La salud fiscal de Barranquilla es cada vez más precaria, el empresariado ya protesta por el aumento continuo de los impuestos, la ambición de las obras es menor, y algunos indicadores sociales y de competitividad no reflejan el progreso de la ciudad en otras áreas.
Estas son las señales que evidencia el agotamiento del gobierno de Alex Char, un modelo político que hay que revisar porque empieza a tambalear, según estudio realizado por la directora de Barranquilla Cómo Vamos, Lucía Avendaño. Esto resuena dentro de Barranquilla, donde abre preguntas sobre el futuro de la casa política más influyente en décadas. Pero también afuera, donde varias ciudades de Colombia están empezando a adoptar el modelo de prosperidad al debe de los Char.
EL PANORAMA
Entre el 2016 y el 2023, la deuda pública de Barranquilla pasó de 663 mil millones a 3 billones de pesos. En su tercer mandato, Char recibió una ciudad con una deuda equivalente al 71% de su presupuesto y con un indicador de sostenibilidad en 117%, 17% por encima de lo que sugiere la ley.
Una de las primeras movidas de Char este año fue pedir un cupo de endeudamiento de tres billones de pesos. Según consta en la página de contratación pública Secop, el alcalde hasta ahora ha conseguido al menos 543 mil millones. De esos, 382 mil millones serán destinados para proyectos de inversión, y 161 mil millones para pagar parte de la deuda que dejó el exalcalde Jaime Pumarejo, un alfil de los Char con el que hoy hay una ruptura. (Ver documentos). Para inversión son tres créditos los que se han aprobado. Uno con el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), otro con Findeter y otro con Banco de Occidente, del Grupo Aval.
De la plata de los créditos conseguidos, 229 mil millones de pesos irán para proyectos como recuperación y mejoramiento de parques, construcción del malecón del suroriente, mejoramientos de vivienda y canalización de arroyos. Se pagarán en un plazo de 10 años con recursos de libre destinación. Otros 153 mil millones de pesos irán para proyectos de seguridad y convivencia ciudadana (mejoramiento de parques y construcción de estaciones de Policía), que se pagarán con recursos de la tasa de seguridad que recauda la Gobernación del Atlántico.
IMPUESTOS Y MÁS IMPUESTOS
Es un impuesto que ha causado polémica porque se cobra en la ya alta factura de energía, y se ha utilizado para obras de infraestructura y no han reducido indicadores de violencia, como los homicidios y la extorsión. En la Gobernación de Elsa Noguera con la plata de la tasa se adjudicaron contratos para aliados políticos, como una empresa de la familia Daes y la fundación de baile de Clemencia Vargas, hija de Germán Vargas.
Pero los créditos de Char no solo irán a inversión, el 30% será para pagar deuda. En el periodo de Jaime Pumarejo, que duplicó la ya deuda alta de Char en su segundo periodo, pidió créditos por insuficiencia de caja. Esos créditos los pidió a corto plazo: es decir, se tenían que pagar este año.
El proyecto charista se ha sostenido en buena medida por un fuerte recaudo de impuestos. Entre 2016 y 2023, el recaudo de Barranquilla creció un 96%: pasó de 2,5 billones de pesos a 4,9 billones de pesos. Es un recaudo que, salvo en el 2022, ha mantenido un crecimiento constante.
Para mantener esa dinámica, a finales de 2023, el Concejo de Barranquilla aprobó un proyecto para aumentar los impuestos de alumbrado público y el de Industria y Comercio (ICA) en 13 sectores económicos. Sectores como el comercio de materiales de construcción subieron un 43% y la producción de cervezas 63%. Para los aumentos tributarios no ha habido debate ni oposición política pues la casa Char tiene una hegemonía en el Concejo, donde 19 de 20 concejales son de gobierno.
El modelo Char se ha hecho conocido por la ejecución de grandes obras. Y si bien Char ya ha adjudicado seis megaproyectos, su dimensión es menor a los que contrató en 2016, en el primer año de su mandato anterior. Barranquilla Cómo Vamos analizó los indicadores de la ciudad entre 2018 y 2023. Uno de los datos reveladores es el de la inversión per cápita de la ciudad: 3,1 millones de pesos por habitantes en Barranquilla. Cali, por ejemplo, tiene una inversión per cápita de 2,1 millones de pesos.
En cuanto a la pobreza, Barranquilla y su área metropolitana sufrieron un impacto grande en la pandemia: pasó de 26 a 39%. Sin embargo, desde 2021 se ha venido recuperando pues se redujo de 39 a 30% Asimismo, el informe de Barranquilla Cómo Vamos muestra que en Barranquilla el desempleo está en un 12%, 2,2% por encima del promedio nacional. Y el 57% del empleo es informal.
En cuanto a la educación, el informe señala que entre 2018 y 2023 la deserción escolar pasó de 0,7 a 1,9% y la repitencia pasó de 0,7 a 5,9% hasta 2022. También hay indicadores que han mejorado: la tasa de tránsito inmediato a la educación superior creció en cinco años: pasó de 42 a 50%.