El problema de tener a los Char de dueños del Junior es un problema similar al que tenían los paisas cuando Pablo era dueño del Nacional, o cuando los Rodríguez eran dueños del América: uno no sabe si los campeonatos son de verdad, o fueron comprados.
Francamente, ni vi el partido, ni me interesaba el resultado, aunque supongo que, entre un equipo paisa y uno costeño, siempre voy a escoger a un equipo costeño.
Pero, como bien lo ha anotado un buen amigo mío por acá, el Junior salió campeón anoche mientras trasladaban a Arturo Char a Barranquilla, al comfort de su tierra, gracias a un fallo corrupto de una jueza comprada. Dos buenas “noticias” para la familia Char, cuando de pronto no son tan espontáneas estas dos noticias. Un juez torcido podría haber ordenado el traslado de Arturo, y el campeonato del Junior podría haber sido comprado. Con los Char toca esperar 20 años a que aparezca un testigo por ahí que confiese que él fue el que cuadro el billete para que el Junior se ganara esta estrella.
¿Cuál sería el objetivo de este campeonato “comprado”?
Vender “divinidad”, intocabilidad. Crear el mito de familia “intocable”, “afortunada”, “ganadora”.
Yo no creo en este campeonato, ¡ni cinco!
En realidad, no me interesa si fue ganado limpiamente, o corruptamente, porque he dejado de ser hincha del Junior.
Dicen los argentinos que se puede cambiar de cualquier cosa, excepto de equipo. Mentira, si se puede cambiar de equipo. Cuando tu equipo se vuelve un símbolo de todo lo que está en contra de tus valores, se puede cambiar de equipo, si tú eres una persona con valores, y yo lo soy. ¿Qué voy a gritar yo “viva mi Junior” si no me nace?
Además, ese tiburón “cuajadito” que ponen por ahí en los memes no me identifica. Ese es un “tiburon agresivo”, con pinta de paramilitar y traqueto. ¿Es que no pueden dibujar un tiburón simpático y risueño? Ese tiburón que estaban compartiendo por ahí, anoche, es un tiburon de traqueto, un tiburon feo, un tiburon-sicario.
¡Éche!, yo iba al Romelio cuando la mascota era un tiburon simpático y había un man que se metía en el disfraz y recorría la cancha antes del partido y nos hacía reír. Ese era mi tiburón. Pero este tiburon-sicario no me identifica, ese es un tiburon de Sinaloa, un tiburón mafioso.
¡Ya todo en Barranquilla está tan traqueto! ¡Hasta el Hijueputa tiburón del Junior tiene pinta traqueta!
Disfruten su campeonato, amigos barranquilleros, pero su felicidad no es la mía.
El fútbol colombiano ha pasado a ser uno de esos fútboles en donde no tengo equipo.
En Argentina me gusta River, y en Inglaterra el Crystal Palace. En Francia no tengo equipo, pero en Italia me gustan el Inter y el Torino. En Alemania me gusta el Saint Pauli y en Hungría el Ferencvaros. En Estados Unidos tampoco me gusta nada, pero en España, en España está el equipo más grande de la tierra, la cosa más gloriosa, ¡MI MADRID!
¡Qué pena! Gracias a los Char, no solo no sigo ya al Junior, sino que le he cogido asco al equipo. Ver anoche a Alex haciendo proselitismo con este campeonato me dio asco. Que dizque “Navidad hermosa”, que dizque “viva Barranquilla”.
Si los Char se van a volver sinónimos de Barranquilla, voy a terminar aborreciendo también la ciudad, yo sé que ese día también va a venir…
Una pena, pero es lo que siento…