Elfrides María Butrón Hodwalker -Por: Jesús María Mejía H.

Compartir

En los años sesenta llega a la calle Santa Cruz o sea la carrera 13 con avenida Colombia una familia que residía en la carrera 6 del barrio Simón Bolívar, con Avenida Lequrica Vélez. Era nada menos que la familia Butrón Hodwalker. Eduardo Butrón y su señora Martha Hodwalker y sus hijos Kurtis, Elfrides, Gary, Claudia y luego Eduardo y Belinda.La calle cambió de nombre, Joche Ruiz le puso una tablilla en forma de flecha y decía calle Pekín en lugar del nombre de la urbanización Pekín, del barrio Pueblo Nuevo.

Como también lo hizo el profesor Jorge Vides Rosado y propuso que se llamara El Porvenir porque Pekín era comunista esto fue en un reinado novembríno del barrio. Los populares monos Butrón empezaron a “adueñarse” de la calle con sus travesuras entonces es desde ese momento la calle se llamó la calle de los monos o la calle de Gari. Su hermana Elfrides una muchacha rubia de ojos azules y piel blanca de ascendencia  europea.

Hace parte del Club juvenil los Bárbaros Club con muchachos de nuestra calle, Como muchachos comienzan y organizan muchos bailes con el propósito de gozar sanamente esa etapa de la juventud. Distinguiéndose tanto la parte masculina como la femenina. Sus compañeras de club fueron; Úrsula Guerra Ramírez, María y Mariela Ballestas, Judith y Magaly Jaramillo.

Sus compañeros de club: Jesús Mejía Hoyos, Jaime De Hoyos Porto, Álvaro Cárcamo Vanegas, Hernando Echeverría García, Remberto «Junior» Beltrán Rodríguez, Edwin Alarcón, Edgar Bonet Ramírez, Leandro Cárcamo Vanegas, Manuel Barrera Sánchez, Joaquín José Terán Morales,  Carmelo Rangel Molina, Guillermo Ballesteros Carriazo y Adolfo Echeverría García y sus hermanos Gari y  Kurtis Butrón Hodwalker.

Elfrides fue una mujer sencilla, jovial, elegante, muy seria, alegre, buena vecina, su Hizo muy buena labor como docente a través de 38 años de trabajo, se puede decir que dedicó toda su vida como educadora, con mucha dedicación y vocación de enseñar gracias a su carisma, solo la muerte la separó. Dejó sus tres hijos Oscar, Brenda y Hand y tres nietos Oscar, Heidy y Diego.

Quienes fuimos sus compañeros del club juvenil los Bárbaros y sus vecinos sentimos su partida sabemos que DIOS ya la acogió en su seno. Uno de sus dones de enseñar al que no sabe; su dedicación y paciencia le sirvieron en gran tiempo para ir apartando un cupo y una labor que El Señor le preparó y ella lo supo aprovechar en su paso por esta vida terrenal, sabemos que donde estés, estás bien.

 


Compartir