Como van las cosas parece que el presidente de 10 millones de colombianos cada día más se enreda en su propio laberinto de soberbia y mentiras, las equivocadas decisiones de Iván Duque vienen fortaleciendo el descontento de las organizaciones de líderes y lideresas, afro, étnicas, sociales, sindicales y políticas de Colombia, que se alistan para participar este 25 de abril el Paro Nacional.
Hoy que nos parecemos tanto a Venezuela, nosotros también tenemos dos presidentes muchos colombianos todavía no saben quién dirige al país: si es Iván Duque o Álvaro Uribe Vélez. Lo cierto es que Duque o Uribe deben dejar de lado la prepotencia y enfrentar las escaladas de situaciones adversas que los agobia.
Las manifestaciones que vienen preparando los colombianos contra Duque son para rechazar el Plan Nacional de Desarrollo que el ejecutivo presentó al Congreso, los asesinatos selectivos de líderes y lideresa del país, el rompimiento de los acuerdos de paz con el Eln y el incumplimiento del Acuerdo de Paz.
El gobierno Duque- Uribe también tendrá que enfrentar las denuncias por ‘mermeladas’ de Vargas Lleras, las objeciones a la JEP, Minga Indígena, crecimiento de cultivos de coca, fortalecimiento de grupos armados, crisis de hospitales y paro de educadores, eso en el orden nacional. Además, sortear con diplomacia el regaño de Trump, la intromisión en asuntos internos de Venezuela, y la más reciente carta enviada por Rusia.
También parece que los diálogos entre Samper, Vargas Lleras, Gaviria y Santos tienen en estado paranoico al ejecutivo, sin dejar de lado los que pueda producir los acuerdos entre congresistas de la U, Cambio Radical y el Partido Liberal, liderada por Roy Barreras, que busca derrotar las iniciativas del gobierno en el Congreso y el ya anunciado hundimiento de las objeciones que pretende el ejecutivo hacer a la JEP.
Bajo ese orden de ideas los colombianos nos preparamos para salir a marchar el 25 de abril, corriendo el riesgo que las uribistas Paloma Valencia y María Fernanda Cabal terminen estigmatizándonos o simplemente tildándonos de guerrilleros como ellas están acostumbradas hacerlo.
La situación es más preocupante para el gobierno de Iván Duque porque el 27 de octubre los colombianos tendremos la oportunidad de elegir gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, donde desde ya se presume que el Gobierno tendría una nueva derrota política.
Los colombianos decentes esperamos que la cuestionada Corte Suprema de Justicia, en su sabiduría, por fin muestra la independencia y tome las decisiones en derecho, como lo demanda los procesos, que se encuentran ad portas de decisiones de fondo.