Dentro de pocos días, antes o después de Semana Santa, el Partido Liberal Colombiano tomará la decisión de otorgar el aval a uno de los cuatro aspirantes a la gobernación de Bolívar por esta colectividad política, o bien, dejar en libertad a su militancia en el departamento para apoyar candidaturas de otros partidos mediante alianzas electorales. La responsabilidad de esta decisión recae en el presidente del partido en Bolívar, el senador Lidio García Turbay, quien junto con el gobernador Dumek Turbay, conforman actualmente la Casa Turbay, una de las más tradicionales en el departamento.
Las cosas no están tan claras para los cuatro esmerados aspirantes liberales, porque no existen reglas para la escogencia, distinta a la de una decisión unilateral, a lo sumo consultada con la Dirección Nacional del partido. Al respecto, hemos consultado vía wasap a los aspirantes liberales y éstos coinciden en afirmar que respetarán la decisión del partido siempre que haya reglas claras. Descartado el mecanismo de consulta por vencimiento de término para solicitarla, parece poco probable –a escasos treinta días o menos de la fecha indicada por el senador García para la escogencia– que el mecanismo sea otro distintos a una decisión “a dedo”.
Al interior de la Casa Turbay tampoco hay reglas claras ni armonía para el consenso. Al parecer, el senador García Turbay se inclina por el experimentado exgobernador y doctor en Educación, Luis Daniel Vargas Sánchez, mientras que el gobernador Dumek Turbay se inclina por el novel aspirante Fejed David Alí Badrán, de la Casa Alí de Magangué, que dirige el empresario contratista Carlos Manuel Alí, muy cercano al mandatario. Los otros dos aspirantes, Álvaro Redondo y Jesús Payares, no figuran en las preferencias de esta casa política.
Analistas y dirigentes políticos del departamento coinciden en opinar que, frente a ese dilema político del liberalismo, caracterizado por la falta de reglas democráticas de escogencia, existen dos opciones que puede considerar el Senador García: la primera sería acudir a un consenso entre aspirantes para que entre ellos escojan el candidato del partido, mecanismo que se dio justamente para la elección de Vargas Sánchez en el año 2000 (Pacto de Santa Clara). La otra opción, es que deje en libertad a la militancia del partido para hacer coalición electoral con otros partidos, que podría ser el de la U (sector del senador Andrés Felipe García) y un ala del partido Conservador (sector del representante Emeterio Montes), coalición que respalda al aspirante Carlos Feliz, o bien con el otro sector del conservatismo orientado por la senadora Nadia Blel, que respalda al novel candidato Vicentico Blel, o bien con la opción independiente que lidera el aspirante Hernando Padaui Álvarez.
A la espera de esa decisión del Palacio de Turbaco, se hallan el resto de las fuerzas políticas del departamento. Y también a la espera que entre a regir la LEY DE GARANTÍAS ELECTORALES, que se aplicará a partir del 27 de junio. Después de esa fecha, el Palacio de Turbaco dejará de influir burocrática y contractualmente en la escogencia del gobernador que reemplace a Dumek y serán otros factores los que determinarán la suerte de las elecciones. Lo cierto es que en voz baja las jefaturas políticas del departamento comentan que elegir “en choricera” un tercer gobernador al liberalismo, equivaldría a seguir incrementando la votación e influencia del senador García y cerrando los espacios a otras fuerzas.
Amanecerá y veremos.