Tendría que haberlo anticipado hace 10 días cuando critiqué al NY Times por aquí. Tan pronto leí ese artículo en donde conectaban a Putin con Latinoamérica, tendría que haberme dado cuenta que las noticias que emergen de Occidente con respecto al conflicto Ruso-Ucraniano iban a salir todas torcidas. La primera “baja” en toda guerra es la verdad, lo cual, es bastante difícil de conseguir en plena era de las “post-verdades”.
¿Es que los del NY Times o CNN creen que no vamos a contrastar la información con otras fuentes por fuera de los Estados Unidos?
¿En serio creen que pueden bombardear a la gente con ríos de mentiras y nadie va a chequear?
Pero la confirmación la obtuve hace dos días, luego de que el NY Times publicará esta foto (ver foto abajo) en primera página sobre la invasión rusa a Ucrania. “Soldado ruso muerto junto a tanque destruido”, decía la foto, cuando es imposible decir si el individuo que yace entre la nieve es un soldado ruso, uno ucraniano, o un civil con botas militares.
Se trató de una foto efectista, casi evocativa, pues trae de regreso memorias del frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial. Yo he visto la foto original que inspiró a esta, y en ella el muerto, junto un tanque “Tigre” destruido, es un soldado nazi. Curzio Malaparte escogió una foto similar para la edición en español de su obra maestra “Kaputt”, obra que se desarrolla más que nada en el frente ruso.
Pero aquí lo que está “kaputt” es la verdad, la honestidad periodística, la información. Es tanto el deseo de ver a los rusos derrotados, que se dice cualquier cosa para desprestigiarlos. Y como es de esperarse, se esconden sus argumentos y se magnifican sus defectos.
Como mi novia está subscrita a un servicio de contenido ruso generado desde Canadá, he seguido todo este proceso de descomposición de las relaciones rusas-ucranianas desde hace varios meses, viendo las noticias desde ambos lados de la cerca, y lo que se dice por allá no tiene nada que ver con lo que se oye por acá.
Para empezar, estoy increíblemente sorprendido con la manera ruin y sesgada con la que Occidente ha escondido la realidad de Ucrania. Que si la pobre Ucrania, que si nuestros “aliados”, que las pobres víctimas del expansionismo ruso y demás guevonadas que me parecen patéticas. En Occidente, y mucho menos en un país como Colombia, la gente tiene una idea clara de cuál es la verdad sobre Ucrania y cuáles las razones rusas para tomar semejante decisión tan drástica como invadir a otro país.
Para empezar, y como ya dije hace un par de días, Ucrania es un país con una profunda influencia fascista que se remonta a un fascista independista de la era Stalinista llamado Stepan Bandera, un carajo que es responsable por el magnicidio de 85,000 judíos ucranianos que murieron durante el holocausto. Al menos la tercera parte de Ucrania venera a Bandera y a los neo-Nazis inspirados en su movimiento. Hay monumentos en su honor por toda Ucrania y su cara está por todas partes. Ese es el héroe de Ucrania, un fascista criminal de guerra.
Y por ahí salen algunos a decir que eso no es cierto, que el presidente de Ucrania es un comediante judío (Zelensky), que si Ucrania fuera fascista no habría elegido a un judío de presidente, sin entender que ese es parte del problema. Uno de los problemas de Ucrania es que Zelensky no ha podido controlar a estos neo-Nazis salidos de madre, quienes han perpetrado masacres horribles en estos últimos ochos años en la zona que se quiere separar de Ucrania, el Donbas.
Es más: grupos fascistas ucranianos estaban conspirando para fabricar armas nucleares, una vez Ucrania es un país rico en Uranio. ¿Armas nucleares para tirarselas a quién?, se preguntarán ustedes. Pues, ¿a quién más va a ser si no a Rusia? Por eso Putin dio la orden de capturar Chernobyl en el primer día de hostilidades, pues existía el temor en Rusia de que estos grupos neo-fascistas se apoderan de grandes cantidades de uranio enriquecido de Chernobyl e hicieran su bomba atómica.
Y lo otro es la desinformación de todo tipo que circula en periódicos y noticias de Occidente. Que Ucrania está deteniendo a los rusos, que se están formando milicias armadas.
Anoche vi un reportaje ruso sobre estas milicias armadas, y si, es cierto, que Zelensky ha armado a la población civil dizque para que defiendan a “la patria”, pero al menos en dos instancias registradas con documentos fílmicos rusos los “milicianos” cogieron las armas para robar almacenes y supermercados. Le están dando armas a gente que no sabe de armas ni tiene integridad o criterio para saber qué hacer con ellas, eso para no decir que los ucranianos también han soltado a un gran número de criminales de las cárceles para que ayuden en la lucha, mostrando aún menos criterio con ello.
Pero lo peor fue lo que vi anoche. Según las noticias rusas, Zelensky le pidió a los rusos iniciar conversaciones de paz casi que al día siguiente de empezar la invasión, pero Zelensky no tenía ninguna intención de conversar nada. Lo que quería era ganar tiempo, y auspiciado por los americanos y sus aliados europeos, estos le recomendaron a Zelensky meter tanques para defender Kiev. En otras palabras, librar una batalla urbana de tanques, como en Stalingrado hace 80 años, para destruir la capital ucraniana y echarle la culpa a los rusos. Por supuesto, los rusos no cayeron en la trampa, ellos saben que están en desventaja en la guerra de desinformación. Si Kiev es destruida en una batalla de tanques, a Putin no lo perdona nadie por fuera de Rusia, y eso es lo que busca Occidente. A los Estados Unidos y Occidente les importa un pito Ucrania. Ellos lo que quieren es estigmatizar a los rusos como el nuevo demonio, y son capaces de destruir Kiev, una capital casi milenaria de Europa, para lograr este objetivo.
Ya hoy, como Zelensky se dio cuenta que Putin no es idiota, entonces ahora si está hablando de conversaciones de paz en serio para acabar el conflicto de una vez por todas.
Y ahí no para la cosa. Nadie en Occidente sabe que, luego de la invasión de Crimea en el 2014, los ucranianos le cortaron el suministro de agua a la región, sellando los ríos que alimentan el principal canal que abastece de agua a Crimea. A los ancianos de las provincias separatistas del Donbas los ucranianos no les volvieron a pagar pensiones. De los 15,000 muertos en esa región en los últimos 8 años, casi nadie en Occidente ha visto un cadaver por televisión.
Y esta campaña de desinformación ha llegado a tal punto que ha dado hasta para la risa.
En la llamada “Snake Island”, cercana a Sevastopol, se desconocía la suerte de 82 soldados ucranianos que defendían la guarnición ucraniana allí apostada.
Como Zelensky no sabía que decir, dijo que se trataba de “héroes de guerra” que habían caído en el campo del honor defendiendo a la Madre Patria, y los condecoró en ausencia.
Al día siguiente los rusos sacaron un film en donde aparecen los 82 soldados comiendo en una campo de prisioneros, felices de la vida. Los carajos no muerieron con honor en combate, se rindieron apenas oyeron los primeros tiros.
Y en Occidente tampoco hablan de los “depots” de prisioneros de los rusos, que están llenos de soldados ucranianos que se han rendido. La valiente oposición que quieren presentar los medios de Occidente es pura mierda. La mayoría de los soldados ucranianos se están rindiendo y entre la población civil hay cientos de miles de refugiados, tal como yo lo anticipé hace una semana. Kiev se ha quedado sin energía, y la mayoría de la gente está viviendo en refugios. Hay toque de queda a las 5:00 PM y ya se han presentado múltiples casos de ucranianos disparándole a ucranianos, creyendo que se trata de infiltrados rusos. La paranoia se ha apoderado de la ciudad, ya nadie está a salvo.
Salió un vídeo de Zelensky tomando café con sus tropas, vestido de militar, como si estuviera a cargo de la defensa del país, y vamos a ver que los medios rusos descubrieron que era un vídeo de hace dos semanas, cuando todavía no había empezado la invasión. Nadie sabe a ciencia cierta en dónde está Zelensky.
Nada de esto sale en los medios de Occidente, pero yo me entero de esto a través de medios rusos y a través de familiares de amigos rusos y ucranianos con familia en Kiev. El sentimiento generalizado es que todos quieren que se acabe la guerra y vuelva otra vez la normalidad, así sea con un ejército de ocupación ruso.
Y mientras tanto, Occidente se enfrenta a dos grandes problemas en estos momentos.
Primero: ¿qué putas hacer con una OTAN podrida con fascismo entre sus miembros de Europa del Este? Gran Bretaña, España, Italia, Francia y Alemania tienen democracias saludables, pero a medida que uno se corre al este, el fascismo está en todas partes.
¿Esos son los aliados de la OTAN en Europa del Este, fascistas? Porque si ese es el caso, hasta aquí llegó la OTAN conmigo. O la OTAN se purga, o hasta aquí llega.
Y segundo, mi mayor preocupación.
A raíz de esta crisis, Alemania ya anunció un un incremento “vasto” en su presupuesto de defensa.
La noticia no es que Putin quiera defenderse de neo-Nazis ucranianos que quieren armar una bomba atómica para tirársela a Rusia, pues eso está bien difícil que pase.
La noticia es que Alemania se va a rearmar, acabando con casi 80 años de políticas pacifistas.
Que me perdonen mis amigos de origen alemán pero, entre una Rusia militarmente fuerte, y una Alemania militarmente fuerte, escojo lo primero.
Y, una vez más, me remito a la historia para hacer mi elección.
Es solo cuestión de tiempo para que esa corriente fascista que invade Europa se expanda a Alemania, y cuando ese día llegue, apaga y vamonos.
Ese dia, acabaremos todos “kaputt”, no solo la
la verdad…