En los últimos días leía en las redes sociales una publicación de tipo macondiana, de esas mezclas entre caricatura y cinismo de la política nacional. Muy detalladamente observaba las fotos de una “Cacique política” montada en una “moto taxi” comiéndose un pedazo de “patilla” (sandia) y comprando en los puestos de las carreteras zapotes, mamoncillos y hasta algarrobas mientras recorría algunos de los pueblos polvorientos de nuestra hermosa tierra sucreña.
Tal imagen me cuestiono hasta donde es capaz de llegar la clase política por perpetuarse en el poder y utilizan la necesidad de las comunidades para crear una imagen de “salvadores comunitarios” que solo visitan estas zonas vulnerables en épocas de pre – política o durante los sufragios, pero después como el polvero de la “mototaxi” se esfuman en el horizonte y aquellos que por unos pesitos colaboraron con la causa son unos totales desconocidos.
He estado en algunos conversatorios juveniles y la queja de la población siempre es la misma “elegimos a personas que no conocen nuestras necesidades”, pero al llegar la época de elecciones una especie de amnesia global transitoria enloda el raciocinio de los sucreños perpetuada por un ventilador, una bolsa de cemento o unos cuantos billetes de $ 20 000.
No en vano somos unos de los departamentos más corruptos donde nuestros ex – dirigentes ahora piden “cacao” a la jurisdicción especial para la paz (JEP) o están pagando condenas por parapolítica y como si fuese poco nos han convertido en pioneros de carteles como el de la hemofilia, el SIDA, el Inglés y hasta de los locos. ¡Válgame Dios!
Como olvidar cuando unos de nuestros gobernadores quien sufría de Alzheimer fue hallado responsable por la Contraloría de la pérdida de 2.398 millones de pesos que se iban a destinar a la atención en salud mental de los más necesitados. ¡Esta si es la tusa que le faltaba al calabazo!
Pero no nos desviemos del tema que tendremos mucha harina para ese costal de carteles y continuemos explorando las marañas que un año antes de las elecciones veremos en los que aspiran llegar a las altas esferas del poder. Retomando esta línea ya se barajan los alfiles políticos de los que aun estando tras las rejas seguirán designados ediles, concejales, alcaldes y uno que otro gobernador ¡amanecerá y veremos!
Como ciudadano tengo la fe que la actual pandemia del Covid-19 nos cambie la mentalidad ¡facilista! y aprendamos a valorar lo que significa un puesto de elección popular y no terminemos pagando los platos rotos por la falta de gestión y los altos índices de corrupción de nuestros gobernantes.
No olvidemos a los pocos que han logrado conseguir ayudas para sus comunidades o gestionar vacunas para su población y utilicemos las herramientas tecnológicas como un paredón donde expongamos a aquellos que se aprovecharon del hambre y la necesidad el pueblo para vender mercados, cerrar contratos o dejar podrir mercados en una biblioteca.
Aún faltan varios meses para que la contienda política este en su mayor apogeo por eso con tiempo hago una invitación a escribir con mayúscula y sin amnesia la forma como queremos la dirección de nuestra región en los próximos años.
En nuestras manos esta castigar a los corruptos en las urnas o por el contrario continuar lamentándonos por no haber hecho nada el día que vendimos el voto por una hoja de zinc.