Excluyeron a gobierno del Magdalena en actos conmemorativos a la Batalla de Ciénaga

Compartir

En la conmemoración de los 200 años de la Batalla de Ciénaga, la Gobernación del Magdalena lamenta que estos hechos de la historia de la independencia no hayan sido lo suficientemente reconocidos por los gobiernos centralistas de los últimos años.

Hoy en un nuevo acto de desconocimiento al orden institucional y de hostilidad, el Gobierno Departamental se encuentra con las pretensiones del Gobierno nacional de silenciar la voz legitimada democráticamente en el Magdalena, y respaldar las expresiones divisorias, típicas de las élites y la política tradicional, las mismas que se opusieron al canto de libertad.

El gobierno central en cabeza de la Vicepresidencia, viene de Bogotá a celebrar en Ciénaga la batalla del Caribe, sin la gente, sin el gobierno progresista del Magdalena, el mismo que removió democráticamente la mentalidad colonial y sumisa de la clase política tradicional y la cambió por rebeldía y autonomía frente al poder centralista.

En Gobierno departamental, representado por la Jefe de la Oficina de Cultura, encuentra que la intervención del gobernador del Magdalena, Carlos Eduardo Caicedo Omar, había sido retirada del protocolo. La comisión que asistió al evento, se retiró con tristeza y desconcierto afirmando que a pesar de las adversidades, seguirán en pie de lucha defendiendo la entidad.

El 10 de noviembre de 1820, en Ciénaga se libró una de las más importantes Batallas de la independencia Nacional, fue en esa confrontación donde se logró detener el apoyo que desde Santa Marta daban a las tropas realistas asentadas en Cartagena, el ejército libertador tomó el control del Río Magdalena, frenó la expedición monárquica del español Pablo Morillo, consolidó la derrota del imperio español y el surgimiento de la República. Para la época, en Santa Marta se había consolidado un enclave colonial que prolongaba la vigencia del colonialismo español y que frenaba la lucha por la libertad.

El almirante José Prudencio Padilla y los oficiales José María Carreño y Hermogenes Maza con el apoyo decidido de soldados bolivarianos de Venezuela, desplegaron sus tropas por tierra, mar, ciénaga y ríos para propiciar una contundente derrota a las tropas realistas.

La de Ciénaga fue una de las más duras e intensas batallas de la guerra de independencia, la más sangrienta después de Ayacucho, Junín, Boyacá, Bomboná y Pantano de Vargas. La Batalla de Ciénaga enfrentó, por ironías de la historia, indígenas en ambos lados de la confrontación, puso en evidencia la tardía y prolongada vocación monárquica y colonial de la clase dirigente de Santa Marta y, sobre todo, frenó las pretensiones de reconquista de la corona española en el continente americano.

En el bicentenario de esta gesta libertadora es necesario reivindicar la memoria del Almirante Padilla, héroe de las batallas marítimas de la independencia, vilipendiado y discriminado por su origen y el color de su piel, preso y condenado a una muerte injusta que atormentó al Libertador y lo obligó a un arrepentimiento público.


Compartir