Por: Alejandra Saavedra (@alejitaCanl).
Este domingo 3 de octubre el cuestionadísimo exfiscal Néstor Humberto Martínez Neira se fue lanza en ristre contra el gobernador Carlos Caicedo Ómar.
En su columna para EL TIEMPO titulada «El gobernador del Magdalena, de regreso», Martínez asegura que el gobernador se contradice en sus versiones sobre un plan magnicida descubierto hace un mes y que le obligó a salir por un días del país; afirma también que los indicadores históricos del Magdalena en materia de pobreza y desigualdad son culpa de Caicedo, cuando este departamento por décadas estuvo en manos de los amigos y socios de Martínez: los clanes políticos y mafiosos del departamento. Solo un cínico como él puede asegurar lo que asegura.
Acusa a Caicedo de encarnar el socialismo cubano y que el Magdalena es solo un experimento de esta ideología, la cual Caicedo, según él, planea llevar a toda Colombia. Martínez es un tipo perverso y mañoso pero hábil y sagaz, hace años veía ya a Caicedo como una amenaza, no para la sociedad colombiana, desde luego, sino para los intereses de las castas oligárquicas que siempre han dominado al Magdalena y al país; por eso hizo lo posible desde la fiscalía para encarcelarlo, sancionarlo e inhabilitarlo. Lamentablemente para él y su cuadrilla de rémoras del erario las acusaciones sin piso judicial y sin pruebas se le han venido cayendo una a una. La verdad siempre se impone y esta ha sido en favor de Caicedo.
Martínez se une al coro de adversarios políticos, clanes mafiosos, líderes de ultraderecha, grandes medios privados y delincuentes de cuello blanco que se han desatado últimamente contra el líder de Fuerza Ciudadana. El conocer que este movimiento se proyecta ahora a nivel nacional con su lista abierta a senado y cámara, encendió las alarmas en esas oscuras esferas desde donde se combina política y crimen para fines exclusivamente particulares.
Historia de una persecución:
El entonces fiscal general nombró como fiscal de un caso contra Caicedo a Vicente Guzmán Herrera, quien le aumentó exponencialmente las investigaciones. Guzmán, al igual que Martínez y Vargas Lleras, está estrechamente relacionado con Luis Miguel Cotes, enconado enemigo de Carlos Caicedo. Esos procesos que Guzmán Herrera le abrió, auspiciados por Vargas Lleras y el exfiscal, tenían como fin fortalecer al clan Char, al clan Cotes y a Cambio Radical en el Magdalena.
Fuente: denuncia de Luis Carlos Torregrosa, abogado de Carlos Caicedo.
En octubre de 2019, Guzmán Herrera fue retirado de su cargo por participación indebida en política, ya que colgaba en sus redes sociales videos de campaña en favor de los adversarios de Caicedo y en contra de este. De ese nivel de transparencia han sido los funcionarios que se han ensañado contra Caicedo. Funcionarios manejados por poderosos titiriteros apostados en los altos estamentos del poder político y económico, muchos de ellos asociados al crimen organizado.
El Fiscal Martínez no paraba el acoso judicial:
Fue este exfuncionario público, que sonó como candidato a embajador en España designado por Duque, quien reabrió el caso de las tres personas asesinadas asociadas a la UniMagdalena. Los testigos que se usaron para inculpar a Caicedo admitieron haber sido pagados por el Clan Cotes. El 7 de marzo de 2018, el exparamilitar Adán Rojas Mendoza indicó, en el marco de una de las audiencias de la ley de Justicia y Paz, que los abogados Alex Fernández y Dilia Barón —apoderados de los Cotes y Díazgranados, respectivamente—, le ofrecieron una suma de dinero, a nombre de Álvaro Cotes —padre de Luis Miguel ‘El Mello’ Cotes— para que testificara que Caicedo era el determinador de los homicidios de Hugo Maduro, Julio Otero y Roque Morelli. Los abogados le entregaron una parte del dinero prometido ($100.000.000) a un pariente de Rojas. Por lo anterior, se instauró denuncia ante la Fiscalía General, por los delitos de soborno en la actuación penal y fraude procesal en contra de Fernández, Cotes y Barón. Ese mismo año se conoció por parte de la defensa de Caicedo que “en este último episodio, la abogada Barón manifestó algo mucho más grave y con incidencia penal, pues afirmó que Álvaro Cotes y ‘El Mello’ Cotes, le entregarían $ 1.200.000.000 a un Juez, para que en enero o febrero de 2019 dictara medida de aseguramiento en contra del hoy gobernador”. Finalmente, el 31 de octubre de 2019, en una emisora de Santa Marta, Radio Magdalena, Álvaro Cotes calumnió a Caicedo al calificarlo “de asesino, financiado por las Farc (en su carrera política) y que tienen que ‘bajarlo’ como sea”.
Para reseñar la historia de persecución de Néstor Humberto Martínez al frente de la Fiscalía General de la Nación, no solo contra Caicedo sino contra toda fuerza política renovadora y progresista, se haría necesario una enciclopedia entera: Favorecimientos judiciales a Luis Carlos Sarmiento en sonados casos de corrupción, a Germán Vargas Lleras, a Álvaro Uribe Vélez, a Iván Duque, etc. Sus continuos ataques contra el proceso de paz o contra toda voz disidente de las políticas gubernamentales fueron pan de cada día durante su jefatura en el órgano acusador. Hace unos meses se supo que participó en el presunto entrampamiento al acuerdo de la Habana, por el que un sector importante de firmantes del tratado de paz regresaron a las armas. Necesitan de la guerra para gobernar, necesitan de la persecución judicial para saquear las arcas públicas. Concepciones ideológicas diametralmente opuestas a las esgrimidas por Carlos Caicedo Omar a lo largo de su extensa carrera pública.
Si un tipo de las actuaciones, antecedentes y calaña de Martínez se ensaña contra el actual gobernador del Magdalena, es porque Caicedo vale la pena.