La subregión costanera constituida por los municipios de Moñitos, Puerto Escondido, San Bernardo del Viento, San Antero, Canalete y Los córdobas; territorio con ventajas geográficas, agrícolas, culturales y el espíritu resiliente de su gente.
De igual modo, la belleza de sus playas y el inmenso Océano Atlántico es la evidencia, no solo de la belleza geográfica y paisajística de esta subregión llamada por sus habitantes el «Caribe Cordobés»; belleza que contrasta con la pobreza y carencias de estas poblaciones. Pero, por qué esta región se encuentra marginada y excluida del acceso al bienestar social y el desarrollo.
En relación con lo anterior, las teorías del Desarrollismo Económico plantean que, para que un territorio sea rico y desarrollado debe poseer recursos naturales y posición estratégica; pero, esta teoría por sí sola no tiene sentido sino se complementa con inversión social, educación, creación de condiciones en materia de infraestructura vial, sanitaria, agua potable entre otras. La subregión costanera posee lo primero; pero carece de lo segundo. Una subregión que tiene 124 km de costa sobre el mar Caribe y con potencialidades para el turismo, la pesca y el desarrollo portuario se encuentra de espaldas al desarrollo. Sus necesidades básicas insatisfechas NBI, al igual que la pobreza multidimensional en conjunto supera el umbral del 80%, tasa de desocupación 25.6%, informalidad 76%, tasa de deserción escolar 11%, desempleo juvenil 23.4%.
Sus servicios públicos son bajos y escasos, su conectividad vial rural es casi inexistente; en la zona urbana solo se aprecia en las calles principales de la cabecera y, lo más paradójico aún… no existe conectividad regional para unir al Urabá Antioqueño con el Golfo de Morrosquillo; lo que ha generado un terreno propicio para la ilegalidad. Es decir, el mar lo aprecian y utilizan los grupos al margen de la ley y no el Estado. Mientras tanto, el vecino departamento de Antioquia está haciendo millonarias inversiones para unir su capital con el mar, fortaleciendo la salida de sus productos al exterior, construyendo puertos y terminando la doble calzada entre Turbo, Apartadó, Carepa y Chigorodó.
Por su parte, el departamento de Córdoba tiene en el mar su territorio con mayor pobreza; es decir, los dos extremos de Córdoba; tanto el Sur como el Norte. El primero con 504 mil hectáreas de biodiversidad y riqueza minera en todos los alrededores de sus cinco municipios, y el norte con 124 km de costa. En los dos extremos se encuentra una gran riqueza sin explotar; contrario a esto, en esta subregión impera la desigualdad y el abandono estatal; convirtiéndolas en terreno fértil para los grupos al margen de la ley, que son quienes controlan el territorio e imponen su poderío.
Es el momento de actuar y construir un gran pacto social por el desarrollo del Caribe Cordobés; donde imperen las lógicas del desarrollo. El liderazgo de los alcaldes de la subregión costanera debe ser construir y poner en marcha políticas públicas sostenibles en las próximas décadas en conjunto con la institucionalidad territorial y nacional. Desde Unicórdoba aportamos nuestra capacidad científica y humana. Es necesario pensar en el desarrollo y ponerlo en marcha; de lo contrario, estaremos condenados a vivir en la pobreza.