¡Sí señor! Así como lo oyen, los habitantes de Rancho del INAT que en su gran mayoría afrontan una situación de desplazamiento forzado por la violencia debido al conflicto armado existente en el país y que provienen de zonas como: Sur de Bolívar, Sucre, Córdoba, Urabá y norte de Antioquia, de nuevo serán desplazados, pero en esta ocasión, no por los grupos armados ilegales, sino, por la administración Municipal que preside el doctor Marcos Daniel Pineda García.
En la zona Nororiental de Montería en el año 1985, unas personas en extrema pobreza, sin viviendas en donde cobijar a sus seres queridos, decidieron invadir la franja derecha del canal colector de aguas negras que queda por el lugar, cuyo mantenimiento le correspondía, en ese entonces, al Instituto Nacional de Adecuación de Tierras “INAT”, de ahí su nombre: “Ranchos del INAT”; posteriormente llegaron a la ciudad familias enteras huyendo de la violencia fratricida existente en su región y al no encontrar en donde refugiarse, decidieron ubicarse al lado de las “viviendas” que ya se encontraban en ese asentamiento Subnormal.
Cuando los primeros moradores de “Ranchos del INAT” llegaron, las tierras vecinas no tenían ningún valor, razón por la cual la Alcaldía de la época, autorizó la construcción de la laguna de oxidación por ese sector; pero con la aprobación del Impuesto de la PLUSVALIA en donde aquellas tierras rurales pasaron a ser urbanas; la prolongación de la calle 41, la construcción de la Terminal de Transporte Terrestre y la doble calzada, esos predios se dispararon; debido a esta valorización, al otro lado del canal, en la margen izquierda, están construyendo edificios suntuosos, barrios de estrato CINCO y SEIS y como es lógico “Ranchos del INAT” debe desaparecer de la zona a las buenas o a las malas, porque dichos tugurios afean el lugar.
En el año 2008 la Alcaldía Municipal de Montería, conjuntamente con la Defensa Civil hicieron un censo que arrojó como resultado 456 familias en el lugar, se comprometieron en situarlas en los barrios que estaban construyendo como Nueva Belén y los Robles, pero solamente ubicaron a 200, el resto ahí quedaron, con cartas de asignación en la mano.
Hoy en día sus moradores han sido amenazados; les dijeron: “Si en un mes no salen del lugar, serán desalojados” otro desplazamiento forzado deben afrontar esas pobres personas, ellos son seres humanos que merecen una casa digna en donde cobijarse con sus seres queridos; no es justo que el señor Alcalde de Montería, que ha hecho una excelente labor, cambiándole la cara a esta ciudad, llegue a esos extremos. ¡No lo creo!