El tiempo de La Guajira- Por: José Carlos Molina Becerra

Compartir

Los habitantes de La Guajira tenemos una multitud de oportunidades en esta época de cambio que se vislumbra con el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. Pero ello, sólo será posible concretarlas si somos capaces de trascender de la queja y la protesta a la propuesta creativa, útil, pragmática y legalmente posible.

Si no entendemos eso, no busquemos responsabilidad en los de afuera o en el mismo gobierno nacional. Somos responsables de nuestro propio destino.

No iniciemos ahora una cacería de brujas, repitiendo aquella historia triste de la Edad Media que, mediante una histeria masiva y la sugestión colectiva, sin un juicio imparcial se condenó y quemó a ciento de personas, en especial a mujeres. O una clasificación de líderes impolutos, más cercanos a los ángeles que a los hombres. Desde luego, que no insinúo, que quien, mediante un debido proceso, haya sido escuchado y vencido en juicio, por delito de corrupción, esté liderando y administrando procesos de la cosa pública; no, ese es el otro extremo que deberíamos evitar. Pero quienes ahora ostenten espacios y lugares de poder, no deberían tener una actitud y comportamiento arrogante, prepotente y soberbio que por años le criticaron a liberales, conservadores, Centro Democrático, entre otros.

Nuestro mayor esfuerzo debe ser inicialmente en construir el modelo de departamento que queremos ser. Una propuesta seria de lo que debe ser la entidad territorial que los guajiros nos merecemos, contemplando tiempos, objetivos, desarrollar perfiles, establecer indicadores, analizar los recursos económicos indispensables y establecer un tiempo para la aplicación y el desarrollo del modelo a corto, mediano y largo plazo, entre otros aspectos; para aprovechar de manera objetiva la voluntad de este gobierno progresista y popular.

Ese modelo de departamento debería contemplar a mi juicio entre otros temas a desarrollar:

1) La solución del agua potable, 2) La terminación de la represa del Río Ranchería, 3) Fortalecer las 18 mil hectáreas de tierras fértiles asegurando nuestra seguridad alimentaria, 4) Diseñar y/o modificar la legislación de la Zona de Régimen Aduanero Especial –Zrae–; que incluya la construcción de un puerto moderno y aeropuerto ubicado en la Zrae; para potencializar nuestra actividad comercial.

5) El tipo de educación universitaria que necesitamos, fortaleciendo la Universidad de La Guajira. La educación media y básica con especial énfasis en la zona rural, 6) Legislación para aprovechar la producción de energías limpias y alternativas, 7) Construir una propuesta para aprovechar la infraestructura de la Mina del Cerrejón cuando se acabe el contrato de concesión, 8) Trabajar en el diseño del turismo que podemos ofrecer con mayores posibilidades de éxitos, 9) Diseñar una verdadera red hospitalaria de la mano con el proyecto que va a desarrollar el gobierno nacional.

¿Usted se imagina que pudiéramos tener aquí en la Zona de Régimen Aduanero Especial un gran puerto moderno, un aeropuerto y unas empresas agroindustriales trasformando las materias primas y vendiendo a Colombia y al mundo? Y ¿Tener una actividad organizada, fuerte, del turismo, que genere muchos empleos? ¿Qué nuestros niños y niñas dejen no sólo de morirse de hambre, sino que puedan tener una educación de calidad? ¿Qué nuestros adolescentes puedan estudiar la carrera universitaria de sus sueños y ser los líderes que el Departamento necesita? ¿Qué tengamos unos campesinos organizados y produciendo los alimentos que necesitamos y que incluso puedan vender los excedentes a otros departamentos y a las Antillas holandesas?

No faltará quien piense que eso es una utopía y como nosotros estamos acostumbrados a los mínimos, dirán que esto es sueño de románticos y locos. Así le dijeron durante más de 20 años al hoy presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez; incluso con ella fue peor, porque era negra, madre soltera y además había sido empleada doméstica.

Se nos presenta una nueva oportunidad a los habitantes de La Guajira. El sólo hecho de restablecer relaciones con el hermano país de Venezuela y poder trabajar no sólo el tema comercial, que es importante, pero unir esfuerzos en cooperación en materia de educación, de salud, de servicios públicos y de seguridad, entre otros temas.


Compartir