El proyecto fallido, símbolo de la corrupción y el despilfarro, no contó con ningún tipo de manifestación del ex congresista Franklin Lozano, que hoy aspira -con los politiqueros de siempre- ocupar la Gobernación del Magdalena.
Es sorprendente cuando la politiquería tradicional del Magdalena, la misma que a través de sus nefastas acciones ha sumido al departamento durante años en el atraso, la desidia y la falta de oportunidades, exija, grite y vocifere pidiendo mayor inversión en los proyectos viales.
Y es sorprendente en sí porque han sido ellos, los politiqueros tradicionales, los que hicieron el que quizás es el proyecto vial más fracasado en la historia de la región. Una obra que terminó convirtiéndose en vergüenza nacional y en elefante blanco para desgracia de los habitantes del departamento.
Hablamos de Franklin Lozano, el hoy candidato de la politiquería a la Gobernación, que exige más inversión y prioridad en vías, cuando él, siendo congresista y aliado de la familia Cotes, se prestó para fraguar el desastre tristemente conocido como Vía de la Prosperidad.
Él olvida, por arte de magia, que fue uno de los que apoyó a los Cotes incondicionalmente en la realización de esta obra, que para 2017 ya se sabía los montos que por corrupción habían condenado a este proyecto.
El pueblo del Magdalena no olvida cómo este congresista, que posa hoy de salvador e independiente, hizo parte del desfalco que terminó en la entrega de 18 kilómetros de vía de los 53 inicialmente contratados, sumados a los problemas que los tramos construidos presentan, por haberse hecho con estudios desactualizados.
Si a Frankilin Lozano y a sus áulicos se les olvida este episodio, nuestro medio estará siempre presto para recordárselo.