Por: Nicolás Hernández, Investigador Nacional – Línea Convivencia y Seguridad Ciudadana
Con la llegada del exjefe de las AUC Hernán Giraldo, se generó una gran zozobra frente a la posibilidad de darse una nueva ola de violencia en la Sierra Nevada de Santa Marta y sus alrededores.
¿Quién es este personaje y por qué generó tanto temor su regreso al país?, ¿Qué vínculos posee este con las estructuras al margen de la ley que operan en la Sierra Nevada actualmente?
Hernán Giraldo Serna procede de San Bartolomé, Caldas, un pueblo ubicado al interior del país. En 1969 llegó a Santa Marta (Verdad Abierta, 2010). Su trayectoria y afinidad por las labores del campo, explican su llegada a la Sierra Nevada, dedicándose inicialmente a la recolección de café. Su vocación emprendedora lo llevó a buscar nuevas alternativas de ingreso económico; es así como incursiona en el mercado de la extracción de madera. Para ese entonces ya la zona donde realizaba su actividad económica estaba permeada por cultivos ilícitos; lo que lo llevó a inmiscuirse en el mundo del narcotráfico y el crimen organizado, como una forma de mantener territorio y poder.
Para la década de los 70, la violencia en Santa Marta se encontraba en uno de sus momentos más críticos, al punto que ultimaron a un hermano de Giraldo, lo que llevó a que este, con otros grupos de colonos, tomaran las armas para brindar “protección” a los comerciantes del mercado de Santa Marta y cultivadores de marihuana de la Sierra Nevada. De acuerdo con la cronología anterior, y bajo la premisa de manejar gente de confianza, involucra a su hermano, José Freddy Giraldo Serna, quien fue asesinado en 1977 en pleno mercado público a manos de asaltantes de campesinos, situación que lo motivó a integrarse a otros grupos de autodefensas existentes bajo la denominación de “Chamizos”, que actuaban en complicidad con el F2 (posterior DAS), acentuado su radio de acción en el casco urbano de Santa Marta, dedicándose a asesinatos selectivos y al cobro de extorsiones a los comerciantes de la ciudad (el Heraldo 2021).
En ese contexto, “Los Chamizos” llegaron a infundir temor, por mucho tiempo fueron amos y señores de este espacio geográfico, pero para mediado de los 80 se empezó a dar una guerra con las FARC por el control de esta área, que era de gran importancia para el narcotráfico. Lo que significó un enfrentamiento con las FARC y un posterior conflicto interno con otros grupos de autodefensas en la región.
Para 1995, bajo el liderazgo de Hernán Giraldo, se crean oficialmente las Autodefensas Campesinas del Magdalena y La Guajira, su principal fuente de financiación provenía del narcotráfico, pues se ubicaban en un punto estratégico de la geografía colombiana. Esto llamó la atención de otro grupo paramilitar, las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), y es en este punto cuando Carlos Castaño, Rodrigo Tovar Pupo alias “Jorge 40” y Salvatore Mancuso, empezaron una guerra sangrienta por el poder de esta área. Finalmente, Giraldo y su gente terminan subyugados por el poder del bloque norte de las AUC, a cargo de “Jorge 40”, y es así como estas pasan a ser un frente minoritario de las AUC conocido como “Resistencia Tayrona”.
Siguiendo la secuencia temporal, a mediados del año 2003 se dan los acuerdos de paz de “Santafé de Ralito” con el Gobierno Nacional, donde estos grupos llegan a un consenso de entregar las armas y pagar una condena de 8 años de prisión, pero ante la evidencia de sus actos delictivos como asesinatos selectivos y extorsiones, el Gobierno Nacional toma la decisión de extraditar a Giraldo en 2008. El 25 de enero de 2021, más de 12 años después, Giraldo volvió al país, actualmente se encuentra recluido en la cárcel de Itagüí donde hoy cumple condena por múltiples delitos.
De acuerdo con su perfil, las actividades ilegales hicieron de Giraldo un personaje muy sui generi, por sus excentricidades, capacidad para infundir terror, así como su abuso sistemático a menores de edad, por lo que se le conoce más de medio centenar de hijos.
Su familia estuvo vinculada a las actividades ilícitas, muchos de estos hijos y algunos sobrinos hoy día siguen el legado de su padre y tío en el ámbito delincuencial, hay varios tras las rejas y otros están sumergidos en las estructuras criminales que operan actualmente en Santa Marta y la Sierra Nevada, bajo las toldas de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra (Pachencas), donde una hija y un sobrino en los últimos 5 años llegaron a estar en la máxima jerarquía de este grupo delincuencial.
Ahora bien, se nota cómo la familia Giraldo ha sembrado el terror en la Sierra Nevada de Santa Marta por décadas y donde hoy día se encuentran amparados en estructuras criminales como las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (Pachencas). Este grupo es heredero de la cadena delincuencial de Hernán Giraldo y del ya fallecido “Chucho Mercancía”. Esta cadena criminal sigue la línea familiar, representada principalmente por los siguientes actores:
Hernán Giraldo Ocho, alias “Rambo”, este había entregado las armas con su padre, pero para 2009 fue detenido pues al parecer había seguido delinquiendo y tenía una anotación por porte ilegal de arma y además era señalado de ser el cabecilla de “Los Nevados”: “En operativo del CTI y el Ejército, Fuerza de Tarea Conjunta del Magdalena, fue capturado en Guachaca, corregimiento de Santa Marta, Hernán Giraldo Ochoa, alias ‘Rambo’, segundo al mando de la banda criminal ‘Los Nevados’”(Fiscalía 2009).
Deimer Patiño Giraldo, alias “80”, al igual que Amparo Giraldo alias “Daniela”, llegó a convertirse en máximo líder de “Los Pachencas”, este le da una reestructuración al grupo, colocándole como nombre oficial Autodefensas Conquistadoras de la Sierra. Patiño Giraldo fue ultimado en junio de 2020 en un operativo de la Policía, lo que dejó al grupo sin un liderazgo definido para esta época.
Mario Giraldo fue un sobrino de Hernán Giraldo y mano derecha de “Chucho Mercancía”, los dos fueron abatidos en enfrentamientos con las autoridades. “Se comenta que “Chucho Mercancía” recibía órdenes de Hernán Giraldo, quien fue máximo jefe de “Los Pachencas”, este provenía de la estructura criminal anteriormente mencionada, Jesús María Aguirre, alias ‘Chucho Mercancía’, líder del grupo criminal Los Pachencas surgió tras la desmovilización en 2006 de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, y declarado recientemente objetivo militar de primer orden” (Vanguardia – 2019).
Gladys Giraldo, alias “La Paraca”, y Shirley Carolina Giraldo alias “La Encuestadora, fueron detenidas conjuntamente el día 19 de noviembre de 2019 por estar vinculadas con la estructura delincuencial de “Los Pachencas”, dueños del microtráfico de drogas y quiénes serían los responsables de decenas de crímenes en la capital del Magdalena.
Daniel Giraldo Contreras, alias “el grillo”, se encuentra detenido desde el año 2010, este tuvo varios choques con su hermano Hernán Giraldo para el año 2008, pues su hermano no respetó la orden jerárquica que había heredado dentro del clan familiar. Se comenta que en la actualidad ha tenido problemas con otro de sus hermanos, lo que ha segregado al clan familiar en dos bandos, esto es con Alberto Giraldo, pues cada uno se llevó consigo familiares que estuvieran aliados a sus conductas criminales; sin embargo, esa separación llevó a que los herederos del padre Hernán Giraldo no conformaran un ejército, sino que se mataran entre ellos por el dominio del negocio criminal.
Rubén Giraldo es uno de los sobrinos que tuvo mayor representatividad en las estructuras delincuenciales, ya que se alió con alias “La silla”, un poderoso narcotraficante del caribe colombiano. Rubén fue capturado para el año 2013. También figuran otros sobrinos con anotaciones delincuenciales como Nadier Giraldo, Alberto Giraldo alias “Beto”, Aldemar Giraldo, Gustavo Giraldo alias “Gustavito”, Robinson Giraldo, Anderson Giraldo, Daniel David Giraldo.
Vemos cómo la familia Giraldo ha sembrado el terror en la Sierra Nevada de Santa Marta por décadas, estos amparados en estructuras criminales como las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra (Pachencas). Este grupo es heredero de la cadena delincuencial de Hernán Giraldo y del ya fallecido “Chucho Mercancía”.
Otro personaje importante proveniente de la organización de Giraldo es Carmen Evelio Castillo Carrillo, alias “cara e’ muñeca”, este en la actualidad es uno de los más buscado en el departamento del Magdalena como lo indica la Policía Nacional (Foto No. 1) y cuyo dominio se ejerce principalmente en la Sierra Nevada de Santa Marta, comprendiendo así los 3 departamentos en la que se ubica, donde sus principales fuentes de financiación son el narcotráfico y la extorsión.
El día 26 de septiembre del presente año se vivió un hecho que marcó la historia de este grupo, pues le solicitó de manera oficial, mediante un comunicado (Foto No. 2), al presidente de la República, ser parte de la política de Paz Total que busca implementar con las organizaciones delincuenciales del país. Esta es la viabilidad que ven muchos miembros de grupos armados para reincorporarse a la vida civil.
En la actualidad los diálogos con grupos subversivos y las organizaciones delincuenciales más significativas del país generan una amplia expectativa, ya que sin duda podría resultar en la disminución de la violencia en general; así como en la violencia doméstica en las ciudades, especialmente en sectores que actualmente están sitiados por grupos al margen de la ley. El diálogo actual es muy complejo, porque el desmonte de la violencia está mediado por el control de las rutas del narcotráfico, el comercio ilegal de las armas y todo lo que representa la economía criminal.
Ahora bien, a pesar de la complicada situación antes mencionada, las conversaciones con los grupos armados van por buen camino, el mismo día de la posesión de Gustavo Petro como presidente de República, diferentes organizaciones criminales enviaron cartas en las que manifestaban su voluntad de paz y apertura al diálogo; incluso organizaciones delincuenciales de largo aliento y de fuerte impacto en varias partes del país, como “La Oficina”, que ha operado en Medellín y el Valle de Aburrá desde la década de los 80 hasta la actualidad. Es así como la idea de Paz Total podría convertirse en una opción para acabar de raíz el nefasto legado de Hernán Giraldo hoy aún vivo en la esencia de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada.