El presidente Gustavo Petro Urrego, a través de un comunicado manifestó a los colombianos que el fiscal Barbosa en su desespero por la alternancia democrática en la Fiscalía lleva al ente fiscalizador a golpear al progresismo y las organizaciones de trabajadores por un hecho legal que se hace en la mayoría de países del mundo: la donación a un partido político por parte de una organización de trabajadores, que este señor quiere volver gasto de campaña porque una norma dice que, si se excede el gasto de campaña, se retira el presidente de la República de su cargo.
Es tan ridícula la acusación que incluso admiten que el partido Colombia Humana gastó los recursos en testigos electorales y resulta que los testigos electorales no son gastos de campaña, porque estos actúan es después que se acaba la campaña y actúan es para vigilar democráticamente el conteo de votos ya depositados. Es derecho de los partidos el vigilar la transparencia electoral. La campaña se define como las actividades de un candidato para obtener el voto de la ciudadanía y no las actividades posteriores a ese hecho.
Lo que aquí ve Barbosa no lo vio ni con los cheques del narcotraficante alias ‘el Ñeñe’ ni con los cheques de Odebrecht porque los presidentes, esos sí beneficiarios, eran de su círculo político, y uno de ellos lo nominó.
Lo que busca el fiscal general es un golpe de Estado bajo manto institucional, tal como querían hacer en Guatemala y por las mismas razones. La Constitución prohíbe que la Fiscalía investigue al presidente, y es lo que acaba de hacer Barbosa en actividades que han incluido la tortura, la presión a testigos y la conversión de hechos completamente legales en ilegales. Lo que esconden es una Fiscalía podrida en donde permiten el encubrimiento del crimen y el narcotráfico, al punto que funcionarios bajo su mando cargaban los alijos en los barcos.
El presidente de la República le pide a la ciudadanía en todos los municipios del país y en todos los barrios y veredas configurar las coordinadoras de organizaciones y fuerzas populares. Sin ninguna violencia, alistar jornadas de una muy grande y profunda movilización para defender el voto popular. Los golpes se responden desde las instituciones democráticas, desde la ley y la justicia, y desde las calles, con alegría y paz, pero con contundencia, tal como lo hicimos con el siniestro procurador Ordoñez y la Bogotá Humana.
El mandato popular se respeta.
Gustavo Petro Urrego, presidente de Colombia