En el Caribe ya no aguantan más. Se cansaron. Han tomado medidas desesperadas. En Puerto Colombia un hombre decidió, el pasado 24 de julio, encadenarse frente a las puertas de la empresa de energía Air-e. A pesar de haber pagado le cortaron el recibo. Por eso, con la factura paga en la mano, le dijo a El Tiempo lo siguiente: «Vengo a hacer una protesta a la oficina de Air-e. Estamos hartos de esto. El día de hoy me cortaron la luz cuando el recibo está pago». No era su casa, era su propio negocio, con el que se gana la vida. Antes de esta arbitrariedad el hombre ya venía sido afectado por los continuos cortes de luz de la empresa.
Ese mismo día, en la noche, en las afueras de Riohacha, en el popular Barrio Caribe, sus vecinos salieron en masa a la calle. Con la costra del calor encima bloquearon con llantas, árboles y lo que fuera la vía que los comunica con Santa Marta. Transportadores, turistas, personas que trabajan entre una ciudad y otra se vieron afectados por la acción. Pero había que hacerse sentir, es que no les quedaba de otra. Tres días atrás un transformador explotó y nadie los solucionó. Decidieron dejarlos expuestos ante el sofoco y los zancudos.
Los problemas no son nuevos, vienen de hace meses. En un artículo publicado en marzo del 2024, la periodista Isabella Puyana en el portal de Pares anunciaba lo siguiente: “En el barrio Villa Carolina del municipio de Repelón, un lugar de no más de 50 casas, la empresa Aire canceló el servicio de luz a sus habitantes. Después de los cortes y de la extracción de los contadores de energía, sus habitantes hicieron un paro durante unas horas y obstruyeron el paso de la carretera hacia Barranquilla”. Y además, a todo esto debe agregársele los altos costos de los recibos de luz.
En los últimos días la empresa Air-e anunció el corte de luz y racionamientos en 37 sectores y zonas rurales de 21 municipios del Atlántico, Magdalena y La Guajira, que tendrán cortes de energía de hasta 6 horas debido al bajo índices de recaudo por el servicio de energía.
Según Norman Alarcón, presidente de la Liga de Usuarios de la Costa Caribe colombiano, para rastrear el origen del problema hay que ir hasta la promulgación de la ley 142 de 1994 que disparó las tarifas por uno de sus parágrafos, el 87, que plantea, según Alarcón en entrevista dada a la Revista Cambio, lo siguiente: que el criterio fundamental para fijar una tasa es la rentabilidad y toda la estructura de la cadena eléctrica en Colombia tiene un 12% de rentabilidad, mientras que en otros países es de un 5% de rentabilidad como máximo”. La otra razón es el robo constante de energía, costumbre que adquirieron los usuarios debido al desastre que representó Electricaribe, la empresa española cuyo funcionamiento estalló en el 2018.
Air e llegó como una solución para prestar el servicio y está terminando convertido en un problema. La semana pasada la empresa anunció que haría racionamientos, cortes de luz a 30 barrios en Barranquilla. Basta recordar los 33 grados que hace a la sombra en la arenosa para darse cuenta de la desesperación que cunde en la ciudad. Los cortes de energía comprenderán horas claves, entre las 7 de la noche y la una de la mañana. En Barranquilla dormir sin un ventilador es algo verdaderamente infernal. Esto retrasa la productividad de los barranquilleros y ni hablar los traumatismos financieros que le generan a los dueños de negocios que operan a esa hora. No importa qué tan al día se esté en su servicio, todos tendrán que sufrir la calamidad de no tener energía eléctrica. Ni hablar de los servicios de salud que siempre dependen de tener el servicio de energía funcionando.
El directivo de Air e, llamado Jussy Faroy, le dijo a un medio local lo siguiente: Nosotros no podemos dejar de cobrar el servicio tampoco, tenemos esa obligación y sobre todo porque nosotros preparamos la energía que se consume. Es decir, la energía que se va a consumir en el próximo mes nosotros la tenemos que prepagar y si no lo hacemos tendremos una limitación de servicio» Fue una explicación que fue calificada como “nefasta”.
Las zonas afectadas fueron Macarena, Las Malvinas, Almendros (incluye barrios de Soledad), Pumarejo y Cordialidad 10
El 24 de julio los 21 alcaldes de las ciudades del Caribe se reunieron con representantes de la empresa Air E a encontrar una solución a algo que no parece tenerlo: las fallas de la energía en el Caribe. Los alcaldes se quejaron de los continuos cortes y, de paso, de las tarifas altas. Porque si, además de todo, pagar la energía en el Caribe es, a veces, imposible para una familia de ingresos medios. La reunión tuvo el ambiente caldeado hasta el punto que terminó en una recriminación a los gritos por parte de los alcaldes y la levantada de la mesa de los directivos de la empresa.
Fue tanta la presión en redes y mediática que a la empresa no le quedó de otra que suspender los racionamientos que estaban programados hasta el 6 de agosto. La medida afectaba a 190 mil usuarios de los departamentos de Magdalena, La Guajira, en donde hay municipios como Manaure donde la gente ya estalló y Atlántico. El acuerdo al que llegaron fue que cada alcaldía deberá pagarle a Air e un porcentaje mensual de la deuda que tienen los habitantes con la empresa.
La comunidad espera que esto sea el principio de un problema que en el Caribe parece no tener fin.
