El atraso tecnológico que mostró el coronavirus-Por: Nicola Stornelli García

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El recién creado Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana mostró, cruzando bases de datos de los sectores involucrados, que, aproximadamente, el 63% de los estudiantes en educación media de colegios públicos de Colombia no tiene acceso a internet ni computador en su hogar.

Estudiantes de la Universidad Nacional, sede Bogotá, dijeron no tener las herramientas para estudiar ‘online’. Ese dato lo hemos venido denunciando Adriana Molano, Elías Said, Paula Álvarez, Alfredo Roldán, Julián Cardona y yo, entre otros, desde hace no menos de diez años.

Sigue habiendo una enorme brecha digital en Colombia que ha hecho crecer la brecha cognitiva. Hoy, por la penetración masiva de los móviles, tenemos una sociedad “facebukiada”, “estupidizada”.

Debe ser mirado con lupa por las entidades de control para asegurar que ese dinero no se desvíe para otros propósitos

Incluso me atreví a hablar, hace rato, de la creación de una nueva clase de marginados, los marginados digitales. Colombia cometió el error de apostarle al crecimiento de la cobertura en telecomunicaciones a través de la tecnología móvil, financiando con dinero público la red de operadores privados como ocurrirá con la reciente subasta, atrasando al país.

Ni siquiera el proyecto de la Troncal de Fibra Óptica (TFO) ha representado un salto cualitativo.

En Portafolio ya había hablado de la importancia de las obligaciones de cubrimiento que asigna la subasta del espectro, que representan más de dos billones de pesos del Estado para que los operadores amplíen sus redes.

Revisé las reglas de la subasta y la lista de localidades que deben cubrir y no es claro ni cómo se escogieron ni cómo se va a asegurar que ese dinero no se use por los operadores en algo distinto.

O, peor aún, que no vaya a engrosar sus utilidades, pues muchas localidades igual ya tenían que ser cubiertas con 4G, por la simple obligación de actualización de red que traía la subasta, y por ello no es claro si debían estar en la lista con la que se pujaba, so pena de pagar como Estado por lo que igual ya era obligación para el privado.

Esa actualización de red a 4G y el cubrimiento de localidades debe ser mirado con lupa por las entidades de control para asegurar que ese dinero no se desvíe para otros propósitos y lo que no se use en cobertura, que puede ser mucho, se le devuelva al Fondo TIC.

El país tiene ahí una oportunidad de enmendar la tarea pendiente de la TFO. También hay tiempo para revisar la inmensa licitación que pretende otorgar $2 billones a 10 años para garantizar conectividad en centros digitales en zonas rurales, al parecer nuevamente con tecnología satelital.

¿Esa es la solución a los problemas de conectividad del campo? ¿La mayoría de estos sitios no deben ser cubiertos con la actualización de redes móviles a 4G que obliga a quienes subastaron por espectro?

Con toda esta plata en juego que supera los 5 Billones de pesos, el gobierno debiera más bien auditar, en detalle, el uso de los recursos de obligaciones de cubrimiento y pedir que le retornen lo no usado y estructurar un proceso de contratación que lleve la última milla, de verdadera banda ancha fija, a los hogares de la Colombia profunda, de esa que sigue desconectada pese a la TFO, asegurando la continuidad del servicio en el largo plazo.

Entre los recursos de las obligaciones de cubrimiento, los dos billones mencionados y los recursos de la adjudicación de la concesión del dominio CO, Colombia tiene ahí mucho dinero para poner encima de la mesa y convocar una licitación internacional que nos permita conseguir los mejores precios y tecnología del mercado.

¿Ya vieron que con todo y el 5G, en Gran Bretaña están apostando porque en los nuevos hogares haya infraestructura para fibra óptica con tecnología de gibabit?

¿No es hora de iniciar el apagón del 2G? ¿Por qué no quedó como una obligación de la subasta de espectro?

Es hora que Sylvia Constain lidere, desde el Mintic, una mesa de discusión con diferentes actores, no solo los operadores, para discutir cómo darle un impulso a la conectividad y al uso y apropiación de la tecnología.

El MEN se ha percatado que los niños y jóvenes no tienen como acceder a los beneficios de la plataforma Colombia Aprende porque no tienen computadores ni Internet en sus casas. Y los celulares que hay en los hogares no permiten trabajar en esa plataforma.

El MEN y el Mintic deben unir esfuerzos. En lo único en lo que medio se han puesto de acuerdo es en no duplicar esfuerzos en la conectividad que ofrecen a los establecimientos educativos a través de la iniciativa de Conexión Total.

Ahí hay una buena tarea para el recién creado Ministerio de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación que, obviamente, debe participar en las discusiones con los otros dos ministerios mencionados.

¿No es hora de replantear el nombre del Mintic ahora que hay un Ministerio de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación? Las TIC y las Telecomunicaciones no son lo mismo. Aciem lo dijo hace rato cuando se introdujo la modificación al Ministerio de Comunicaciones.

Lo que está mostrando la crisis del coronavirus no es solo que no hay conectividad en el sector educativo. Tampoco estaban preparados para la virtualidad. Tanta plata que ha invertido la Nación para que ahora, por esta crisis, nos demos cuenta de lo mal que estamos. En provincia lo notamos. Yo lo vengo diciendo hace rato en el espacio que generosamente me ha concedido Portafolio.

El analfabetismo digital hay que replantearlo tal como lo define la UNESCO. No es simplemente no saber utilizar un computador o no saber conectarse a Internet. ¿Y cuándo un profesor universitario no sabe grabar las notas en la plataforma de la universidad qué es?

Profesionales con celulares de última gama, con valores por encima de los dos millones de pesos y que lo único que saben hacer es llamar, “wasapear” y “facebukiar”.

Las crisis deben servir para, precisamente, reconocer en qué hemos fallado y cómo replantear el camino. Colombia tiene una oportunidad de oro para dar un salto cuantitativo y cualitativo que nos inserte en la Sociedad de Información, nos permita acceder a los beneficios de la 4RI y podamos soñar con llegar a la Sociedad del Conocimiento.

Mientras haya los niveles de analfabetismo total y digital que tenemos hoy en día, estamos lejos de esas metas. Y nada de eso lo vamos a lograr si los hogares lo que tienen es un plan de datos móvil que les brinda Facebook, Instagram y WhatsApp gratis. ¡QUE HORROR! Tonado: E/Tiempo Autorizado por su autor.

 


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