JERONIMO Por: Diógenes Armando Pino S.

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Etimológicamente este nombre se deriva del griego hieros “sagrado” y onoma “hombre”, lo que constituye su significado como “hombre sagrado” o “hombre santo”, convirtiéndole en excelente nombre para cualquier cristiano, excepto si es de apellido Uribe.

Ante el atroz, abominable y repudiable acto criminal y terrorista perpetuado con un carro bomba en la Escuela de Cadetes Francisco de Paula Santander de Bogotá, donde vilmente perdieron la vida 21 policías y hay más de 584 heridos, Colombia unida rechazo este acto de barbarie y atroz, pero un trino de Jerónimo Uribe hijo del expresidente causo revuelo e indignación nacional.

En dicho trino el hijo del expresidente manifiesta: “se sabía que la paz de Santos era una farsa. Enfrentar el mar de coca, minería ilegal y corrupción que dejo Santos es un tremendo reto para el presidente Duque”. Olvidándose del dolor, calvario y sufrimiento de las familias de las personas muertas y heridas, demostrando que es más grande el odio y rencor que siente en su corazón hacía el expresidente Santos, que la solidaridad, respaldo y apoyo que debió brindar a familiares y víctimas del sanguinario e inhumano atentado.

Los colombianos podemos tener las diferencias ideológicas y personales que nos dividan, pero ante las tragedias, sufrimiento y adversidades nos hemos unido y como hermanos nos solidarizamos para enfrentar la brutalidad del terrorismo, por eso es inaceptable que se utilice este acto criminal para arremeter contra su adversario o contradictor.

Con el trino el joven Jerónimo, demostró que no tiene nada de hombre sagrado o santo, por el contrario, demuestra que es un hombre depravado, que utiliza cualquier medio sin importar los sentimientos y sufrimiento de los demás para agredir y atacar, exponiendo su insensibilidad humana y oportunismo.

Ya está bueno de la polarización, el odio y el rencor, debemos sembrar esperanza, perdón y reconciliación para que unidos como sociedad combatamos y erradiquemos a los violentos que quieren alterar el orden, causar muerte, desconsuelo y padecimiento, negándonos la posibilidad de crecer y construir un mejor país.

No podemos permitir que nos dividan en una derecha donde actúan los buenos o una izquierda donde pertenecen los malos o viceversa, debemos constituirnos en lo que somos colombianos, los cuales propendemos por la construcción de un mejor futuro, de una Colombia en paz, con equidad y justicia social donde cabemos todos.

Todo acto terrorista debe ser repudiado y rechazado por todos los colombianos, por eso sin importar nuestra ideología debemos exigir justicia, que se esclarezcan los hechos y caiga todo el peso de la ley a los criminales que cometieron esta bestialidad, así mismo debemos solidarizarnos con las víctimas y sus familiares, sin revictimizarlas y aprovechar su sufrimiento y tragedia para sacar beneficio personal o político.

Es inconcebible e inaceptable que toleremos volver al horror del pasado para justificar como malo lo realizado por un gobierno y engrandecer las decisiones tomadas por uno nuevo, debemos es anhelar y desear que tantos las medidas del anterior gobierno como el entrante sean bendiciones para nuestro país, que nos permita crecer y vivir mejor.

 

Nunca olvidemos que existen muchas cosas que nos distancian y dividen, pero existe una más grande y maravillosa que nos une llamada Colombia.


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