Por: Felipe A. Priast-
En medio del cuento del software Pegasus se metió esta semana un tema que había dejado en el tintero para darle prioridad al tema Pegasus, pero que ahora retomo porque necesita ser analizado.
Y fue el cuento de la denuncia pública de una turista cucuteña que fue a Cartagena de vacaciones a conmemorar los 20 años de su matrimonio, y acabó teniendo una experiencia amarga por cuenta de unos taxistas de mierda del aeropuerto que no quisieron llevarla a su hotel por el monto definido en el tiquete que le dieron en el quiosco de taxis. De hecho, querían cobrarle $100 mil pesos por una carrera que solo costaba $27,500 dizque porque estaba lloviendo y se les dañaba el taxi.
Pero, lo interesante de este cuento no es tanto la estafa de los taxistas, quienes en Cartagena tienen fama por estos abusos, si no la FORMA MAFIOSA en la que el alcalde de Cartagena, el turco Dumek Turbay, intentó solucionar la denuncia, denuncia que la señora de Cúcuta hizo pública vía Tik Tok. Turbay la persiguió por todos los hoteles de Cartagena para ubicarla, y cuando la encontró, le mandó a la policía y al secretario de Gobierno de la ciudad para intimidarla con el cuento de que la estaba contactando para que pusiera la denuncia.
Luego, y después de decir barbaridades que no eran ciertas sobre la señora, este barbachán de mierda que oficia como alcalde se negó a rectificar, acabando haciéndose la víctima y diciendo que “él no iba a permitir que se insulte a Cartagena”.
Yo quiero aclararle a la gente porque Dumek Turbay se comportó como un “chulo de putas” en lugar de un alcalde, luego de recibir la denuncia.
Ese hijueputa turco corroncho de mierda es -o fue- ficha de la “Gata”, la famosa vendedora de chance de Magangué, paraca y narca, quien se apoderó de la política de Bolívar y Sucre hace como 25 años, y quien cargó con varios muertos a sus espaldas, además de una célebre relación con Varito en la época en la que Varito serruchaba gente a diario con sus famosas “Convivir”. Tanto él como Juan Carlos Gossain, el que fuera gobernador de Bolívar antes que él, fueron fichas de la Gata, elegidos con los votos “amarrados” de la Gata, las amenazas de la Gata y la plata mal habida de la Gata.
¿Cómo pretenden ustedes que esa PORQUERÍA se comporte decentemente, cuando ese mafioso hizo todo el curso de paraco y mafioso con la Gata? Su actuar agresivo y amenazador de hoy es un reflejo de su educación política con la Gata. Dumek Turbay se comportó como un “chulo de putas” al que le acaban de informar que una de las integrantes de su cuadrilla ha sido violentada por un cliente. La reacción de Dumek Turbay fue pura reacción de chulo: “hay que proteger a mi puta, porque le están pegando”, entonces, fue y le “pegó” y amenazó al que se metió con Cartagena, porque para él Cartagena es su puta, no la ciudad que él preside. El celo de Dumek Turbay por Cartagena no es un celo de un burgomaestre por la ciudad que preside, sino el celo de un chulo por una de sus putas. Con ese comportamiento, es bastante fácil entender porque Cartagena se ha vuelto, junto con Medellín, en un puteadero a cielo abierto para satisfacer la demanda de gringos del getto americano. Ciudades como Cartagena y Medellín no tienen alcalde, tienen CHULOS DE CABECERA, y Dumek es el “chulo mayor” de la gloriosa Cartagena de Indias.
El problema de la política turca de toda la Costa Atlántica es que, inevitablemente, acaba en una corronchada mafiosa, porque todos esos turcos son unos mafiosos y unos atarvanes. Alex Char oficia de “Mayo Zambada” en Barranquilla, y Dumek Turbay oficia de “Rooster”, el famoso chulo de la serie “Baretta”, la célebre serie de los 70s protagonizada por Robert Blake. Para los que no están familiarizados con la serie, uno de sus informantes del detective Baretta era un chulo afro apodado “Rooster”, quien era el que le pasaba todos los datos de la calle a Baretta y quien se volvió bastante famoso en mi época por sus pintas estrambóticas. Ese es Dumek Turbay, “Rooster”, un chulo de putas que maneja a la ciudad como si fuera una cuadrilla de putas.
Es más: el man es tan chulo, ¡pero tan chulo!, que por ahí leí que quiere crear una “zona roja” en Cartagena para tener a todas sus putas en un sector y bien organizadas.
Que nadie diga que Dumek Turbay no es un chulo organizado. Ese man no sabrá cómo manejar una ciudad, pero como buen aprendiz de la Gata, conoce todos los artes del bajo mundo, incluido el manejo de un zona roja.
Y a la señora de Cúcuta que pasó el mal rato le digo: no vuelva a Cartagena, señora. La próxima vez, váyase a Miami, a Cancún, a Punta Cana. Usted no quiere celebrar su aniversario 20 de bodas en una ciudad de putas como Cartagena, eso no pega.
Ya ve lo que le pasó, el chulo mayor de la ciudad la trató a usted como a una putas más.
Cartagena está sumida en un círculo vicioso sin escape. Es una ciudad de putas, vicio y estafa permanente, gobernada por un chulo de putas.
Y cada vez que un estafador, un jibaro o una puta se sienten ofendidos por un turista, van y le lloran al chulo, quien va y busca a la policía -una policía protectora de putas- y amenaza al turista “agresor”, porque ese chulo de putas no va permitir que nadie maltrate a una de sus “chicas”.
Barranquilla se convirtió en un cartel gobernada por un turco mafioso, y Cartagena se convirtió en un puteadero, como Medellín, gobernada por otro turco mafioso con ínfulas de chulo…
Esa es la radiografía de la Costa Caribe en estos momentos, ¡qué tristeza!
