Después de 4 años la fiscalía general de la Nación archivó 2 denuncias que le habían presentado a Morris por supuesta violencia económica y supuesto acoso en una coyuntura muy especial, su candidatura a la alcaldía de Bogotá con Gustavo Petro y sectores progresistas. Morris quedó en la mitad de una diana cruzada por sus enemigos históricos, el parauribismo, sus contradictores y enemigos políticos, peñalosa, el claudismo y algunos sectores de izquierda que no querían que Gustavo Petro pusiera alcalde en Bogotá y sobre todo que el rápido liderazgo de Morris se pusiera por encima de viejos liderazgos de izquierda especialmente en la capital.
Durante 4 años vi como destrozaron a Morris y a su familia en las redes sociales, no atendieron al debido proceso y fue tal la violencia política que pretendieron borrar toda una vida de aportes y lucha a la construcción de una cultura DDHH y paz y sobre todo los aportes a la construcción del momento histórico que hoy vive Colombia.
Escribo estas palabras bajo el asombro que me produce que, a Hollman Morris, el presidente Gustavo Petro no lo hubiera puesto en la gerencia del Sistema de Medios Públicos, RTVC. Trato de encontrar razones, la primera: los grandes medios dicen que la presión de un grupo de «feministas», pero ojo, la carta que yo firmé apoyando el nombre de Morris a la Gerencia de RTVC, porque lo considero el más idóneo estaba acompañada por un centenar de firmas de mujeres, colectivos de víctimas, campesinas, indígenas, producto del trabajo que durante años realizó Morris desde su famoso espacio periodístico Contravía, en las regiones más apartadas del país, que durante una década le dio voz a las mujeres víctimas del conflicto. Son más las mujeres que apoyan su nombramiento como Gerente de RTVC, pero el fondo en este caso, como lo dijo el presidente Petro, es que Morris es inocente, la Fiscalía archivó sus casos por la inexistencia de delitos. Entonces yo no creo que esa haya sido la causa de su no nombramiento y si así lo fuere estaríamos diciendo que el gobierno progresista que pide el perdón social y la paz total, «cancela» a un líder político y social a pesar de ser inocente por presión de un pequeño grupo radical de mujeres, es decir el presidente Petro aplicando prácticas fascistas, lo que desdice totalmente del proyecto progresista y de país en el cual yo creo. Por eso digo, no creo yo que este haya sido el motivo.
Solo me queda pensar en un poder muy grande, muy cercano al presidente, que le aplicó una especie de veto a Morris, cosa para mí, totalmente antidemocrática y que va en contravía de la naturaleza del proyecto que queremos que nos gobierne. ¿Quién aplica el veto y por qué? Para mí, la principal razón y aquí viene el pecado de Morris, es haber roto una contratación corrupta que tenía apagada a Canal Capital y que cuando llega el periodista acaba con la contratación que no le aportaba nada al canal y lo saca adelante. Bajo su gerencia, fue el mejor momento, me atrevo a decir de la TV pública en Colombia a través de Canal Capital y lo logró acabando con las roscas de contratación, generando producción propia del 90%, asumiendo una línea editorial clara a favor de la paz y los DDHH, dándole espacio a los indígenas, campesinos, a la comunidad LGBTIQ+, en síntesis, haciendo una TV promotora de derechos, de nuevos imaginarios, de una nueva historia contada desde los de abajo y eso me temo yo, hay gente que no quiere que suceda en la TV y radio pública a nivel nacional. Y en esto con todo el respeto me parece que es muy miope del presidente Gustavo Petro, si no se da cuenta.
Me dicen que RTVC tiene una contratación por $300 mil millones de pesos, muy poca producción propia de programas, mucha sub contratación, no tiene unidad móvil y hay unos procesos de licitación para mantenimiento de redes, donde al final solamente queda un proponente. Es cierto, RTVC se ganó 12 premios India Catalina, por diferentes programas, pero digo yo, el mejor premio para una radio y TV pública es que la vean y oigan millones de Colombianos en este caso, que genere opinión pública, que sus programas sean los referentes de la opinión en el país, que a través de sus sonidos e imágenes encontremos el alma de los colombianos, pobres, ricos y clase media, o que sea en el mejor de los casos, esa radio y esa radio y TV pública sean la gran Ministra de educación del país, en la que de tarde en tarde, en las montañas, los ríos o los llanos de la Colombia profunda, podamos encargarle la educación y la posibilidad de soñar a los niños de Colombia.
Creo que ese fue el pecado de Morris, habernos demostrado que una TV y radio pública le puede hacer competencia a al relato de la prensa corporativa, pero es muy triste confieso, pensar que eso sea así, en este gobierno de la paz total y de la política del amor. A Morris solo lo he visto perseguido, maltratado, le han desconocido sus derechos y sus triunfos, pero sigue ahí remando, ojalá la cancelación no se imponga, en su caso, sería peor que la persecución del uribismo.