Barranquilla está a punto de dejar este mundo para entrar en el mundo de realismo mágico de Gabriel García Márquez: va a elegir a un alcalde el próximo domingo que casi con seguridad se va a ir preso porque Alex Char tiene pie y medio en la Cárcel La Modelo. A este bandido sarraceno solo le falta firmar la boleta de entrada a prisión para oficializar la vaina.
Si por algún milagro el man capa cana por el escándalo de Aida Merlano, en donde al igual que su hermano está metido hasta los huesos en un esquema antiquísimo y altamente productivo de compra de votos, al man todavía le quedan 247 investigaciones pendientes, y ahora, el cuento de que Serfinanza, el banco de los Char, le lava plata a los carteles mexicanos del Pacífico. Que uña y mugre con el Mayo Zambada y con el Chapo Guzmán para facilitarle a estos capos el control de los puertos colombianos en el Caribe para la exportación de coca.
Pero eso no es lo peor del cuento. Lo peor es que las investigaciones las están llevando a cabo en México y Estados Unidos así que, fácil, el man se va extraditado.
Si usted tiene su billete en Serfinanza, quédese tranquilo que esa plata duerme ahí, sabroso, al lado de la del “Mayo” Zambada y el Chapo Guzmán, quienes, hasta donde yo se, son los únicos carajos que usan ese banco.
Ese banco, Serfinanza, es un banco misterioso. Solo sirve para pagar por votos comprados, lavarles a narcos y financiar los chancucos de la familia Char. Yo no he oído de ningún gran negocio decente en donde esté metido ese banco. Esa vaina parece como un banco de Pablo Escobar, como un banco fundado por Mayer Lansky o Al Capone.
Y el dueño del banco torcido va a ser el próximo alcalde de Barranquilla.
Este cuento ya no es de escoger a un alcalde “rata”, porque candidatos ratas sobran en Colombia y varios van a ser elegidos este domingo, sino de elegir a un alcalde “narco”, porque si tú le lavas al Mayo Zambada, tú eres un narco de grandes ligas.
Y tampoco es que sea la primera vez que se acusa de narcos a los Char, ni es la primera vez que los acusan de lavadores. Con leerse el libro de Laura Ardila “La Costa Nostra” queda claro que está no es la primera vez que se les asocia con narcos.
Yo le voy a pedir al presidente Petro que desde ya vaya pensando en un alcalde interino para Barranquilla porque, con la nueva fiscalía, Alex va a ser de los primeros en caer y a él le va a tocar nombrar alcalde temporal hasta que se elija a un nuevo alcalde.
Pero de lo que no se va a salvar Barranquilla va a ser del caos que se le viene encima. Insistir con la güevonada de los Char, con tanta vaina rodeando a esa gente, es el acto de brutalidad electoral más grande que yo haya visto. Literalmente, los barranquilleros van a depositar en las urnas un voto por un man que se va a ir preso pronto. ¿Cómo explicarse esa ausencia total de moralidad electoral?
El fervor de los barranquilleros por el Junior ha sobrepasado lo deportivo. Los barranquilleros no son hinchas del Junior, son hinchas de los Char. Y Alex no tiene votantes, tiene “fans”.
Si al Junior le cambian el nombre y lo re-bautizan “Char Football Club”, igual se llena el estadio metropolitano. Barranquilla es un “proxy” del Junior. Lo que los barranquilleros quieren no es que el Junior gane, sino que Alex Char gane.
Hace poco una amiga colombiana que bordea los 50 años y es divorciada me hizo una confesión. Me dijo: “Felipe, estoy cansada de trabajar, de haber llegado a esta edad sin nadie que me mantenga, de tener que levantarme todas las mañanas para ir a trabajar para sobrevivir. Te juro que me suelta los perros un traqueto, y me voy con él…”.
Barranquilla es mi amiga, así, ¡igualita!
El traqueto vino, y Barranquilla se fue con él…