El próximo 27 de octubre, se cumplirán exactamente 25 años de aquella hazaña electoral cuando Magangué eligió el único alcalde popular que no tuvo competencia alguna, porque fue el único candidato con cara de “súper boy” que apareció en el tarjetón de la Registraduría. Fue el joven abogado, Alfredo Posada Viana, que logró unir a tirios y troyanos en derredor de una sola causa: convertir a Magangué en la gran ciudad-región del Caribe colombiano. Su tierna juventud y gran carisma personal, con el que enamoró a las barriadas y comunidades rurales del municipio, fueron el secreto de su éxito.
Una hazaña que nunca se volvió a repetir, y quizás no vuelva a repetirse, porque después de Alfredo Posada la alcaldía se convirtió en la gran “piñata electoral” a quienes todos le han venido dando palo y exprimiendo hasta más no poder.
Hoy todo parece indicar, que por otras razones, la hazaña puede volverse a repetir esta vez por cuenta del candidato único de la administración municipal, el ex concejal Carlos Cabrales Itsa. Al parecer, la clase dirigente magangueleña de todos los colores y sabores políticos ha sido cooptada por una administración que la ha atendido burocrática y contractualmente y que goza de alguna simpatía entre los sectores populares por su llamada “revolución del pavimento”.
No obstante, la principal razón es que Cabrales no tiene con quien pelear, pues el único aspirante que ha quedado en pie es el exconcejal Edwin Franco Pérez, reconocido prestamista local, hermano del exconcejal Daniel Franco, uno de los mayores contratistas del municipio. Por esa razón, nadie da cinco chivos por Franco, porque se le ve amangualado con la administración municipal.
No obstante, hay que esperar que dice la casa Arana, la rival de la casa Alí, que no se le ve ganas de disputar la alcaldía sino concentrar sus energías en el apoyo a Vicentico Blel a la gobernación, o bien de su pariente Picho Padauí, tío del representante Yamilito Arana. Si esta casa termina aliándose a la Alí, no habrá nada que hacer: el próximo alcalde será Cabrales, a quien tampoco la gente le ve el perrenque para continuar con la buena labor que viene haciendo Pedro Alí desde el solio de Carvajal. ¿Será que en Magangué no hay con quién?