Mi artículo «HIDROITUANGO, LA BOMBA H», viralizado en las redes sociales con un alcance superior en Facebook a los dos millones de internautas, me ha ganado críticas de algunas autoridades y malquerientes académicos, que me tratan de «loco» por tan apocalíptico pronóstico. Por supuesto, el afán de minimizar el impacto negativo que viene teniendo en la opinión pública este fracasado proyecto y sus repercusiones en una campaña presidencial, pueden explicar por qué tanto el gerente de la EPS como el alcalde de Medellín (de la misma cuerda política del expresidente Uribe) y las maquinarias partidistas de esa coalición electoral manipulan la información de lo que realmente está ocurriendo, en perjuicio de las comunidades afectadas.
Lo evidente es que lo que digo en ese artículo es lo que ha venido diciendo el gobernador de Antioquia y la propia EPM desde un inicio de la crisis, a saber: 1) que si se derrumba la presa habrá una ola tipo tsunami de más de 150 metros de altura producida por más de 17 millones de metros cúbicos de aguas represadas, que se irá disipando a lo largo de su recorrido, produciendo un daño, según el mandatario antioqueño, equivalente a cuatro veces ARMERO; 2) que si no se cae la presa, el agua que debe ser desembalsada para reducir la presión que produce sobre la montaña que soporta el estribo derecho de la misma, saldría con pulsos de 8 mil metros cúbicos por segundo, que equivale a cuatro Niñas juntas por lo que generará una MEGA INUNDACIÓN río abajo que arrasaría y/o inundaría pueblos enteros a su paso.
En el caso de La Mojana, región comprendida entre el corregimiento de Colorado (Nechí/Antioquia), al sur, y el municipio de Magangué/Bolívar, al norte, los estudios elaborados por el Fondo Adaptación (2017) señalan que en periodos de Niña la altura del agua (cota de nivel) en los centros poblados superará el metro y medio. Por tanto, nuestro pronostico de que las zonas suroriental y nororiental del casco urbano de Magangué se inundarán con cotas de nivel superiores a los (2) metros es fácilmente comprobable si se tiene en cuenta que no se trata de un fenómeno de Niña sino de un equivalente a tres o más. Igualmente, el pronóstico de que esa inundación afectará a más del 50% de la población de la cabecera municipal encuentra su explicación en que en la Magangué Mojana existe una mayor concentración demográfica que en la Magangué Sabana.
Por otra parte, es plausible la petición del alcalde de Magangué, Pedro Manuel Alí, a la EPM para que el desembalse de las aguas represadas (que seguro comenzará a partir del 18 de junio, un día después de las elecciones) no se haga con el pulso anunciado de 8 mil M3xseg, sino con uno máximo de 2,5 metros cúbicos por segundo, pues a esa cota anunciada producirá debastación en el bajo Cauca y La Mojana. Sin embargo, aún así, que la EPM acceda a esa petición, habrá una SUPER-INUNDACIÓN. Además ¿cómo dosificará la EPM la salida del agua si no tiene control sobre los túneles de desembalse ni el cuarto de máquina? Además, de poderlo hacer, desembalsar a 2 mil m3xseg demoraría más el proceso que hacerlo a 8 mil.
Lo cierto es que es mejor trabajar los planes de contingencia sobre el PEOR escenario que sobre el mejor para no engañar a gente con el argumento que el agüita que entrará a lo sumo llegará al ombligo, cuando los estudios científicos indican que superará el 1.5 metros, estándar a partir del cual se considera una inundación como de ALTO RIESGO pues a esa cota de nivel una persona no puede controlar sus movimientos dentro del agua y menos cuando ella es torrentosa.