Instalada mesa de diálogo entre Gobierno y disidencias de las FARC, inició el cese al fuego

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Tras una espera de casi cuatro horas y al menos dos postergaciones, en Tibú, Norte de Santander, se instaló oficialmente la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y las disidencias de las FARC, conocidas como Estado Mayor Central (EMC). En el evento también se anunció un cese al fuego por tres meses que arrancará a la medianoche del lunes 16 de octubre.

En el lugar hicieron presencia representantes de la comunidad internacional, así como las ministras de Trabajo, Gloria Inés Ramírez; de Ambiente, Susana Mohamad; y de Agricultura, Jhenifer Mojica. Además, estuvieron dos representantes de las curules de paz: Diógenes Quintero, representante de Catatumbo, y Juan Pablo Salazar, de la curul de Cauca.

El evento se hizo tras un frustrado intento el pasado domingo 8 de octubre, cuando se pospuso la instalación de la mesa y el cese al fuego. El único gran anuncio de ese día fue la suspensión bilateral de operaciones ofensivas, que se hizo efectiva el martes pasado y estaba vigente hasta la medianoche de este lunes, cuando inició el cese al fuego que  irá hasta el 15 de enero de 2024.

Desde entonces, una parte de ambas delegaciones se quedó en Tibú para seguir negociando. El trabajo de toda esta semana fue finiquitar detalles, pero también los protocolos con los que se monitoreará y verificará el cese al fuego, el de las acciones prohibidas, los lineamientos de la agenda, el acompañamiento de los países garantes y la situación del Cañón del Micay —que se ha convertido en el botín de guerra para ambas partes—, entre otros.

La confusa jornada de ese 8 de octubre dejó al descubierto que la negociación con ese grupo armado no va a ser nada fácil para el Gobierno, entre otras cosas, por la diferencia entre los objetivos que tienen los distintos frentes y su pobre componente político.

Lo que hoy se conoce como EMC —aunque el grupo se reivindique como FARC-EP— se empezó a gestar incluso antes de la firma del Acuerdo de Paz con esa guerrilla, en noviembre de 2016. A mediados de ese año, una parte de los mandos más visibles de las antiguas FARC se salieron del proceso de negociación, entre ellos Gentil Duarte (muerto el 4 de mayo de 2022), Iván Mordisco y Calarcá.

Aunque el EMC aún está lejos de tener el poder de las antiguas FARC, actualmente es la facción disidente más consolidada y con mayor presencia territorial. Este grupo logró absorber a 27 de las casi 40 estructuras disidentes surgidas del proceso de paz, en medio de su proyecto de unificación. Actualmente tiene unos 3.500 integrantes.

Tras los actos protocolarios -que incluyeron el himno de Norte de Santander y de Tibú-, el primero en hablar fue el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, quien afirmó que con el evento se da por instalado el “segundo paso en la política de paz”. Esto en referencia a la segunda mesa que el Gobierno tiene activa, después de la que adelanta con el Ejército de Liberación Nacional.

“Empezamos luego de 14 meses una fase sustancial, de exploraciones con altibajos. Hemos tenido más de 25 reuniones, hemos intensificado el diálogo de manera secreta y privada, pero hemos resuelto las contradicciones y hemos avanzado (…) Tenemos tres meses para ganar el corazón de muchos colombianos escépticos”, dijo Rueda.

De acuerdo con el alto comisionado, aplicar el Derecho Internacional Humanitario abrirá la posibilidad de transformaciones territoriales y de “construir una democracia para todas y todos”.

Al final de su discurso, González hizo referencia al trino del presidente Petro. A través de su cuenta de X, el mandatario dijo: “Colombia hoy espera dar un mensaje de Paz desde el interior mismo de sus sociedad”. El domingo también se había pronunciado el mandatario y había pedido “máxima responsabilidad” para los combatientes del EMC. “La responsabilidad es con la historia de Colombia y hoy es un mensaje de coherencia al mundo. El conflicto se soluciona hablando”, dijo Petro.

Acto seguido, se posesionaron oficialmente los 19 delegados de la mesa de diálogos. Camilo González Posso, coordinador de la delegación del Gobierno, afirmó que vale la pena intentar negociar en medio de un cese al fuego, pero que no es necesario esperar a un acuerdo final para avanzar en acuerdos parciales de aplicación inmediata.

“En estos tres meses de cese se harán planes de transformación en zonas afectadas como el cañón del Micay. Se busca promover planes sociales y de democracia participativa (…) Esta es una experiencia de participación sin armas, de reconversión de economías ilegales. Dialogar de paz, construyendo paz es una apuesta por la vida y la libertad, como dijo el presidente Petro”, dijo.

Andrey Avendaño, jefe de la delegación del EMC, también habló el jefe negociador de las disidencias: “Llegamos a la mesa convencidos de que esta es una nueva oportunidad, es la continuación del legado que nos dejaron de otros. La guerra nos quitó la juventud, nos impidió tener infancia, educarnos, crecer al lado de nuestras familias ya amigos, no queremos que otros pasen por eso”, dijo durante su intervención.


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