Costa Caribe: «Los Talibanes de la economía» en «cloacas fiscales» (II) Por: Lucio Torres

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En la Costa Caribe: «Los Talibanes de la economía» también se encuentra en las «cloacas fiscales» del mundo. El proceso de enriquecimiento de clanes familiares ligados a la política del país también recurrió a cuentas offshore en las «cloacas fiscales» internacionales con las cuales multiplicaron sus riquezas. Barranquilla y Cartagena, por ejemplo, tienen su aporte en esta larga lista de los Pandora Paper’s. Citaremos —por ahora— los clanes familiares de los Char Abdala, Daes Abuchaibe, los Gerleín Echeverría (Barranquilla) y los Araújo Perdomo, de Cartagena. Tres clanes ligados al poder político regional.

En esta entrega nos referiremos al Clan de los Char Abdala que, junto a los Daes Abuchaibe, se les conoce como «Los Talibanes de la economía». En los próximos informes analizaremos los demás clanes, los Daes Abuchaibe, los Gerleín Echeverría, y los Araújo Perdomo. Muchos de estos clanes se comportan como verdaderos carteles. En Barranquilla se les conoce como el «Cartel del suero». Ellos se han empoderado en este período del régimen neobonapartista que va desde el triunfo de Álvaro Uribe (2002) hasta el gobierno de Iván Duque.

De tal manera que multiplicaron sus riquezas y su poder político con la relación estatal. Una gran parte del gobierno central la controla estos carteles. Incluso, Arturo Char funge de presidente del congreso, cargo que había aspirado su padre Fuad cuando fue senador de la República, pero nunca pudo alcanzar.

«Los Talibanes de la economía»

La lista de los Pandora Paper’s es larga. Sin embargo, vamos a ser selectivos en el momento de publicar nuestros análisis sobre cada uno de los propietarios de esas cuentas offshore. Tendremos en cuenta tres factores. Uno, su relación con el Estado y la economía nacional. Dos, su papel con la política. Tres, si está ligado a negocios turbios.

Es necesario señalar que los multiricos, como los Char, instrumentalizan testaferros para conservar el anonimato. Es lo más importante que suelen buscar de esas empresas, el secreto empresarial. Lo que indica que muchos nombres son simplemente testaferros. Existen empresarios que podrían combinar la forma de uso de esas empresas para el comercio legal como para limpiar el dinero malhabido.

Estamos listos para iniciar este breve viaje de ultramar del poderoso Clan de los Char. Era 2002. El paramilitarismo había arrasado en toda la Costa Caribe. Las ciudades capitales de la región se habían transformado. El mapa político también se había trastocado. Los movimientos sociales fueron reducidos a la mínima expresión. Surgieron nuevos líderes políticos. Los viejos debieron adaptarse a la nueva dinámica para sobrevivir, En Barranquilla comenzó a florecer una clase empresarial emergente. Los tradicionales quebraron y emigraron. Otros se mantuvieron contra viento y marea.

¿Por qué son «cloacas fiscales»?

En el 2004, por primera vez, los Char hacen una importante transacción económica en ultramar. Descubrieron que las empresas offshore son instrumentos ideales para evadir impuestos. Adquirieron uno de los supermercados más importante de Costa Rica sin los molestosos impuestos a la renta o las ganancias ocasionales.

Como se sabe, las sociedades offshore son creadas en ultramar. Recibieron ese nombre probablemente porque muchos estados que se dedicaron a esta actividad, están ubicados en la cuenca del Caribe. Vale decir, Belice, Islas Caimán, Curazao, Trinidad y Tobago, Barbados, Panamá, y muchos otros. Estados Unidos tiene a Delaware. Canadá tiene una legislación flexible en materia tributaria. Por eso es sede de las principales empresas petroleras, carboneras y de energía fósiles del mundo. Allí está la matriz de la Drumond.

Podemos establecer algunas características de las empresas offshore. A muchas se les conoce como empresas opacas, de fachada o de pantalla. Los asesores de estas cuentas offshore las defienden señalando que «mejoran el flujo de capital y facilitan las transacciones comerciales internacionales».

Estas cuentas tienen una mala reputación por el uso y abuso para ocultar las obligaciones tributarias o las ganancias obtenidas ilegalmente de las autoridades. El principal uso de estas empresas es para eludir el pago de impuestos en los países donde residen los beneficiarios finales. También para los negocios sucios y subterráneos como el narcotráfico, las coimas, el tráfico de armamentos, el financiamiento del terrorismo internacional y la corrupción administrativa.

¿Por qué son «cloacas fiscales»?

Para explicar este tipo de empresas, citaremos a una de las firmas que se dedica a la protección de datos:

Establecen su sede en paraísos fiscales.

No realizan ninguna actividad económica dentro del país de constitución

Pagan muy pocos impuestos

Su constitución es sencilla y tienen un coste de registro muy bajo

No tienen gastos de auditoría ni de contabilidad, ya que no tienen obligación de presentar cuentas de forma anual.

No tienen obligación de efectuar juntas de socios o accionistas.

Tienen unos costes anuales de mantenimiento muy bajos.

Como se puede apreciar, no tienen ninguna traba por parte del Estado que alberga ese tipo de cuentas. En la primera entrega habíamos citados varios casos de uso y abuso de las empresas offshore. Son instrumentos de enriquecimiento ilícito de los grandes conglomerados económicos. Por ejemplo, Santo Domingo, Ardila Lulle, Luis Carlos Sarmiento. La Alianza Global de Justicia Tributaria considera que la evasión de impuestos por concepto de estas cuentas llega casi a 12 mil millones de dólares en Colombia.

El clan Char y sus guaridas fiscales

Cabe destacar que la familia Char tiene varias cuentas de estas características en Delaware, Panamá y otras «cloacas fiscales». Aunque no se encuentran hasta ahora relacionados en la lista cotejada por Connecta y El Espectador, VoxPopuli Digital reseña la conexión de los Char con esas «cloacas fiscales».

En Delaware los Char tienen varias empresas. Una de las cuales se llama Golden Gate Internacional LLC. De acuerdo con el certificado expedido a solicitud de Cuestión Pública, está vigente. Fue creada en 2004. En 2005, como lo dijimos, con la dirección de Antonio Char, el sucesor de su padre Fuad Char Abdala, compraron Megasuper, una de las cadenas de supermercados de Costa Rica. Fue una de sus primeras incursiones en el mundo offshore. No pagaron un solo peso de impuestos.

De igual manera, los Char tienen en Panamá la empresa offshore Staton Assets Corp. Sus socios son Antonio Char, Alejandro Arteta Abello y José Manuel Carbonell. Toño Char, como le dicen en Barranquilla, desde 2005 viene perfilándose como el «príncipe» del rey Midas, su padre Fuad Char. Arteta Abello trabaja en llavería (muy pegado) con Char. Incluso, lo reemplazó en la presidencia del Junior de Barranquilla, que desde 1977 es propiedad del patriarca Fuad Char Abdala. Por su parte, Carbonell fue presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla y del Integremial del Atlántico.

«Los Talibanes de la economía»

Estos entes gremiales eran los últimos bastiones de la economía tradicional barranquillera. Muchos de los viejos empresarios textileros, farmacéutas, comerciantes al detal y al por mayor, avícola, entre otros sucumbieron ante la agresividad comercial, industrial y comercial de «Los Talibanes de la economía» de la ciudad. Es decir, se impuso la tiranía económica de la alianza palestino—sirio—libanesa del Daescharismo.  Ahora, esta alianza lo controla todo en Barranquilla. Y todo es todo. Es un totalitarismo económico de nuevo cuño. Pero también la rebelión está a la vuelta de la esquina. Los barranquilleros ya comenzaron a cansarse de la filosofía «el alcalde roba pero hace».

Remembre, la alianza Fuad Char—Cristian Daes Abuchaibe permitió crear más de 300 empresas ficticias que hicieron mayoría en la elección de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Lo curioso, la mayoría de los supuestos socios eran empleados de Tecnoglas y otras empresas de los Char y los Daes Abuchaibe, primos hermanos de Karen Abudinen Abuchaibe.

Así como «Los Talibanes» en Afganistán y Paquistán,  la tiranía talibán de nuevo cuño usó todas las formas de lucha económica. Se habían tomado la opinión pública con los medios informativos de radio, TV y prensa escrita. La cultura con los Carnavales de Barranquilla. El deportes con Junior. La alcaldía y la gobernación al servicio de su proyecto económico.

Pero los Char como los Daes tenían un problemita. Carecían de visa para los Estados Unidos, porque el gobierno se las había negado. Fuad Char sufrió mucho, muchísimo, cuando no pudo estar en los momentos finales de la vida de su amada esposa, Adelita Chaljub, quien murió en un hospital de Houston. Padecía de un cáncer que la venció.

Pero en 2004 sucedió una tragedia en «Los Talibanes de la economía». José Manuel «Yuyo» Daes, el hermano mayor de Cristián Daes y primo hermano de Karen Abudinen, sufrió un atentado criminal que lo dejó parapléjico. El atentado fue ejecutado por «Sayayín» siguiendo las órdenes de «Jorge 40». ¿El motivo? Eran contradicciones económicas frente al Cartel de Cali. El  «Yuyo», seis años, había estado preso  en la cárcel nacional de El Bosque acusado de lavado de activos de ese cartel.

Los Daes Abuchaibe habían invertido mucho dinero en la campaña a la alcaldía de Barranquilla de Guillermo Hoenigsber. Pero éste también le había recibido dinero a «Jorge 40». Al nuevo alcalde se le formó un «arroz con mango». Resultado: asesinaron a Eduardo José Losada Manotas, gerente de Datos y Sistemas ficha política y económica del jefe paramilitar, Rodrigo Tovar Pupo.

Ese mismo año (2004) hicieron, al parecer, un acuerdo con las autoridades norteamericanas para eliminarlos de las famosas listas norteamericanas. Lograron que su hijo Antonio Char le entregase la visa empresarial. Así pudieron abrir sus cuentas offshore en Delaware. Pero Fuad no podía entrar a territorio norteamericano hasta el año 2017, según una fuente familiar. Pero basta por ahora. Esta es una historia que contaremos en otra oportunidad.

Delaware y MinTic

Para los colombianos Delaware nos recuerda el Caso MinTic. Juan Carlos Cáceres de Fundatic y luego Novatic, usó cuentas offshore para hacer desaparecer gran parte de los $70 mil millones. Los fiscales del caso de Centros Poblados de MinTic no han abordado el tema por el sendero correcto. Él aparece como accionista mayoritario de la empresa Nuovo Security LLC con sede en Delaware. En tanto que Efraín González Hamburguer, de Barranquilla, como representante legal, manifestó a los grandes medios de comunicación que su socio le falsificó las firmas. También dijo que no es cierto que le hayan girado los 17 millones de dólares ($58 mil millones) de los $70 mil millones que MinTic les había girado.

Observamos que  Nuovo Security de Efraín González Hamburguer y Juan Carlos Cáceres es una empresa offshore creada en 2016. En Barranquilla tienen una sucursal. Este tema lo abordaremos en otro informe. En otra oportunidad les contaremos cómo han negociado con el Distrito y la Gobernación, y a dónde ha parado el dinero recibido.

Finalmente, debemos decir que «Los Talibanes de la economía», también llamados «Cartel del suero», han usado recurrentemente las cuentas offshore. Se podría estimar que gran parte de su fortuna está en «esas cloacas fiscales». Y no les paga un solo peso a las arcas del Estado colombiano. ¿Podrían ser catalogados como los nuevos delincuentes de corbatín?


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