Historias del tio Humberto. Por: Diógenes Armando Pino Sanjur

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Soy un privilegiado y afortunado por Dios, provengo de una familia de contadores de historias, donde mis tías abuelas le trasmitieron a mi abuela las tradiciones, historias, mitos y leyendas de nuestro pueblo, así mismo la abuela a nuestro padre y este a nosotros, por eso nos encanta difundir la tradición y contar las historias de Tamalameque, hoy quiero darles a conocer anécdotas de un tío.

Me cuentan que mi tío Humberto, hombre longevo, quien cree contar con el exigir de la juventud, cierto día se puso a debatir con unas amigas de trago, Ligia, Marina y Nuris quien tenía más resistencia al licor, a lo que él en tono desafiante les sentencio que ese día se verían 2 cosas y demostraría que ellas no aguantaban más que él; ante el desafío partieron para Puerto Bocas, donde la señora Helena dando inicio la disputa etílica, transcurrido un largo periodo de tragos, mi tío Humberto despierta de un profundo sueño producto del efecto del alcohol, al verse solo, manifiesta <<Vio señora Helena, que esas mujeres no beben más que yo, que las corrí>> a lo que la señora Helena le refuta <<Hay Humbe, se cansaron de esperarte que te levantaras, mira esas mujeres te dejaron dormido y se fueron para la otra parranda, míralas allá>>.

Mi tío Humberto aparte de creerse un joven vitalicio, es un enamorado y picaflor empedernido, me narran que cierta vez se llevó una doncella para Santa Marta a consumar su amor, pero con lo que no contaba que su esposa Chepa se enteró, formando un gran alboroto en el pueblo, reclamándole a la familia de la joven, mi padre preocupado ante la situación, decide esperarlo en la entrada del pueblo para advertirle, en esos tiempos no existían los celulares, pero mi tío como todo macho alfa no le dio importancia a la cosa y se dirigió a su casa, donde doña Chepa lo espero, le brindo su comida, sin reclamarle nada, el hombre sorprendido, se hizo el loco, para pasar la fiesta tranquilo, lo cual fue interrumpido por su perro que permanecía amarrado, sin conocer perra alguna, por lo que al soltarlo comenzó a besuquearse en la pierna de su dueña, a lo que Chepa sermoneo <<Cusumbo estas arrecho, debes conseguir plata, porque aquí a las perras las llevan a Santa Marta>> dañándole la comida a mi tío quien prefirió irse para la calle para evitar la discusión con su esposa por su fechoría en la samaria.

En otra ocasión mi tío vino de una de sus giras amorosas, porque el hombre formalizaba sus conquistas por fuera del pueblo, llegó tarde de la noche, con unos tragos encima y se dispone a dormir, encontrando a doña Chepa ya en los brazos de Morfeo, acomodada en su cama, por lo que el ingresa sigilosamente y se acuesta para no despertar a Chepa y no recibir reclamo alguno, pero el hombre comete un error garrafal le da la espalda a su esposa, esta despierta y al verlo dice <<así muchacho, vienes cansado que te pusiste culo con culo>> empujándolo con sus dos pies en la espalda, tumbando a mi tío de la cama, quien no tuvo otro remedio que buscar otra cama para descansar.

Mi tío a pesar de todos los chascos ocurridos sigue disfrutando de su vida, como lo hizo su madre, haciendo lo que le gusta, ya pensionado, gozando, parrandeando y mujereando.


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