Hoy había pensado tomarme un break como escribiente de Facebook, porque el único tema del que me interesaba hablar era el del conflicto ruso-ucraniano, pero sentía que me faltaban 5 centavos para cuajar mi idea, así que había decidido no escribir hoy.
Pero sale hoy Enrique Santos con una columna bastante floja en “Cambio” sobre ese mismo tema, y me siento en la obligación de escribir solo para aportar una mayor claridad sobre el asunto que la expresada hoy por Enrique Santos en una columna para el olvido.
El pobre tipo no sabe de lo que está hablando y su columna casi que se resume a un recuento de sus viajes a Rusia, como si eso aportara mucho. Enrique Santos no sabe ir de lo anecdótico a lo analítico, el cree que analizar ese conflicto es decir que ha estado tres veces en Rusia, ¡pero bueno!, ¿qué esperaban? En Colombia no existe una tradición de analistas geopolíticos, y mucho menos de historiadores competentes, por eso tienen ustedes columnas flojas como la de Enrique Santos de hoy.
Ese conflicto entre Rusia y Ucrania tiene mucho de donde cortar, y nos toca a nosotros mucho más de lo que la gente piensa.
Lo primero que tienen que entender Enrique Santos y los lectores colombianos confundidos por él, es que el objetivo de Putin no es la guerra en sí, sino desconectar a Ucrania de Occidente.
Y lo que en estos momentos hace Putin no es preparase para invadir Ucrania, sino una instancia más de GUERRA PSICOLÓGICA, un campo en el que los rusos siempre han sido unos maestros.
Al interior de Ucrania hay una especie de guerra civil entre los separatistas del este de etnia rusa, y los ucranianos del oeste, más cercanos culturalmente a los polacos (y católicos como los polacos).
Eso no quiere decir que Putin no pueda intervenir. Si los ucranianos comienzan a matar a ucranianos del este de etnia rusa, seguro que interviene, pero eso no es lo que él busca. El objetivo de Putin es desconectar a Ucrania de Occidente, hacerla caer en la esfera rusa, y mandarle un mensaje a toda la Europa del Este que hoy hace parte de la OTAN en el sentido de que no militaricen sus fronteras con Rusia.
A largo plazo, quizá Putin también busca desestabilizar a la OTAN, pero no porque sea un expansionista agresor, sino porque el siente que Occidente le puso conejó a Rusia en los 90s, cuando gobernaba Yeltsin, quien permitió la expansión de la OTAN más allá de lo debido.
Ahora, si Putin consigue su objetivo -y todo parece indicar que así va a ser, pues Ucrania no va a ingresar a la OTAN-, los efectos de este evento se van a sentir en todo el globo, incluyendo a Colombia.
Para empezar, Ucrania es el país más pobre de Europa. Un desmembramiento de Ucrania podría crear otra crisis de refugiados, como la recientemente acaecida en Siria, lanzando a millones de ucranianos por fuera de sus fronteras, y a nosotros nos podría tocar nuestra cuota de ucranianos, así como hace poco nos tocó una cuota de afganos.
Segundo, creo que dentro de la derecha colombiana, por cuenta de nuestra ridícula membresía en la OTAN como miembro asociado, se está creando una idea -peligrosa a mi modo de ver- de que Putin podría retaliar en el “patio trasero” de los Estados Unidos, es decir, Latinoamérica, y que dentro de los blancos más apetitosos para Putin está Colombia, que tiene elecciones presidenciales este año.
Entonces, con ese cuento, sospecho que quieren armar una conexión entre Putin y Petro para empañar un posible triunfo del líder progresista, algo que cada día parece más y más factible.
La excusa va a ser la membresía en la OTAN, una alianza transcontinental para contener la expansión rusa.
Es decir, para que me entiendan, van a buscar descalificar a Petro por dizque estar conectado con Rusia a través de Maduro.
Los Estados Unidos llevan 2 semanas diciendo “mañana invaden los rusos”, “mañana empieza la invasión”, pero nada de esto sucede. Son los americanos quienes más interés tienen en que está invasión tome lugar, lo que les permitiría definir una política anti-rusa más agresiva, siempre con un ojo puesto en Latinoamérica. Putin como el nuevo “Al Qaeda”, Putin como el nuevo malo del mundo, y a partir de ahí, vender de todo, desde “guerras defensivas”, hasta armas e ideologías.
Pero como la guerra no llega, han puesto a los ucranianos a bombardear la región de los separatistas, para que estos respondan. Y tan pronto los rusos étnicos responden, salen los americanos y muestran los huecos y las casas derruidas del lado de los ucranianos del oeste para estigmatizar a Putin. Así es como se crea un malo en los Estados Unidos, con mala prensa.
De hecho, esa columna de Enrique Santos de hoy en Cambio es para crear ese ambiente.
La seguidilla de hechos de las últimas dos semanas ya no deja ninguna duda: están creando las condiciones para conectar a Putin con la izquierda Colombiana. Duque viaja a Europa y habla en Bruselas ante la plana mayor de la OTAN, en donde dice que Colombia se unirá a las sanciones contra Rusia; el NY Times saca un artículo sobre Rusia y Latinoamérica; el gobierno de Estados Unidos dice que los rusos piensan infiltrar las elecciones en Colombia; y todo periodista en Colombia que no quiere que gane Petro empieza a hablar del conflicto ruso-ucraniano.
Pero la vaina no cuaja porque la invasión no llega. Y no llega porque Putin es un maestro de la geopolítica. Lo suyo es una instancia de guerra psicológica, y los gobiernos de Occidente lo saben. Pero gobiernos como el de los Estados Unidos quieren que pase algo en Ucrania porque con ello tendrían un nuevo “malo” mundial, y la política exterior americana necesita de “malos” para subsistir.
Aclaró: Putin no es la Virgen María, pero tampoco es el malo que los americanos quieren fabricar.
Y también hay que entender el por qué los americanos querrían desencadenar un conflicto en Ucrania.
Si Rusia gana la partida en Ucrania, los americanos tendrían que re-pensar por completo su estrategia global.
De una política de contención de China en Asía, su principal objetivo en estos momentos, tendrían que volver a una política de “Europa y Occidente primero”, es decir, fortalecer la OTAN y volver a mandar tropas a Europa cómo durante los tiempos de la guerra fría.
Pero al descuidar Asía, podrían perder Taiwán a manos de China, y quizá perder el liderazgo en el sureste de Asía.
Ante esas amenazas en Asía y Europa, a los Estados Unidos no le va a quedar otra que fortalecer militarmente a sus aliados en Europa y Asía, lo que podría implicar re-armar a Alemania.
Y a través de la historia ya todos sabemos que pasa cuando Alemania se rearma…
Por eso quieren pegar primero, para evitar esos dos frentes en Asía y Europa.
Así como cuando Uribe metió a las FARC en la lista de terroristas durante los años del segundo Bush por cuenta de los ataques a las Torres Gemelas de 2001, así van a intentar hacer con el nuevo “coco” del mundo, Vladimir Putin. Y todo el que sea amigo de Putin, también cae como “terrorista”. Eso lo veo con absoluta claridad.
No hay tal “coco”. Las reclamaciones rusas son válidas, y la OTAN tendría que retroceder la raya.
Putin no va a invadir Ucrania. Pero el gobierno de los Estados Unidos quiere hacernos creer que si quiere, para usar eso como excusa con otros intereses.
Si Putin hubiera querido invadir Ucrania, ya lo hubiera hecho hace rato.
Por el momento, los rusos llevan la mano en esta instancia de “guerra psicológica”.
Si Biden vuelve a decir que la guerra empieza mañana, y no empieza, le va a pasar como al pastorcito mentiroso: nadie le va a volver a creer.
Y si alguien les viene a decir que Putin es amigo de Petro y que piensa intervenir en las próximas elecciones en Colombia, ustedes contéstenle lo siguiente, palabra por palabra:
“¡Compadrito, vaya a bañarse!”
El Putin-Petrismo no existe, nunca va a existir, no se dejen engrupir con ese cuento chimbo…