El simulacro en el Concejo de Pueblo Bello/ Por: Miguel Macea Martínez

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Lo visto en días pasados en el Concejo municipal de Pueblo Bello, durante las sesiones extraordinarias convocada por el alcalde, no es nada distinto a un simulacro de lo que se vendría en ese municipio en caso de no prepararse democráticamente sus ciudadanos a defender la institucionalidad de este ente.

Para las elecciones de autoridades municipales, que se darán el año próximo, lo esencial es hacer frente a una necesidad irrenunciable, solo la unión podrá obviar las apetencias de aquellos encaminados a romper el equilibrio gubernamental hoy vigente.

Lo importante no es plantearlo, es materializarlo, no afrontar una postura colectiva en una misma dirección, sería dejarles el camino abierto a aquellos que siempre han obstaculizado sin razones las buenas y progresistas obras y programas tan necesarios y vitales, que con ellos acabarían con las necesidades latentes hoy conocidas.

No se trata de escoger personas o partidos que las respalden, lo que se hace indispensable es hacer un momento de reflexión política, despojándose de odios o beneficios así como otros que haceres, solo sufragando en unión, direccionado hacia un mismo fin, se evitaría ser un territorio con fracturas administrativas, igual cobro de sentimientos y venganzas no merecidas.

Recordemos a buena hora como ejemplo que de la buena preparación, sentimiento y programa se nutre el estado de confraternidad para materializarlo y evitar que volvamos a tener una pequeña Venezuela si lo permitimos, terminaríamos igualándola por no pensar en todos sino en pocos.

Se cuenta a la fecha con varios y excelentes aspirantes, falta ponerse de acuerdo y definir quién será el escogido, cualquiera que resultare le tocará hacer una administración para todos y mirarla desde el punto de vista general especialmente hacia las comunidades, ahí está el meollo y las advertencias.

Recordemos con rigor y sin complejos la oposición tenida a principios cuando se inició la campaña para municipalizar lo que hoy es Pueblo Bello, sin causa justa, un amplio sector poblacional se opuso a la iniciativa, que son los mismos que a la fecha impiden la gasificación, el arreglo de las vías, la explotación del entorno turístico, no permiten la educación diversificada, objetan las libres creencias, rechazan los planes de viviendas comunitarias, no se someten a los estándares de la salud calificada y científica, y demás posturas negligentes.

La continuidad exitosa de Pueblo Bello como ente municipal depende en mayor parte de la postura unida que se adopte por parte de los electores y ciudadanía en general para caminar en una sola dirección electoral, no hacerlo conllevaría al caos, a la controversia y al retroceso que muchos desean para beneficio personal.

En momentos que se anuncian nuevos procesos eleccionarios, aumentan más los egoísmos, la división, entre los hijos raizales y adoptivos de un pequeño pueblo al que todos adoramos y cuando lo visitamos sentimos el amor de su gente amable y trabajadoras.


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