolidar sus procesos económicos. No están en la base de datos del gobierno, tampoco los reconocen como proveedores del estado que es el mayor comprador. Al revés son atacados, se le saca de los espacios públicos para no “afear las ciudades”.

El Estado debe evitar la violencia perpetua contra los más débiles. Debe garantizarles educación basada en altas tecnologías como el modelo qué más aportará al desarrollo. Es el gran desafío: trabajar las zonas marginadas y más vulnerables de la sociedad. Tienen que hacer el tránsito de la economía ilegal a la lícita, orientados por el estado, con acceso al crédito. Hay que acabar el crédito “gota a gota” qué es mucho más costoso y riesgoso por estar dominado por mafias.

Se requiere tenerlos en las bases de datos oficiales, que reconozcan sus transacciones y tratarlos como empresarios, pero están sin protección y excluidos. El estado debe mejorar las condiciones de la “economía popular” que siempre tienen que “aprender a nadar en el momento en que se están ahogando”.

Suecia ha luchado por una educación con equidad y conocimiento. Consolidó instituciones que son afamadas por sus modelos de desarrollo que han reducido la desigualdad con ambientes de negocios propicios.

Estados Unidos tomó la decisión de comercializar productos propios basados en innovación en vez de importar. Fortaleció la infraestructura de sofisticados negocios de alta tecnología, mercadeando su avanzada producción digital.

Corea del Sur invierte más de US $20.800 millones en investigación y desarrollo en las más modernas tecnologías 5G. Israel lleva más de 50 años invirtiendo en talento de innovación y no lo hace por moda. México es de los más avanzados, está entre las 50 economías más importantes del mundo, 8 de cada 10 empresas mexicanas están pensando en innovación.

El principal reto es la educación. El 70% de las investigaciones se nutren en las universidades. Hay que evitar la fuga de cerebros con cadenas de valor de nuevos procesos tecnológicos, energías más limpias, inversiones en software y programas informáticos avanzados. Las oportunidades del futuro estarán en países con visión estratégica de exportar, pero desde las “grandes ligas de innovación,” con liderazgo y aporte productivo para la creación de conocimiento y sostenibilidad económica.

 

 


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