La FAO traza lineamientos que debemos acoger y poner en práctica sobre todo en departamentos agrícolamente productivos como Sucre.
Uno de los temas clave para analizar a fondo en plena temporada de pandemia por el coronavirus es el de la seguridad alimentaria en Colombia y en regiones plagadas de pobreza como la Costa Caribe de Colombia y en este momento de recesión económica por la pandemia.
Particularmente a los costeños nos debe interesar con claridad saber que están pensando nuestros mandatarios para garantizarnos suficientes alimentos con los cuales nutrirnos y no pasar hambre.
En definitiva si las políticas públicas para la producción de alimentos son bondadosas, sobre todo en el campo, donde somos inmensamente ricos, con extensas tierras y sabanales como en el caso del departamento de Sucre, vamos a poder tener garantía de suficientes alimentos para más de 10.000.000 de habitantes de esta región.
La FAO promueve que, “Es clave que los gobiernos declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, con apoyo de todos los órganos del Estado y de la población. Es esencial mantener vivo el sistema alimentario, para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria”, explicó Julio Berdegue, Representante Regional de la FAO.
Bajo esta visión el Gobierno Nacional no puede “escurrirle el bulto” a la responsabilidad de darle garantías a los costeños para tener suficientes alimentos, sobre todo de los que provienen del campo, desde despensas agrícolas como las del departamento de Sucre.
El gobernador de esta parte del país, lo ha señalado en diversas ocasiones de como la yuca y otros productos de pan coger, son de fácil producción, pero hace falta apoyo para el desarrollo de los cultivos y su comercialización en este mismo departamento y en los vecinos.
Resultaría sencillamente estúpido que en medio de la crisis sanitaria, por falta de olfato empresarial y de buenas políticas públicas para el agro, lo mismo que para la seguridad del autoabastecimiento de alimentos del campo, no aprovechemos estas ventajas naturales que por algo, Dios y la sabia naturaleza nos dieron.
La pandemia ha causado emergencia en todos los niveles de los Estados. El informe de la FAO, elaborado a solicitud de la Presidencia Pro Témpore de México ante la CELAC, establece que un tercio de la población de América Latina y el Caribe, previamente al Covid-19 ya se encontraba en “inseguridad alimentaria”.
Es así que se recomienda reactivar el Plan de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Plan SAN-CELAC), y fortalecer acuerdos políticos para impulsar el comercio de alimentos entre los países de la región.
Dentro de todos los países afectados por la enfermedad, existen sectores y actividades más vulnerables, entre ellos los pueblos indígenas y campesinos, que en gran medida se encargan de generar los recursos a través de la agricultura. Pero ninguna economía por más fuerte que sea ha quedado al margen de las afectaciones.
Ante ese panorama no deben existir dudas de la urgencia de poner en marcha los procesos que otorguen posibilidades de desarrollo en todas las cantidades posibles de los alimentos provenientes del campo caribeño hacia la mesa, inicialmente, de todos los habitantes de esta maltratada región.
Es en este espacio donde tienen mayor validez las ideas del gobernador de Sucre, Héctor Espinosa, para alcanzar una productividad optima que conlleve la seguridad alimentaria que todos debemos tener, aún en tiempos de crisis como la actual, que va camino a una recesión económica de incalculables proporciones.
Una de las banderas de Espinosa es la producción de yuca, pan coger de gran arraigo entre los productores del campo sucreño, por lo que él califica que, «La yuca es a Sucre lo que el café a Quindío», y en ese sentido se debe extender el respaldo a los productores para “mejorar el encadenamiento productivo, el mercadeo y la asociatividad de este sector”.
“Hay mucho mercado, pero no hay algo sistemático desde el Gobierno que vincule a la academia en temas de investigación y de desarrollo de conocimiento. Por eso pedí que lo incluyeran en nuestro Plan de Desarrollo, pues nosotros tenemos que hacer el proyecto de la yuca para Sucre”, expresó el gobernador Espinosa, quien, indudablemente, está bien enfocado con este propósito, que finalmente nos garantiza tener alimentos.
Trabajemos unidos para no padecer por alimentos, disminuir los índices de desnutrición y pobreza en el Caribe de Colombia, porque definitivamente estamos en deuda con el campo costeño.