Creo que yo, como millones de colombianos seguidores de Petro, fallamos en entender que este partido es un partido de un solo hombre. Es Petro, no hay más, el resto de la Colombia Humana no es mucho. Y haber puesto nuestras ilusiones en Gustavo Bolívar para la alcaldía de Bogotá fue demasiado, visto ahora en retrospectiva. Creer que esa ciudad fatua que siempre prefiere lo “play” sobre lo práctico iba a elegir a un mechudo con cara de marihuanero era demasiada ilusión. En Bogotá el “empaque” siempre ha sido más importante que el contenido, y el de mejor empaque era Galán.
Anoche oí el discurso de victoria de Galán, por cierto. Fue un discurso vacío, lleno de lugares comunes, en donde se presentó como “el hijo de su padre”, el hombre que va a acabar el hambre en Bogotá y el hombre que va a construir el metro “tal cual lo planeado”. Lo único que le faltó fue mandarle un saludo a los contratistas, como Diomedes.
Pero Bogotá quería su “barbudito” sobrio Bogotano, y ya lo tiene. Difícilmente se habría podido encontrar un candidato más burgués y perfecto para Bogotá que Galán, un candidato de “marca”. Elegir a Galán para los bogotanos fue como ir al Centro Andino y comprar una camiseta Lacoste. Se paga por el cocodrilo, se paga por la marca, pues la Bogotá “play” quería un alcalde de “marca”.
Uno sabe cuándo una elección ha sido la equivocada leyendo los titulares de Semana: desbocados con Galán. Hasta nota a la mujer de Galán le sacaron, una pelada de Barranquilla que entre otras vainas es sobrina de mi ex-cuñado, un profundo admirador de Uribe y Pinochet y quien es miembro de una de las familias más ultra-conservadoras de Barranquilla. Hasta los lazos matrimoniales de Galán contradicen el movimiento revolucionario que su padre decía defender. Galán no tiene nada de Galanista, ni de renovador, ni de “social”. Es solo el empaque y el apellido, lo que lo hace perfecto para la burguesa Bogotá, la ciudad “play”.
Y lo que pasó en el resto del país es igual de deprimente. Hasta el carajo de la pistola en Cali durante la revuelta del 2021, Andrés Escobar, salió elegido concejal.
Sin embargo, hay algo en las elecciones de los mandatarios de las grandes ciudades que queda claro y que yo veo como positivo. Todos los rivales de Petro en el 2022 se bajaron un escalón y se fueron a elecciones regionales porque se dieron cuenta que son menos que él. Es decir, la estrategia de la oposición fue ganarle a Petro en sus feudos locales para, de forma agregada, crear la sensación de que lo estaban derrotando, cuando en realidad los derrotados son ellos, pues todos fueron candidatos presidenciales. Fico en Medellín, Alex en Barranquilla, el ingeniero Hernández en Santander, el peñalosismo y el Vargasllerismo en Bogotá, pues Galán es un candidato de Peñalosa y Vargas Lleras, tipos a los que Petro ya les pasó por encima en el 2018 y el 2022. Los perdedores contra Petro encontraron todo su tamaño, que es sus regiones, porque no les alcanza para más.
Preocupado me tiene la elección de Dumek Turbay en Cartagena y Yair Acuña en Sincelejo, pues ambos son candidatos de “La Gata”. El feudalismo en Colombia es tal, que hasta los feudos de maleantes se re-posicionaron otra vez. El colombiano mira a sus candidatos presidenciales con la ilusión de escaparse de sus realidades locales: vota por Petro para escaparse de La Gata; vota por Petro para escaparse de Alex Char; vota por Petro para escaparse de Fico (que es Uribe); vota por Petro para escaparse de Eder; vota por Petro para escaparse de Dumek Turbay. Elige presidentes para que los rescaten de sus feudos miserables, pero así no funciona la política, esa es la ignorancia del elector colombiano. No es desde el poder central que se combate la corrupción y la politiquería, es en los distintos feudos. Barranquilla nunca va a salir de los Char, y Cartagena y Sincelejo de La Gata, si no se les derrota en el feudo local. Y para que un mechudo como Bolívar salga en Bogotá, hay que derrotar a la burguesía bogotana. Gustavo Bolívar nunca va a ser alcalde de Bogotá mientras los bogotanos sean unos burgueses superficiales, tiene más chance Hollman, que tiene mejor “empaque”. Es lo que hay. En cada región el colombiano vota por lo que lo identifica. Pero al votar por presidente, vota por el “escape” de lo que se es. He allí la contradicción del votante colombiano. En las elecciones locales se reafirma la identidad regional, y en las elecciones presidenciales se busca un escape de la mierda de identidad regional que se tiene.
Petro tiene culpa en estos resultados, sin duda, porque si su gestión y su entorno hubieran sido mejores, la izquierda habría tenido mejores resultados. Petro nunca entendió que la gente lo que quería era que él llegara a la presidencia con las botas de guerrillero puestas, al menos yo quería eso. Pero se puso a hacer alianzas con bandidos como Benedetti y Roy Barreras, y a qué le manejara la burocracia su mujer sincelejana, una vieja ambiciosa, y por ahí se perdió el rumbo.
Y si para completar uno tiene un hijo caspa y un hermano imbécil, ya con eso basta para descarrilar la ilusión de todo un pueblo. Petro no tenía margen de error, y no hizo más que cometer errores en estos últimos 15 meses.
Al ver todas estas cagadas, el pueblo colombiano, que es bastante superficial, rápidamente se desilusionó y fue y votó por los mismos de siempre. Es decir, se escapó de Petro para volver a lo que conocía: los bandidos de siempre.
Esa es la política colombiana: escape, contraescape, y otro escape, y otro contraescape, y otro escape, y otro contraescape…
Y siempre regresamos al mismo punto.
Querido compatriota: basta de “escapes”. El cambio no era Petro, éramos nosotros. Cambie usted primero y resuelva sus contradicciones, antes de buscar escaparse y contraescaparse.
Petro te abre una puerta, pero como sales tú de ese cuarto oscuro es cosa tuya. No esperes que Petro te coja de la mano y te saque del túnel, y te muestra la luz, no seas conchudo. Haz algo tú también por ti mismo, y empieza por aprender a destruir los feudos corruptos de tu región. Esperar que Colombia cambie, para después salir a votar por Fico o Alex, es una estupidez. Crece, loco, porque eres un votante y un ciudadano de mierda…
Ese es el corolario de esta elección: Colombia es un país de votantes de mierda…