Lo cuenta Olga Behar. Gonzalo Javier Palacio nació en Entrerrios, Antioquia, en 1933 y en su juventud su ídolo no era un cantante ni un jugador de fútbol sino un obispo. Se llama Miguel Angel Builes. Por sus homilías encendidas lo llamaban “el botafuego”. Creía que ser liberal era pecado. En un sermón dijo lo siguiente: “Que el liberalismo ya no es pecado, se viene diciendo ultimamente, y que por tanto, ser liberal ya no es malo. Nada más erróneo, pues lo que es esencialmente malo no dejará de serlo y el liberalismo es esencialmente malo” Y Palacio creía todo lo que decía Builes y se convirtió en un apostol de la extrema derecha.
Llegó a Yarumal en 1960, cuando tenía 27 años. Se ganó una reputación en el pueblo. No usaba sotánas y a la gente le gustaba confesarse con él. Por eso muchos de los habitantes de este pueblo de Antioquia cuando empezaron a asociarlo con Los doce apóstoles, el grupo de limpieza social que fue la semilla de un grupo paramilitar y al que se le ha acusado de pertenecer a Santiago Uribe Vélez, el hermano del expresidente. El grupo se llama así, supuestamente, porque Palacio participó y lo creó. El cura acostumbraba a hacer sus homilías sobre política y se oponía con vehemencia a la influencia de la guerrilla que azotaba, con extorsiones y secuestro, a los prósperos ganaderos de Yarumal.
Pero el cura Palacio no sólo se conformaba con ser un “Botafuego” como Builes, en cientos de expedientes hay declaraciones en donde señalan al sacerdote de tener contactos con el batallón Pedro Nel Ospina y ahí aseguran haberlo visto de pasamontañas, camuflado y dándole información a los militares de los supuestos ayudantes de las guerrillas. El sacerdote, quien negó estas afirmaciones, estaba violando el secreto de comunión.
Su lugar de reunión los fines de semana era una fuente de soda llamada “Los Alpes”. Cada vez que se tomaba unos aguardientes en ese lugar, al otro día, aparecía alguien muerto. Así lo afirman varios testigos. Los muertos, como lo relata en varios declaraciones el mayor de la policía Juan Carlos Meneses, quien fue comandante en Yarumal, “Los escogidos eran personas señaladas por la población como marginados sociales que resultaban indeseables, sobre todo para los comerciantes de la zona que recolectaban dinero supuestamente para apoyar a la Policía”.
En 1994 estalló el escándalo de los Doce Apóstoles. Desde esa fecha, hasta su muerte en el año 2020, Palacio tuvo que repartir su vida entre los estrados judiciales y el púlpito. Una vez la policía entró a su casa, le hizo un allanamiento. Allí encontraron, dentro de una biblia, un revólver calibre 30. Cuando se le preguntó por esta arma el cura Palacio respondió lo siguiente:
“Me motivó conseguir el arma el peligro que corría mi vida por las denuncias públicas, en mis homilías y predicaciones, ahí aprovechaba para hacer denuncias públicas sobre los abusos de la extorsión y secuestros, amenazas que hacía la guerrilla o la delincuencia común organizada, ya que por convicción, por formación, soy un gran respetuoso de la vida, la libertad y la dignidad de la persona humana. Como hacía denuncias públicas fuertes, temí por mi vida y eso me llevó a conseguir el arma como medio de defensa. Directamente no fui amenazado e indirectamente si supe que me había convertido en objetivo militar de la guerrilla.
En su momento la periodista Matta Gómez, relató lo siguiente sobre la captura que le hicieron al cura Palacio “La misión apostolar terminó un año y 35 muertos después, con el allanamiento de la casa cural de la parroquia de La Merced, la captura del padre Palacio y el decomiso de un revólver calibre 38 de su propiedad”
Al cura lo capturaron en el barrio Laureles de Medellín en 1995, duró dos años preso. Se le señalaba de haber creado el grupo paramilitar Los doce apóstoles. Nunca lo desvincularon del caso. La iglesia ayudó a esconderlo. En los últimos años de su vida permaneció en la iglesia San Joaquín de Medellín. Tenía 87 años cuando murió. Fueron decenas las personas que declararon en su contra señalándolo de paramilitar, de pertenecer en Yarumal al grupo de Los doce apóstoles, al mismo al que se le señala de ser miembro a Santiago Uribe Vélez y por el que se le abrió un juicio dos veces