Democracia y Constituyente- Por: Felipe A. Priast

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La democracia en todas partes está en crisis. Yo siempre lo he dicho: la democracia es el sistema de gobierno más sofisticado que existe porque lo normal es que los hombres elijan un hombre “fuerte” para que los guíe. Lo fácil es escoger al fuerte, y permitirnos que este nos guíe a través de su fortaleza, que no solo es física, sino también mental.
En cualquier caso, es el proceso más primitivo, el más instintivo, dejar que el “hombre fuerte” gobierne. Escoger entre un ramillete de candidatos es un proceso más complicado, más susceptible al engaño.

Pero nosotros tenemos una herencia griega en Occidente -y cuando hablo de “griega” hablo de la Antigua Grecia-, y en un momento dado, arrastrados por vientos de libertad a ambos lados del Atlántico, nació la democracia en el mundo moderno de la mano de los Estados Unidos e Inglaterra. Ninguna de las dos es una democracia de verdad-verdad, pues en Inglaterra las decisiones tomadas en la Cámara de los Comunes deben ser ratificadas por la Cámara de los Lores, una organización de aristócratas que heredan en poder de forma hereditaria, algo que en Estados Unidos mutó en una “democracia de tipo racial” en donde, por ejemplo, los negros no pudieron votar en el sur hasta hace 60 años.
Incluso hoy, para ser presidente de los Estados Unidos hay que ser un “WASP” (White-Anglo-Saxon-Protestant) para salir elegido, Barack Obama mediante.

Esa democracia con estratos raciales se asentó también en Colombia, en donde el acaparamiento de los blanquitos hizo que al pueblo casi nunca le tocara mucho. Hasta que apareció Petro, quien no solo ganó las elecciones pasadas, sino que busca que la democracia se convierta en una democracia verdadera en donde los indios, mestizos, mulatos y negros también decidan sobre el futuro del país, no solo los blanquitos “de bien”.

La palabra “democracia” está rodeada de un misticismo único en el léxico moderno. Es, casi que automáticamente, un sinónimo de “justicia social” y “felicidad”, es decir, que si somos democráticos somos “justos” y “felices”.
¿En serio?
En Colombia llevamos más de 200 años dizque de democracia y miren el cagadero de país que hemos construido. No solo no es una democracia, sino que es un narco-estado con profundos visos anti-democráticos. Por décadas los “traquetos de bien” de Colombia manipularon nuestro Estado para que los morenitos no llegaran al poder, hasta que eso se volvió imposible, saliendo Petro elegido presidente. ¿Quién puede argumentar, con el corazón en la mano, que nuestra “narco-democracia” es mejor que la dictadura que existe en Singapur, China o Rusia? Singapur es uno de los países más ricos del mundo, y un emporio de bienestar y progreso. China, de la mano de un comité central comunista, o Politburo, es la segunda potencia mundial con una gran riqueza y un poderío mundial enorme. Rusia con Putin está salvando a su país de las “democracias” de Occidente que quieren robarse los recursos naturales rusos, y desde el inicio de la guerra en Ucrania, la economía rusa se ha disparado. En estos días están votando en Rusia para presidente, y Putin va a ganar sobrado. ¿No estaríamos mejor en Colombia con un sistema distinto a la democracia?, pregunto yo con honestidad. ¿En realidad es Colombia más “justa” y “feliz” siguiendo este fetiche idiomatico (porque es solo un fetiche idiomatico) llamado “democracia” que gobernados por alguien con verdaderos sentimientos democráticos que incluyan participación e inclusividad?

La palabra democracia suena muy bien, es la panacea, el Olimpo político, si se IMPLEMENTA CORRECTAMENTE, pero en Colombia la palabra “democracia” se traduce en un sistema electoral corrupto controlado por los grandes poderes económicos y de medios. Así, una democracia a la colombiana significa que los que tienen más plata y controlan los medios, son los que verdaderamente gobiernan. En la “democracia” colombiana el que manda no es el Presidente de la República, él es solo un representante de los verdaderos poderes, quienes acaban siendo vergajos como Sarmiento Angulo, los Gilinski, el Sindicato Antioqueño y gente como los Char.
Siendo un país con muchos cultivos ilícitos y tráfico de drogas, los traquetos también mandan a través de sus grandes carteles, y muchas veces esa plata de las drogas se mezcla con la plata dizque “legal”, produciendo aberraciones políticas como el uribismo, una monstruosidad anti-democrática que casi acaba con el país.

Entonces, democracia en Colombia quiere decir narcos, multimillonarios hijos de puta, terratenientes de vena paramilitar y caciques regionales que sobreviven con la compra de votos, como sucede con los Char en el Atlántico.
Y los gringos. Hoy por hoy, cuando tú hablas de “democracia” y te vuelves dizque un país “democrático”, de inmediato llegan los americanos a tu país con su agenda “democrática”, que no es democrática sino una agenda de “bullies”. Llegan con la CIA, la DEA, te obligan a aceptar el matrimonio gay, a combatir las drogas, y te meten toda la represión económica del consumismo americano, es decir, te vuelven un adicto al consumismo, que en su mayor parte, se satisface con productos americanos. Entonces, tú te vuelves un esclavo del trabajo para poder comprar, comprar y comprar, porque la felicidad versión americana consiste en tener dinero para comprar muchas cosas. Una de las grandes felicidades que brinda la democracia, dice el testamento demócrata, es satisfacer tus instintos adquisitivos, lo que se traduce en ir al mall para hacer shopping. En eso consiste la máxima felicidad en los países “democráticos”.
Entonces, tu país “democrático” de narcos, terratenientes paramilitares y millonarios hijos de puta pasa a ser un protectorado de los Estados Unidos monitoreado por la CIA, la DEA y el Departamento de Estado, dando como resultado una represión absoluta en donde el ciudadano común y corriente tiene como 5 capas de poder arriba de él que, no solo lo marginan de una verdadera democracia, sino que lo someten disimuladamente a una multiplicidad de poderes sobre los que esa persona no tiene ninguna incidencia.
Supuestamente los congresistas y senadores te representan en el gobierno, pero si tú votas por una Katherine Miranda o una Cathy Juvinao, tu voto se perdió porque una vieja de esas legisla, no para ti, sino para aquel que le pague por proteger sus intereses. Legisladores como la Juvinao, Miranda o la Cabal existen para perpetuar el engaño de la democracia “a la colombiana”. Hacen bulla en redes sociales para que tú creas que ellas son defensoras de la democracia, pero en realidad son monedas con dos caras que engañan a la gente con una de las caras, y venden los intereses de esa misma gente a los grandes poderes económicos con la otra, quienes son los que controlan a los políticos, cuando no son los americanos los que lo hacen.
En el sistema “democrático” colombiano tu voto se pierde tan pronto tú votas por alguien pagado por estos poderes. El político te “marranea” y vende tus intereses al poder económico, quien es el que verdaderamente controla la dizque democracia de tu país.

Pero, cada tanto en Latinoamérica aparece un líder que se salta todas esas capas de corrupción que ofrecen nuestras democracias de cartón, y le llega al pueblo directamente, como es caso de Petro, de Lula o de Chávez, y ahí es cuando saltan todos los poderes que hasta entonces han gobernado.Ahi es cuando vienen los golpes duros y los golpes blandos. Las democracias de mierda de nuestro continente, controladas por poderes económicos, narcos, terratenientes y protegidos por los americanos “bullies”, no aceptan que haya una democracia de verdad con participación del pueblo, y proceden a torpedear al líder popular para que todo siga como siempre.

Yo les voy a dar el secreto del buen gobernante, porque lo conozco y he gastado mucho tiempo pensando en esto. El secreto del buen gobernante no es que sea “demócrata”, o que el tipo sea del común y no un rey, o que sea del pueblo y no un aristócrata, nada de eso. La principal característica que debe tener un buen gobernante es SABIDURÍA, y por sabiduría quiero decir entender al pueblo que lidera y proyectar unos valores y unos objetivos que estén en fase con los del pueblo que guía. Un gobernante “sabio” puede ser un rey, un dictador o un demócrata, mientras estos principios básicos se cumplan. El gobernante sabio puede ser blanco, aristócrata y rico, pero si el individuo es “sabio”, es decir, si está compenetrado con su pueblo y sus objetivos y valores están en fase con los de su pueblo, el tipo -o tipa- será un gran gobernante.
En nuestro tiempo el caso más notable de esto que digo es Vladimir Putin. El tipo, para todos los efectos prácticos, puede ser considerado un disctador, incluso uno un tanto siniestro, pues se trata de un antiguo coronel de la KGB. Pero eso al pueblo ruso no le importa. Los valores y objetivos del pueblo ruso están, en su gran mayoría, en fase con los valores de Putin, y él, como líder, sacó a Rusia del hueco en el que lo dejó Yeltsin cuando este último se volvió un “demócrata” lacayo de Occidente. Hizo crecer al país, lo revitalizó económicamente, regresó el país al tinglado mundial, y ha protegido la integridad de la nación rusa de los depredadores que la acechan. Mandó a los gringos para la mierda, le cerró la puerta a la guevonada LGTBQ, y creó una nación con valores verdaderamente rusos. Y yo no es que tenga nada contra la comunidad LGTBQ, pero si la mayoría de mi pueblo no quiere esa “explosión” de libertad gay, yo acato esa voluntad y la restrinjo. De eso es de lo que hablo cuando digo que los valores de un líder “sabio” deben estar en fase con los valores de su pueblo. Putin es un líder “sabio” porque sus valores SON los valores de la mayoría de los rusos, que no quieren los 69 sexos que existen en Occidente, ni creen en matrimonios gay, ni creen en la militancia política de los gays.
Igual en China, en donde la mayoría de los chinos aceptan la dominancia política del Politburo chino, y este ha sabido retribuir ese “sacrificio” democrático con un crecimiento económico espectacular, pues para los chinos es más importante el progreso económico, que obtener libertad política.

Todo este tiempo he apoyado a Gustavo Petro porque, dentro de esta definición mía de lo que es un buen gobernante, es decir, un gobernante “sabio”, Petro está en fase con la gran mayoría del pueblo de Colombia. Lo que quiere hacer Petro es lo que quiere la mayoría del pueblo colombiano, que es, obtener mejor salud, mejores pensiones, mejores condiciones laborales y mejor educación.
También creo que el giro, o “cambio”, que le está dando a Colombia es REAL y ya se está viendo. Nuevos centros de educación de todo tipo están siendo cronstruidos e inaugurados; cientos de miles de hectárea de tierra han sido adjudicadas a verdaderos campesinos para que la trabajen; el turismo se ha disparado y es una de las principales fuentes de ingreso del país; el proyecto de vías férreas por toda la nación se está viendo materializado y el país verdaderamente está adquiriendo una conciencia “verde” y ambientalista. Eso para no decir que, la gran sed de justicia del pueblo colombiano por fin parece que va a ser mitigada después de haber nominado a tres mujeres decentes para fiscal. Todo eso resuena con el hombre del pueblo colombiano, lo que demuestra que Petro está cumpliendo con la VERDADERA DEMOCRACIA, la democracia que la mayoría del pueblo colombiano quiere.

Con 4 años no alcanza para cumplir todos los objetivos del proyecto “sabio” de Petro, por lo que, con todo mi corazón, APOYO LA IDEA DE LA CONSTITUYENTE, CON EL AGREGADO DE QUE SE INCLUYA LA POSIBILIDAD DE REELECCIÓN, pues Colombia necesita de un presidente “sabio” que esté en fase con lo que quiere el PUEBLO de Colombia por más de 4 años. Sacar a Colombia de esa falsa democracia de narcos, millonarios, terratenientes y gringos es una tarea TITÁNICA, pero vamos por el camino correcto. Hay que darle tiempo a este gobierno, y de hecho, desde ya pronóstico que Petro va a acabar su gobierno al alza, y el pueblo se va a dar cuenta que fue un acierto elegirlo y va a querer más de él.

El primer paso ya lo dimos, ya tenemos a un presidente “sabio”, en los términos de mi definición de esta expresión.
Lo segundo es darle tiempo y confianza a este hombre “sabio” para que nos saque de esta narco-corrupción y manipulación de los americanos. La palabra clave es “sabiduría”, no “democracia”.

Incluso si Petro se vuelve un dictador -que no creo que vaya a suceder- ustedes me dirán si ese tipo de dictadura de un hombre “sabio” no sería preferible a la democracia encarnada, por ejemplo”, por Javier Milei o Benjamin Netanyahu.
¿A alguno de ustedes le gustaría mudarse a la “democrática Argentina” de Javier Milei con inflación del 300% o vivir en la “democrática Israel” que masacra mujeres y niños? ¿No sería mejor vivir en la autoritaria pero pacífica y rica Singapur?

Miren los que está pasando con las democracias con respecto a la Guerra en Gaza. El hijueputa de Netanyahu está matando mujeres y niños palestinos todos los días para cagarse en Biden y hacer que este pierda las elecciones acá, en Estados Unidos, porque el sabe que el apoyo de Estados Unidos a Israel es tremendamente impopular. Su objetivo con esto es que llegue Trump de nuevo, y que una vez que los republicanos regresen al poder, poder tener vía libre para, no matar a 30 mil palestinos, SINO PARA MATARLOS A TODOS!!!
Ese es el plan de dos de las principales “democracias” del mundo, ¡háganme el hijueputa favor!

Si esa es la cara de la “democracia”, a mi que me traigan a Vladimir Putin o a Xi Jing Ping.


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