Instalación del congreso, un gran show Por: Diógenes A. Pino S.

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El pasado 20 de julio se realizó la instalación de los nuevos Honorables Parlamentarios quienes son de vital importancia para la vida política y democrática del país, toda vez que son los encargados en palabras castizas de hacer las leyes, aprobar el Plan de Desarrollo y el Presupuesto Nacional, realizar control político al gobierno y elegir Contralor, Procurador General, Defensor del Pueblo, entre algunas dignidades de la nación.

El nuevo congreso tiene connotaciones históricas para el país, las Farc dejan de ser grupo guerrillero para convertirse en movimiento político, se aplica el nuevo estatuto de la oposición, se estrena que la segunda fórmula presidencial en votación tenga curules, además de adquirir el compromiso y responsabilidad de legislar sobre temas de interés e importancia nacional como la paz, economía, sistema pensional, salud, etc.

La instalación tuvo muchos matices, se especuló y hablo mucho sobre la inconveniencia y mal mensaje por la llegada de las Farc sin pagar sus crímenes, la decisión del partido de gobierno de modificar los acuerdos, la disputa de los partidos de coalición por garantizar las mesas directivas y sobre todo el acto del senador Antanas Mockus de mostrar su trasero para llamar la atención del auditorio.

Desde las huestes uribistas se criticó la decisión de otorgar las curules a los miembros de las Farc, se manifestó su intención de reformar los acuerdos para eliminar esta posibilidad, pero llegado el momento de la instalación, observamos con sorpresa y admiración como el máximo líder del Centro Democrático Álvaro Uribe Vélez con un apretón de mano saludo a Victoria Sandino, así mismo la breve charla de la viuda de Tirofijo con José Obdulio Gaviria uno de los ideólogos del uribismo.

La coalición de gobierno tuvo que trabajar arduo para lograr consensos y acuerdos que permitieran alcanzar la victoria y garantizar la presidencia de la corporación, aunque se especulaba sobre la alianza entre Cambio Radical y el Partido de la U que pondría en aprietos y torpedearían las intenciones al Centro Democrático y al gobierno, solo fueron escaramuzas y estrategias para llamar la atención porque al final se eligieron los que el presidente electo habría brindado el guiño.

A pesar que algunos parlamentarios son cuestionados, se encuentran en curso de investigaciones y procesos por caso de corrupción, delitos electorales, vínculos con la multinacional Odebrecth y hasta por extradición, no hubo impedimento alguno para que estos ilustres pudieran posesionarse y convertirse en los nuevos padres de la patria.

Los cambios en la parte administrativa no surgieron efecto, por el contrario, la elección del secretario y subsecretario del senado tuvo más aprobación que la de presidente y vicepresidente, sin importar que el subsecretario estuvo involucrado en

un hecho bochornoso que le implicó una investigación y sanción por parte de la procuraduría General de la nación.

Lo que, si no pasó desapercibido y se convirtió en debate nacional, donde se pide una sanción ejemplarizante, fue la acción del senador Mockus, quien, en pleno juramento, para “llamar al silencio y atención” de sus colegas decidió mostrar sus nalgas, lo que ha sido catalogado como un insulto, irrespeto y burla a la institucionalidad.

Aunque no estoy de acuerdo con el proceder de Antanas, concluyo que a los colombianos nos importa más la mostrada de nalgas, porque la paz, economía, salud, guerra contra la corrupción y demás temas que garantizan un mejor futuro al parecer nos vale un culo

 


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