«Hasta las últimas consecuencias»: viuda de «Kike» Vega (IV)- Por: Lucio Torres

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«¡Actuaré hasta las últimas consecuencias!». Este es un nuevo capítulo que se suma a esta triste historia que, al parecer, se inició el 25 de octubre de 2022 en la fatídica fiesta de cumpleaños de Punta Roca, jurisdicción de Puerto Colombia. Es la hipótesis que mayor coherencia tiene. Puesto que reúne las exigencias de una trama: causa―consecuencia, motivación para cometer el crimen, la venganza. Es decir, modo, tiempo y circunstancias. Pero parece que las cosas no quedarán allí. La enérgica advertencia de Meili Daza Curvelo, la viuda de «Kike» Vega y mamá de los Vega Daza, contra la directora de fiscalía seccional, Miryam Rojas y la directora de Medicina Legal de Barranquilla expresa, además de un intenso dolor, un resentimiento y una sed de venganza.

Esa amenaza de la adolorida madre y esposa de los masacrados en la casa No 4 del conjunto residencial North Frontier de Villa Campestre el pasado 29 de junio, caldea los ánimos crispados de la sociedad barranquillera. Es, sin duda, una amenaza que alimenta también las especies falsas de venganza que personas inescrupulosas difunden en redes sociales sin ninguna verificación.

La amenaza: «¡Hasta las últimas consecuencias!»

De acuerdo con una fuente de la misma Fiscalía, consultada por Vox Populi Digital, el audio corresponde a quien dice ser. Es decir, a la viuda Daza Curvelo que se salvó junto a otro menor que estaban en la parte interior de la vivienda. La voz empezó con un tono suave y profundo. Luego alzó la voz para hacer esta amenaza:

«¡Esto lo voy a llevar hasta las últimas consecuencias, porque esto no se puede quedar así!».

¿Por qué la reacción de Meili Daza?

La sentida y emocionada reacción se produjo tras haberse difundido por las redes sociales el miércoles 5 de junio varias fotos donde aparecen los cadáveres de sus familiares que se les había practicado la necropsia y habían sido llevados a la sala de preparación y maquillaje de la funeraria encargada de esa actividad. Esas fotos, al decir de la misma viuda y madre de las víctimas, «eran horribles». Cara destrozada, pecho abierto sin el corazón, barriga abierta sin vísceras. Eran fotos como si pertenecían a una escena de una película de horror de Freddy Kruger. ¡Impactantes en el primer golpe de vista!

Todo indica que son imágenes correspondientes a los momentos en que los cadáveres los estaban preparando para los funerales. Nuestro medio tuvo a su disposición dichas fotos. Pero, por razones de dignidad humana, amparada por nuestra Constitución Nacional y los tratados internacionales que defienden los derechos humanos, no fuimos capaces de publicar.

De acuerdo con una fuente que tiene información de primera mano, las cubetas donde están los cadáveres no son de Medicina Legal. Tampoco la ropa antifluido usada por el personal correspondiente a esa entidad ni el piso que se puede apreciar en dichas fotos.

Alerta de la Defensoría

Sin embargo, esas imágenes han impactado a la opinión pública barranquillera. Este hecho contribuye a fortalecer un estado de sensibilidad de una ciudad golpeada por los actos de violencia de los últimos meses. Son siete masacres en lo que va corrido el año. El índice de muertes violentos también ha crecido. Entre jueves y viernes (29 y 30 de junio) asesinaron a 7 individuos.

El Defensor del Pueblo del Atlántico, Carlos Camargo, el 9 de junio había activado la alerta temprana No 022 de 2023 por el disparo de indicadores de violencia y de muertes violentas. En ella se alertó a las distintas instituciones del Estado colombiano para que adoptaran las medidas correctivas y preventivas para detener esta orgía de sangre en la pasada ciudad pacifica de la Costa Caribe. El funcionario denunció que el 85% de las muertes violentas registradas en el Distrito de Barranquilla y su área metropolitana corresponden a la modalidad de sicariato.

«¡Actuaré hasta las últimas consecuencias!»

Se puede entender el dolor de una madre que vio el crimen de dos de sus hijos y de su esposo. Así como el dolor profundo que debieron sentir los familiares de Jonnathan Ospino Illera, 21años, presuntamente asesinado por Roberto Carlos Vega Daza. Fue el hijo que se salvó de esa masacre. Masacre que fue consecuencia de una discusión con la mujer que fuera amante de uno de los empresarios que asistió a la fiesta de cumpleaños de la víctima fatal.

«¡Me parece una falta de respeto, me parece una falta de todo! lo que ustedes han hecho con mi familia. ¿Cómo es posible que ustedes hayan permitido que salgan unas fotos en las redes sociales donde le están haciendo la necropsia a mi esposo y mis hijos? Vea, yo voy a llegar hasta las últimas consecuencias. Yo estoy saliendo para derechos humanos, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo».

Seguidamente, alzó el tono y le advirtió:

En Barranquilla hay demasiada corrupción

Tal vez por conocimiento de causa, ya que a la banda de Los Vega Daza se le sindicaba de tener comprada a parte de la Fiscalía, jueces y policía, la viuda de «Kike» Vega dijo:

«Aquí en Barranquilla hay demasiada corrupción, señora. A usted le está quedando grande su empleo, oyó. Hágame y tome control, señora. Usted se hace llamar directora. Entonces, usted como directora debe tener las medidas con personas correctas que desempeñen sus funciones. Están acabando con mi vida, porque después que me matan a mi familia tienen la osadía de correr esas fotos horribles ¡horrible!»

La declaración, paradójicamente, incluyó una aclaración:

«Pero sabe qué, directora, esto no se va a quedar así. Y no la estoy amenazando para hacerle daño sino para que me hagan valer mis derechos».

Está planteado un nuevo capítulo de esta historia de terror que vive ahora Barranquilla. Es una película de Freddy Krueger al amparo de un gobierno distrital que se gastó $94 mil millones en 2022 (Fundación para la Libertad de Prensa) para maquillar la imagen de un alcalde mediocre y farandulero como Jaime Pumarejo Heinz. Un alcalde que fue puesto por Alex Char para que le guardara el cargo si fracasara, como en efecto fracasó, en su campaña por la presidencia de Colombia. Ese dinero fue a parar a las agencias de publicidad locales y bogotanas para que tengan al burgomaestre en los primeros lugares de las encuestas nacionales.


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