Por: La Regional.net
Los guajiros tienen sed y, a menos de un mes de que termine el Gobierno de Iván Duque, el balance es que ese panorama no cambió con él, así lo manifestó Ismenia Iguarán, lideresa y artesana wayuu que vive en el corregimiento de Puerto López, en el norte de Uribia, quien aseguró que la lluvia sigue siendo la principal fuente de acceso al agua para las personas que viven en la zona rural de este departamento, que son alrededor de 500 mil habitantes.
La falta de acceso a este servicio fundamental es, entre otras, una de las causas de la tragedia de los niños que mueren en la península por desnutrición. Según información de las entidades territoriales al Instituto Nacional de Salud, hay notificados 33 casos de niños fallecidos por desnutrición en lo que va del año.
Justamente desde Uribia y con un sombrero wayuu puesto, en las primeras semanas de su mandato Duque lanzó “Guajira Azul”, un ambicioso proyecto que prometía llevarle agua a gran parte de La Guajira. Sin embargo, el programa fue un fracaso pues no cumplió ni un tercio de las metas.
El objetivo era elevar la cobertura de agua en la zona rural, incrementar la continuidad del servicio de agua en la zona urbana, aumentar la población con acceso a agua para consumo humano y aumentar la población cubierta con tratamiento de aguas residuales.
El viceministro José Luis Acero dice que la proyección es que en diciembre se cumplirán o quedarán cerca de cumplirse algunos indicadores, sin embargo desde la Empresa de Servicios Públicos de La Guajira dicen que de aquí a diciembre los números seguirán como ahora, en rojo.
“Guajira Azul” fue el proyecto con el que el Gobierno Duque buscaba darle cumplimiento a la sentencia T-302 de 2017 de la Corte Constitucional, que ordenaba, entre otras cosas, darle solución permanente al suministro de agua potable para evitar la muerte de niños por desnutrición.
“Es uno de los grandes sueños de mi vida como guajiro. Le quiero dar las gracias Presidente por ayudarnos a hacerlo realidad. No hay un solo municipio del departamento de La Guajira que vaya a quedar por fuera”, dijo hace cuatro años el entonces ministro de Vivienda Jonathan Malagón, en el evento en el que el mandatario hizo el anuncio con bombos y platillos.
Una de las principales expectativas del proyecto que lanzó Duque era llevar agua a las zonas rurales, donde mueren los niños. La meta era incrementar del 4 al 70 por ciento la cobertura de agua en la zona rural.
Casi cuatro años después, solo el 22 por ciento de las personas de la zona rural tiene acceso al servicio de agua, según cifras del Ministerio de Vivienda. Algunos temen que, en la realidad, la cifra sea aún menor.
En la mayoría de esas comunidades se siguen abasteciendo con el agua que cae del cielo y es almacenada en jagüeyes, que son depresiones de tierra que permiten almacenar agua para ser recogida hasta que se acabe.
“Estamos preocupados porque el invierno fue malo, y desde noviembre no llueve. Estamos viendo muy reducida el agua del jagüey, y no apta para el consumo humano”, dice Ismenia Iguarán, en cuyo corregimiento hay cuatro jagüeyes, en donde también toman chivos y vacas.
Para cambiar esto, “Guajira azul” prometió construir 19 modelos de pilas de agua, un megarecipiente artesanal para almacenar agua procesada. No obstante, hasta la fecha solo están terminadas cinco pilas de agua en todo el departamento.
La desazón por los pocos frutos del proyecto también es de los mandatarios. El alcalde de Villanueva, Carlos Alberto Barros, dice que “‘Guajira Azul’ fue un fracaso total”.
“El municipio no se ha beneficiado en nada que tenga que ver con este programa. Una vez le dije al viceministro de Vivienda que estábamos hartos de tantas consultorías, que lo que necesitábamos eran acciones”, dice el alcalde Barros.
Aunque el principal objetivo de “Guajira Azul” era llevarle agua a las zonas rurales, también pretendía mejorar y aumentar la cobertura en zona urbana e incrementar la población cubierta con tratamiento de aguas residuales . Esas metas tampoco se cumplieron.