General, las víboras a perseguir están en el Ejército- Por: Germán Ayala Osorio 

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Desde los tiempos de Miguel Vega Uribe y Rafael Samudio Molina no se veía a un general de la República con una actitud tan arrogante, displicente y amenazante como la que exhibe hoy Eduardo Zapateiro, comandante del Ejército Nacional.

Su empatía con la desaparición del matón del Cartel de Medellín contrasta con la ecpatía manifiesta hacia las víctimas de los falsos positivos.

Tras conocerse la cifra de ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos que hasta el momento la JEP ha logrado precisar, el militar publicó un desafortunado trino desde la cuenta institucional del Ejército, donde dijo: “Somos soldados del Ejército de Colombia y no nos dejaremos vencer por más víboras venenosas y perversas que quieran atacarnos, señalarnos o debilitarnos. Oficiales, suboficiales y soldados, no nos rendimos, no desfallecemos, siempre fuertes con la cabeza en alto. Dios está con nosotros”.

Al ver y sentir la reacción de rechazo de cientos de tuiteros, el alto oficial se vio obligado a recular. A pesar de ello, las audiencias de las redes sociales entendieron el sentido de lo dicho como una amenaza velada contra los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

En lo expresado por Zapateiro hay una evidente molestia por el hallazgo de la JEP y por la cifra de 6.402 ejecuciones extrajudiciales reportadas por el alto tribunal de justicia transicional. Además el General Zapateiro delibera a través del trino, asunto que está prohibido en la Carta Política, pues las nuestras son “Fuerzas Armadas no deliberantes”.

Pese al posterior ocultamiento metafórico de su rabia por el reporte de la JEP, subsiste en Zapateiro una clara actitud de deliberación, rechazo y enfrentamiento, como militar, a un alto tribunal de justicia, el cual debe ser no solo reconocido por el comandante del Ejército, sino respetado. Se suma a lo anterior que Zapateiro usa la cuenta oficial de la institución armada para emitir sus opiniones, para deliberar -insistimos- en una red pública.

¡Ajúa! General, así no son las cosas. Si la Procuraduría no estuviera hoy en el bolsillo del Gobierno de Duque, este organismo estaría obligado a investigar la conducta de Eduardo Zapateiro.

Es de esperar que la ONU, Human Rights Watch (HRW) y demás organismos encargados de proteger los Derechos Humanos tomen nota de lo expresado por el oficial tropero -y además de tropero chafarote-, pues la vida de los magistrados de la JEP podría estar en riesgo, en consideración a que lo dicho por Zapateiro puede ser asumido por los paramilitares e incluso por sus propias tropas como una orden no oficial de atentar contra la vida de los jueces del tribunal de justicia transicional.

Esta no es la primera salida en falso de Zapateiro. Ya en público había expresado su pesar por el fallecimiento del sicario de Pablo Escobar Gaviria, alias Popeye. Manifestar su dolor patriótico por la muerte natural del asesino de marras, ubica al General en una peligrosa orilla ideológica y moral, pues desde ahí parece hacer invisibles las diferencias o los límites que debe reconocer como hombre en armas, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo legal y lo ilegal.

Su empatía con el matón del Cartel de Medellín contrasta con la ecpatía hacia las víctimas de los Falsos Positivos, ejecuciones perpetradas por miembros del Ejército que así “monetizaban” la vida de jóvenes civiles, algunos con discapacidades, para luego asesinarlos y hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate.

Convendría que Duque, como jefe directo de Zapateiro, le llamase la atención al general  Zapateiro por lo dicho en la red social twitter. Por supuesto que es mucho pedir para quien desconoce qué es eso de ser y fungir como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

¡Ajúa! General, mejor dedíquese a perseguir a las víboras que aún operan dentro del Ejército y que continúan violando los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

 


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