En Navidad, en Noche Buena o en cualquier otra celebración navideña en cada uno de los hogares colombianos hay un alimento que no puede faltar y no es otro que el buñuelo y la natilla, que no solo hace parte de la tradición sino que une a las familias ya que todos se tornan en función de preparar esta exquisitez y acompañar el resto de los platillos.
Sin embargo, por más que el buñuelo y la natilla lleven años existiendo en nuestro país, son alimentos que no son propios de nuestra nación; de acuerdo con el Instituto Colombiano de Panadería y Pastelería, expertos afirman que estos tradicionales manjares, no son del todo propias, sino más bien, una herencia de española con algo de influencia árabe.
El Buñuelo propiamente no nace en Colombia y aunque no sea una creación de nuestros pueblos, el caso es que acá lo disfrutamos y lo sentimos complemente colombiano.
Tanto así, que hemos modificado esa técnica que llegó un día con los colonos y su aspecto ha cambiado trascendentalmente y la forma actual del Buñuelo, es totalmente diferente de su original.
Finalmente de la Natilla se dice que es posible que su procedencia venga de las coladas de harina españolas, pero su resultado final, ha cambiado través de los años, convirtiéndose en un postre muy cercano a los flanes y pudines que se hacían con gelatinas en España hace cientos de años.
Sea cuál sea la historia, seguiremos disfrutando de su textura y sabor inolvidables en navidad o en cualquier época del año, porque los antojos no tienen fecha ni hora.